El pueblo peruano ha escrito páginas de sacrificios y heroicas luchas contra sus explotadores y enemigos internos y externos. En esas gestas centenarias, miles de compatriotas ofrendaron sus vidas por la causa de la liberación y la justicia.
En los últimos años, una de las organizaciones que ha dado continuidad a esa historia y que ha tenido el mérito de reiniciar en nuestra patria la lucha armada (desde 1980), es la vuestra. Este se un mérito que nosotros, los del MRTA, hemos reconocido sin mezquindad alguna, declarando que los integrantes del PCP del P (SL) forman parte de nuestro heroico pueblo combatiente. Ustedes y nosotros compartimos un accionar común: la lucha armada por la captura del poder y la construcción de una nueva sociedad.
Sin embargo, es vedad también que, tenemos discrepancias ideológicas y políticas que diferencian a nuestras organizaciones: Ustedes tienen otra concepción de la sociedad en que vivimos (“semifeudal”), del carácter de la revolución (”nueva democracia”) o del camino de la guerra revolucionaria en el Perú (“cercar las ciudades desde el campo”). Pero la constatación de estas diferencias, no nos ha llevado al equivocado camino de considerarlos como enemigos nuestros y enfrentarlos como tales. Nosotros hemos insistido ñeque la discrepancias deben ventilarse de cara ante el pueblo y con métodos adecuados para el tratamiento de las contradicciones en el seno del campo popular, como la unidad-crítica-unidad.
La dirección de vuestro partido no ha tenido igual comportamiento. Desde un inicio nos ha visto como uno de sus enemigos jurados, y, en cuanta oportunidad se les ha presentado, nos ha atacado tildándonos como “sirvientes del APRA”, “agentes del socialimperialismo” y “enemigos principales de la revolución”. Y, lo que es más censurable, dentro de una práctica totalmente reñida con la moral revolucionaria, han llegado a asesinar a algunos de nuestros militantes en el nor oriente del país y a propiciar enfrentamientos, lo que nos ha obligado a dar enérgica respuesta con el saldo doloroso de bajas en ambos lados. A los asesinatos en la región nor oriental, se suman ahora otros en la región central del país.
Su política de oponerse violentamente a las organizaciones de las masas, tales como los Frentes de Defensa, Comunidades y Rondas Campesinas con una práctica impositiva sobre éstas, asesinando a gente del pueblo que ustedes dicen representar.
La intolerancia, la imposición y el irrespeto por el resto de los revolucionarios y militantes de izquierda, los lleva a asesinar a integrantes del MRTA, de IU y del pueblo en una actitud provocadora y contrarrevolucionaria que no sólo recibirá la condena de la historia, sino que encontrará –por nuestra parte- respuesta en todos los planos.
Demás está recordarles que los únicos que podrán juzgar el comportamiento de nuestras organizaciones, son la clase obrera y el pueblo en general.
Con la verdad, que es el arma de los revolucionarios, reiteramos, una vez más, que nuestro objetivo no es ni será enfrentarnos con vuestra organización. El MRTA no tiene horizontes tan estrechos y, además, somos conscientes que enfrentamientos de ese tipo, sólo favorecen al imperialismo y a la gran burguesía. Y es que nosotros, a diferencia de algunos de sus dirigentes, estamos convencidos que la revolución no es patrimonio de nadie y que son los pueblos los que hacen la historia. De ahí que permanentemente trabajemos por forjar la más amplia unidad del pueblo, ganando a las masas mediante el convencimiento y nunca bajo la coacción o terror de las armas. Todo hegemonismo o exclusivismo entorpece el logro de ese gran objetivo revolucionario.
Compañeros: si los revolucionarios logramos, por lo menos, un nivel mínimo de unidad para la acción frente al enemigo común, será nuestro pueblo el que saldrá beneficiado y esa capacidad nuestra, será un gran paso para conseguir ese mañana de justicia y libertad por el que han entregado sus vidas tantos militantes de nuestras organizaciones.
¡CON LAS MASAS Y LAS ARMAS… PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS”