Bases de la unidad del PSR-ML-MIR-EM

BASES DE LA UNIDAD DEL PSR-ML-MIR-EM

-Al concretarse la unidad del PSR-ML-MIR-EM se acordó que VENCEREMOS sería el vocero de la nueva organización. Su primer número, formato tabloide se publicó en 1980 y entre sus artículos aparece uno escrito por Víctor Polay (Comandante Rolando) que es una síntesis bastante apretada del conjunto de documentos presentados y aprobados en la Conferencia Unitaria de jumo de 1980-.

La falta de una dirección revolucionaria es el principal reto histórico que debemos vencer, para levantar una alternativa política capaz de dirigir las actuales luchas, fundamentalmente reivindicativas y espontáneas, ligándolas a una alternativa de poder. Los avances de la clase obrera y el pueblo, que se ha expresado en la última década en su autonomía organizativa, una política de independencia de clase, afirmación de liderazgo del proletariado en las movilizaciones y paros nacionales, así como la práctica de la izquierda en las diversas formas de lucha que tuvo que enfrentar, han permitido el surgimiento de condiciones para tomar conciencia nuestras debilidades y buscar su superación.

Hasta ahora la Izquierda Peruana ha sido incapaz de representar globalmente los intereses históricos de las masas. La falta de una línea y acción efectivamente revolucionaria, y una práctica dogmática y seguidista de las corrientes tradicionales el reformismo, el infantilismo y el doctrinarismo han dado como fruto una izquierda dispersa y de débil desarrollo, político y orgánico, con poca ligazón en el pueblo.

Nuestras organizadores, que no hemos estado ajenas a estas limitaciones procesamos una unidad que busca superar dialécticamente estas desviaciones. Unidad concebida como la formación de una vanguardia que en la lucha misma se convierte en un factor formativo de la construcción del Partido, instrumento indispensable para realizar la Revolución socialista.

Y es que nuestra integración no es una unidad coyunturalista, sin principios só1idos empujados por participar en las elecciones o en un frente determinado ni tenemos el criterio voluntarista y cuantitativo de sumar más o menos grupos, para tener “mayor peso político”. Tampoco la entendemos como un proceso doctrinarista y acabado, donde sea necesario tener resuelto todos los problemas teóricos y prácticos de la Revolución Peruana.

Nuestra unidad es una respuesta concreta ahora, a las demandas y necesidades de nuestro pueblo en sus luchas. Se basa no sólo en la firme voluntad unitaria del conjunto de nuestra militancia, sino también y básicamente en las coincidencias programáticas, tácticas y de métodos y estilos de trabajo comunes. Buscamos una unidad para la lucha, unidad en la acción, unidad para la revolución.

Nuestra unidad es un proceso que se abrió hace más de un año, a partir de encontrarnos en medio de la lucha de clases, asumiendo tareas que paulatinamente nos fueron cercando. En la práctica misma fuimos constatando nuestras coincidencias.

Desarrollamos nuestra unificación tomando como eje los aspectos fundamentales, superando las divergencias secundarias y formales, evitando que estas no se conviertan en trabas, con la conciencia de que en el proceso mismo lograremos su resolución.

Ninguna de nuestras organizaciones se ha considerado el núcleo hegemónico o central. Tampoco hemos tenido criterios cuantitativos en la conformación de nuestros organismos de dirección. Igualmente no ha sido relevante el problema del nombre, y vemos la unidad lograda como un paso que hoy se expresa en nosotros por las mayores coincidencias pero que a la vez postulamos continuar en la búsqueda de nuevos niveles de unidad con otras fuerzas revolucionarias.

Hemos recorrido un camino, en donde hemos desarrollado fraternas y amplias discusiones, elaborado documentos de línea política, e implementado acciones comunes, coordinando en diversos frentes de masas y bases partidarias, tanto en lo nacional como en lo internacional, Asimismo hemos llegado a la realización de nuestra conferencia unitaria “El pueblo de El Salvador vencerá Héroes del 65″, que culminó en acuerdos importantes, ratificados por ambas organizaciones, entre los cuales están: Expresar nuestra identidad política utilizando las siglas PSR(ML)-MIR(EM), funcionamiento de una dirección única, integración orgánica en todos los niveles publicación de nuestro periódico, política nacional e internacional común, así como la implementación de un plan de trabajo que culminará en el congreso nacional.

I.- Las bases de nuestra unidad

1.- Reafirmamos la necesidad de partir de nuestra realidad económica, política social, cultural, histórica, etc. para conocer las leyes particulares que rigen el proceso de nuestra revolución. Descubriendo nuestra realidad, no inventándola ni trasplantándola. Pugnamos por entroncarnos con las mejores tradiciones de nuestro pueblo en la lucha por la liberación, desde Manco Inca y Túpac Amaru hasta Mariátegui, la revolución de Trujillo en 1932 y el levantamiento de la marinería en 1948, los movimientos campesinos del 62-63, las guerrillas del 65 y las luchas de esta década, recogiendo nuestra historia y haciéndonos parte de ella.

2.- Constatando las transformaciones sufridas en nuestra patria los últimos tiempos, caracterizamos nuestra sociedad como predominantemente capitalista y dependiente, en la cual la clase obrera no sólo juega un rol clave en nuestra economía, sino que políticamente ha pasado a ser la fuerza principal de la revolución. Fuerza principal que tiende a articular y conducir bajo su hegemonía el conjunto de la lucha de los explotados.

Consideramos que nuestra revolución deberá resolver las tareas nacionales y democráticas pendientes articuladas y complementadas a la dinámica de las tareas socialistas, es decir que el cumplimiento de estos dos aspectos no son antagónicos ni excluyentes.

La lucha contra el Estado opresor supone la necesidad de una clara estrategia de poder sin la cual es imposible plantearse seriamente el problema de la revolución. Las vías electorales y pacifistas están condenadas al fracaso, las posibilidades de acumulación de fuerzas basadas fundamentalmente dentro de la legalidad burguesa no son posibles. La misma debilidad de nuestras clases dominantes hace que ejerzan su dominación a través de la violencia principalmente. Asumimos la necesidad de formar una izquierda con estrategia y vocación de poder. En el transcurso de la guerra revolucionaria, en cada periodo táctico, de acuerdo a los grados de conciencia y combatividad de las masas debemos ser capaces de plasmar la estrategia de poder, acumulando fuerzas políticas y militares. Resolviendo correctamente la relación vanguardia-masas, y comprometiéndonos decididamente a darle continuidad a la lucha, para superar así la más grande limitación que tuvo el movimiento guerrillero del 65, su interrupci6n que dejó trunco el inicio de la lucha armada.

Rescatamos la importancia que tiene en la lucha por la unidad el factor subjetivo de la voluntad unitaria y los métodos y estilos de trabajo. La experiencia demuestra que no basta estar de acuerdo en los principios y línea, si ésta no se expresa en una firme vocaci6n de unidad y en la aplicaci6n de rnétodos adecuados en la práctica misma.

Afirmamos que la revolución en América Latina será un proceso continental, tanto en la lucha por el poder como para la construcción del socialismo. A la estrategia del imperialismo y las burguesías dependientes, opondremos una estrategia común que una nuestros pueblos. Para nosotros, como Bolívar, “La Patria es América”.

II.- Nuestra ubicación revolucionaria

El PSR-ML-MIR-EM no tiene enemigos en la izquierda. Nos reconocemos parte de la corriente revolucionaria que se constituyó críticamente a las organizaciones de la izquierda tradicional reformismo, trotskismo y maoísmo a partir de la crisis del Movimiento Comunista Internacional y el auge de los movimientos de liberación en Asia, Africa y América Latina.

En nuestro continente con el surgimiento de la Revolución Cubana, emergió una nueva generación de revolucionarios, que partiendo de los aportes de los primero s marxistas latinoamericanos como Mariategui (Perú), Mella (Cuba), Farabundo Marti (El Salvador), Recabarren (Chile), etc., se planteó en las nuevas condiciones económicas y políticas la creación de organizaciones capaces de conducir política y militarmente a las masas por la toma del poder. La formación de estas van guardias ha sido un duro camino que ha costado la vida de millares de militantes los mejores hijos del pueblo. Pero no podía ser de otra manera. El enemigo estaba ahí y había que combatir con las armas y medios con que se contaba. Junto al comandante Guevara está De la Puente y Lobatón en el Perú, M. Enríquez en Chile, M.R. Santucho en Argentina y Carlos Fonseca en Nicaragua entre los más importantes.

III.- Nuestra concepción de Partido

Postulamos una organización que se define como un partido conformando por cuadros integrales político-militares estrechamente ligado a las masas, clandestino y de combate en su estructura que deberá utilizar todas las formas de lucha, y convertirse en el eje dialéctico de la construcción del ejército revolucionario y las milicias populares. Sin embargo el proceso complejo de su construcción no necesariamente deberá estar concluido en el momento de la captura del poder.

Por otro lado, el partido deberá ser la expresión orgánica de la diversidad social y cultural de nuestro pueblo, transformándola en fuerza política revolucionaria.

Por último inscribimos nuestra integración en la tendencia unitaria que se desarrolla en el seno dé la izquierda. Saludamos como pasos importantes los procesos del MIR (confluencia) y VR, que los sentimos como parte del camino de la construcción del partido de la revolución peruana.

IV.- Por una Revolución Nacional Democrática y Popular

El Perú es una nación en formación en donde como en un crisol hierven todas las sangres. En consecuencia nuestra propuesta tiene que recoger y englobar al conjunto de nuestra sociedad en la más heterogénea diversidad racial, cultural, y canalizar y armonizar esa eclosión de energías en función de romper el yugo de las clases dominantes.

Igualmente hacemos un llamado a las organizaciones de izquierda, así como a los sectores democráticos y consecuentes del APRA, a la Iglesia, a los intelectuales, a los artistas, a los sectores patrióticos, progresistas de las FF.AA. y FF.PP., a converger en un solo torrente contra los enemigos de afuera v de adentro de nuestra patria que por años han saqueado este país, han sometido a la explotación y opresión a nuestro pueblo.