AL PERIODISTA RAYMUNDO RIVAPALACIO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Nos dirigimos a usted de la manera más atenta con el propósito de aclarar opiniones vertidas en su columna “Estrictamente personal” los días 28 de mayo y el 7 de junio del año en curso. Respuesta que al mismo tiempo hacemos extensiva a nuestro pueblo y los diferentes medios de comunicación.
En ocasiones anteriores ha hecho afirmaciones involucrándonos como partido en actos que no corresponden a nuestra política y/o creado situaciones que nunca han existido, al respecto hemos preferido guardar silencio por prudencia política, basados en la confianza hacia todos aquellos que se interesan con responsabilidad en analizar la realidad nacional de manera objetiva con un criterio independiente, sabemos que pueden diferenciar un hecho real de una especulación producto de filtraciones gubernamentales. Del mismo modo nuestro pueblo, a pesar del bombardeo mediático, siempre sabe distinguir entre la verdad y los señalamientos tendenciosos e infundados.
Sin embargo, en esta ocasión nos vemos precisados a responder apelando al derecho de réplica, porque guardar silencio sería dar veracidad a lo planteado en dichos escritos, que de una u otra forma transita por la misma ruta gubernamental de vincularnos a toda costa con el crimen organizado para dar sustento a la tesis de la narcoguerrilla y del falaz argumento que el movimiento revolucionario se sostiene con acciones delincuenciales.
Respondemos además porque nuestro pueblo debe conocer siempre la verdad histórica; de lo contrario lo escrito por su pluma quedaría sentado como una “verdad absoluta” y que, a la postre, podría generar nuevos epítetos que desacreditando el carácter de nuestra lucha revolucionaria.
Para nosotros en la práctica política ningún asunto debe tomarse de manera personal, todo se mueve acorde a posiciones político-ideológicas -en este principio se inscribe la presente- con la pertinente consideración que en periodismo nada es imparcial, ni quien escribe, ni de quienes se escribe, por lo tanto ahora nos ocupa un asunto más, que por sus planteamientos genera discusión política.
Expuesto lo anterior pasamos a precisar:
En su entrega del 28 de mayo de 2010, titulada El misterio de “El Jefe” Diego, escribe:
La posibilidad de que haya sido la guerrilla –local o externa- sigue en la cabeza de algunos investigadores como una hipótesis que no descartan. Hay, sin embargo, factores objetivos contrapuestos. El primero es que la guerrilla experimentada en secuestros de alto impacto y con capacidad operativa en Querétaro, es el EPR, de quien sospecharon las áreas de inteligencia al principio, pues el rescate de su último secuestro de alto impacto, de Eduardo García Valseca en San Miguel de Allende en 2008, ya se les acabó. Aunque han estado robando oficinas de correos en algunas partes del país, esos recursos no son suficientes para mantener su operación.
Pero el EPR, que mantiene un canal de comunicación con el Cisen para que el gobierno resuelva la desaparición de sus dos militantes Gabriel Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, se deslindó rápidamente en un comunicado, y envió varios mensajes a algunos políticos para ratificar que ellos no están detrás del secuestro. Un grupo escindido del EPR ha sido manejado como eventual responsable, aunque todos los desprendimientos, salvo el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, no son más que máscaras eperristas…
Una vez más negamos categóricamente participación alguna en “secuestros de alto impacto”, entre ellos el del Sr. Eduardo García Valseca, o el “robo de oficinas de correos” como lo han difundido “las áreas de inteligencia”.
El periodismo basado en filtraciones del aparato de inteligencia del Estado mexicano, es de alto riesgo, sobre todo cuando no se confirma o comprueba con responsabilidad profesional la información. Filtraciones que sólo tienen un propósito, el de justificar la represión contra el movimiento popular y revolucionario a partir de la desacreditación y tergiversación de las causas por las cuales se lucha. De acuerdo a la experiencia de lucha de nuestro pueblo, un trabajo periodístico de este contenido sin proponérselo a veces termina siendo utilizado por el aparato represivo del Estado como parte de sus argucias legaloides y perversas políticas de comunicación que criminalizan a los luchadores sociales y a los revolucionarios.
En este caso, nuestro PDPR-EPR, desde su surgimiento ha enfrentado la calumnia como parte de la lucha contrainsurgente impulsada por los diferentes gobiernos en turno, tratando de vincularnos por todos los medios a diferentes “demonios” que ellos mismos inventan para justificar su proceder represivo, en la ilegítima administración de Calderón es el del crimen organizado, en sus diferentes vertientes.
El robo y el secuestro o cualquier otra acción delincuencial no están dentro de nuestro método para “mantener nuestra operación”, eso sólo existe en las mentes esquizoides e ineficientes de funcionarios y agentes de inteligencia que por la corrupción que priva en sus estructuras se entrampan en la incapacidad para resolver eventos de “alto impacto”, buscan con toda intención cargarnos el muerto, con el único propósito de generar confusión. Como lo hemos dicho en otras ocasiones, nuestro partido no necesita recurrir a esos métodos porque el sustento de nuestra lucha es popular, y un pueblo politizado es una fuente inagotable de recursos para la revolución. Nuestro origen y existencia tiene razón de ser en las causas sociales y políticas históricamente no resueltas por los gobiernos proempresariales.
Desmentimos de nueva cuenta que mantengamos un canal de comunicación con el Cisen, como también es falso que todos aquellos que algún día estuvieron con nosotros y posteriormente se reivindican bajo diferentes siglas no sean “más que máscaras eperristas”. Esta afirmación es promovida por el Cisen y adoptada por algunos periodistas y políticos de oficio, unos por candidez y otros perversamente le dan credibilidad, ambos contribuyen de forma inconsciente y consciente respectivamente, al trabajo de contrainsurgencia, que en este aspecto tiene como objetivo ponernos ante el pueblo como mentirosos y manipuladores al presentarnos supuestamente mediante diferentes siglas, discursos y “máscaras” eperristas, eso sólo lo hacen las corporaciones policíacas y militares cuando crean sus grupos apócrifos y de paramilitares.
Nunca hemos tenido ningún tipo de comunicación con el Cisen ni con ningún personaje o institución gubernamental, ni para el caso de nuestros compañeros desaparecidos o de cualquier otra índole que lleve a macabros acuerdos. Para el caso de la desaparición de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, hicimos un llamado a diferentes personalidades de muy alta calidad humana para que con sus esfuerzos contribuyeran a la presentación con vida de nuestros compañeros, accedieron solidaria y humanamente a la encomienda, más adelante se materializaría la conjunción de loables esfuerzos en la Comisión de Mediación. Esto es del dominio público, su labor la desarrollan personalidades completamente ajenas a nuestro partido, no tienen otra forma de comunicación con nosotros más que por medio de los comunicados que emitimos, es doloso suponer que tenemos comunicación con el Cisen.
En su entrega del 7 de junio titulada La guerrilla y “El Jefe” Diego, usted sigue manteniendo la misma posición, tratar de vincularnos a partir de sus fuentes con la delincuencia organizada y el caso del secuestro del Sr. Diego Fernández de Cevallos.
A la letra, dice:
También saben (los familiares) que ese “grupo poderoso” que describió hace días su viejo amigo Fauzi Hamdan es, por toda la evidencia hasta ahora, una guerrilla que opera en la zona de las huastecas y que tiene en sus haberes secuestros de alto impacto y larga duración.
Fernández de Cevallos, de acuerdo con los patrones de secuestros en los 10 últimos años y el modus operandi que han mostrado sus captores, son miembros de una escisión muy poco conocida del Ejército Popular Revolucionario (EPR), que se dio en los años de convulsión entre 1998 y 2000, identificada por las autoridades como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sinónimo de la guerrilla colombiana que se especializa en colocar bombas en oleoductos.
Estimado Rivapalacio, ni antes ni en las fechas mencionadas nuestro partido ha tenido “convulsión” alguna, tal vez usted quiera hacer referencia al proceso de depuración que vivió nuestro partido. Ni en esas fechas que usted maneja (1998-2000), mucho menos recientemente ha existido una escisión o división interna que lleve a la formación de un supuesto grupo homónimo del ELN colombiano.
Esto es un invento y un borrego de los grupos de inteligencia del Estado mexicano, buscan crear la falsa idea de que nuestro partido quedó fragmentado por la “salida” de grupos, omitiendo que uno de nuestros principios de funcionalidad orgánica es que cada militante asume un compromiso individual con el pueblo y con nuestro partido, nada es a título de grupos o representaciones grupales, de clase, sector o étnicas.
En otra parte de su escrito afirma que:
El ELN no es un grupo que haya difundido públicamente sus acciones, pero está confrontado con el EPR. En el primer comunicado que difundió el EPR para deslindarse del secuestro de Fernández de Cevallos dos días después de la acción, dio algunas señales de sus adversarios utilizando como pretexto al ex comandante guerrillero salvadoreño, Joaquín Villalobos, cercano al gobierno calderonista y considerado un traidor y contrarrevolucionario.
Nadie sabía fuera del Cisen de la existencia del supuesto Ejército de Liberación Nacional (ELN) y por lo tanto, resulta insostenible una relación de confrontación de nuestro partido con dicha agrupación, esto es otra invención del Cisen que pretende cobrar sustento en las declaraciones falsas de los flamantes yunquistas Guillermo Velazco Arzac y José Antonio Ortega Sánchez, quienes hacen el trabajo sucio del gobierno calderonista para apuntalar la versión de la narcoguerrilla.
Con respecto a la mención del trístemente célebre exguerrillero, Joaquín Villalobos, hemos hablado con precisión sobre su conducta al ser asesor de la contrainsurgencia en nuestro país y la interpretación que hace de “algunas señales de sus (nuestros) adversarios”, carece de todo fundamento, nuestro enemigo principal es el Estado mexicano, no tenemos otros “adversarios” fuera de este contexto.
La alusión al Sr. Jacobo Silva Nogales en nuestro periódico “El insurgente” es una carta enviada por uno de nuestros militantes a la revista e-Oaxaca desmintiendo una afirmación que además de falsa es dolosa.
En cuanto a la “aparición del misterioso Comando Popular Clandestino” en Hidalgo, como acertadamente lo recuerda, nuestro partido puntualmente desenmascaró esta maniobra policíaco-militar señalando que efectivamente se trataba de un grupo paramilitar formado desde el gobierno del estado de Hidalgo y el 84 Batallón de infantería con sede en el municipio de Huejutla de Reyes, Hidalgo. Denunciarlo en su momento, como desmentir también las afirmaciones del Sr. Jacobo no tiene nada que ver con la dureza del lenguaje, ¿O a qué se refiere con esto?
A pesar de recordar nuestra aclaración con respecto al CPC, párrafos adelante sostiene:
No hay suficientes evidencias para establecer el vínculo directo entre el ELN y ese comando o que sean el mismo grupo, pero ambos operan en las huastecas –Querétaro, donde secuestraron a Fernández de Cevallos no pertenece a esa región, pero está en el perímetro-, no son protagónicos y generan rencor y preocupación al EPR. El método para atrapar a Fernández de Cevallos tiene el mismo modus operandi de secuestros anteriores atribuidos al ELN, pero al ser desprendimiento del EPR, hay un enormes similitudes en los métodos de ambos.
En cuando menos 10 casos donde el EPR y sus desprendimientos realizaron secuestros, el primer contacto con la familia se dio entre los 6 y los 7 días después de la captura. En el caso de “El Jefe” Diego fue seis días después…
Al respecto, tenemos unas preguntas que consideramos debe responder para poder establecer una discusión sana y honesta ¿Cómo explica usted que algo que no existe nos “genere rencor y preocupación”?, ¿Qué tenemos qué hacer o decir para que se nos crea que no hemos realizado ningún acto de la naturaleza que se nos imputa de manera infundada?, ¿Cuáles son las fuentes y las pruebas para sostener nuestra participación en secuestros y en asaltos? Insistimos, nuestro partido no tiene por método estas prácticas, es una calumnia orquestada desde el Cisen e inteligencia militar.
Ya casi para terminar su columna en uno de sus últimos párrafos pone de manera pueril como una línea de investigación a seguir: “como suele enviar sus comunicados el EPR, la fotografía de Fernández de Cevallos llegó por correo electrónico”. ¿Cuántos millones de usuarios tiene la internet y se comunican mediante correos electrónicos? Este es un argumento sin validez.
No cabe duda que el gobierno ilegítimo de Calderón y sus organismos de inteligencia policial y militar, al igual que sus antecesores, están empeñados en desacreditar nuestra lucha, recurriendo a soltar borregos mediáticos con la finalidad de crear desconfianza en nuestro pueblo, para que después se traduzca en aislamiento político, pretendiendo preparar por todos los medios las condiciones para una mayor escalada de represión en contra nuestra y contra diferentes sectores en lucha, sin que nadie proteste por la represión institucionalizada por temor a ser señalado como delincuente o terrorista.
Queremos recordar para memoria de todos, que el Estado mexicano, sus instituciones y sus representantes siempre han tenido bajo el señalamiento, hostigamiento y represión a regiones geográficas de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí, Morelos, Chihuahua, entre otras regiones del país como “puntos rojos”, antes se les vinculaba a la insurgencia y hoy a la delincuencia organizada como argumento para justificar sus operativos contrainsurgentes de supuesto combate al crimen organizado, argumento que ha sido utilizado como cortina de humo para la agresión permanente contra nuestro pueblo y los luchadores sociales.
No podemos guardar silencio ante las afirmaciones o insinuaciones hechas en sus artículos, equivaldría a aceptar los pretextos del gobierno ilegítimo de Calderón para intensificar la represión en algunas regiones del país, en este caso concreto, en la región de las Huastecas ¿Y de lo que suceda ahí quién será responsable?
Esperamos de usted de la manera más atenta incluya nuestra opinión en los espacios a los cuales tiene acceso con su correspondiente respuesta, para poder avanzar en la clarificación de los hechos de que usted hace mención, el pueblo debe conocer la verdad histórica. Nosotros somos revolucionarios, no delincuentes. Que nadie olvide que toda acción político-militar hecha por nuestro partido es reivindicada en su momento.
RESPETUOSAMENTE.
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡POR LA PRESENTACION DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA
DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR