Unidades de “Misiones Especiales” del Bloque Sur, a las 19:30 horas, en la carretera Rio Negro- Doncello, en la vereda La Trinidad, emboscaron con cargas explosivas y fuego de ametralladora a un convoy de la Policía compuesto por 3 camionetas 4 puertas y un camión turbo.
La acción duró 30 minutos. Resultados: 14 policías muertos y 7 heridos; el camión totalmente destruido. Material recuperado: 11 fusiles M-16, entre ellos, dos con lanzagranadas M203 de 40mm, y 40 proveedores para los mismos; una ametralladora M-60 y un cañón de repuesto; una pistola P.B. 9m.m con dos proveedores; 1.770 cartuchos calibre 5,56; una canana con 100 cartuchos cal.7,72; 30 cartuchos 9m.m; 3 chalecos, 4 pavas, 4 riatas, dos relojes, 2 celulares, una cámara de fotografiar y una navaja. Propios sin novedad.
BASTA YA DE MANIPULACIÓN Y DOBLE MORAL
1.- Que los agentes de la policía incinerados en la emboscada del Doncello (Caquetá) fue ocasionado por el incendio, resultado del efecto de la explosión sobre la gasolina del vehículo; y no un hecho intencional y perverso de la Guerrilla, como manipuladoramente lo está presentando el Gobierno a través de los grandes medios hablados y escritos a su disposición.
2.- Que lo sucedido en El Doncello es mucho menos grave que las matanzas de guerrilleros mientras duermen, por causa de bombas hasta de 500 kg lanzadas por los aviones de la Fuerza Aérea, donde los altos mandos militares en sus “partes de victoria” a la opinión pública, sin ruborizarse siquiera, dicen eufemísticamente: “Dados de baja tantos guerrilleros”; mientras que “personajes importantes de la vida pública del país”, antes estos hechos contra la Guerrilla, guardan un alegre, vergonzoso y criminal silencio cómplice. ¡Nadie de ellos dice nada!
3.- Cuando el atacante es la Guerrilla y la víctima la Fuerza Pública, enseguida se escuchan los ladridos de una jauría de tuertos, porque solamente captan la mitad de la realidad circundante que a ellos les conviene, y expresan sus sesgadas opiniones fruto de su doble moral; y por lo mismo, de su doble rasero para valorar unos mismos hechos de manera maniquea, en buenos o malos, dependiendo de donde provengan estos: si del gobierno o de la guerrilla.
4.- Son pocas las voces sensatas de juicio lógico e imparcial, donde vale la pena destacar entre otras, la del presidente de la Conferencia Episcopal Monseñor Rubén Salazar que dijo: “Para que se acaben estos hechos dolorosos de parte y parte, la única solución es dialogar para encontrarle una salida política al conflicto”; opinión esta, que las FARC comparten en su totalidad.
5.- Para la posesión del señor Santos nuestro comandante Alfonso Cano le hizo una invitación pública para sentarse a conversar entorno a la paz, y la respuesta de éste fue, en su discurso de posesión, inaceptable, arrogante y triunfalista, dejando entrever que él solamente estará dispuesto a sentarse con una Guerrilla derrotada, no para escucharla, sino para imponerle la voluntad del vencedor, que se supone sea él. Tanto él como su Ministro de Defensa Rodrigo Rivera, el país es testigo, solamente le ofrecen a la Insurgencia la paz de los sepulcros, pax romana, y por ello, la repetitiva orden a la Fuerza Pública: “Arreciar, arreciar, arreciar”. Lo que es entendible, porque ninguno de ellos dos están exponiendo el pellejo, ni tampoco tienen a sus hijos comprometidos en la guerra; si lo estuvieran, entonces la divisa fuera: “Conciliar, conciliar, conciliar”.
6.- Mientras haya guerra, habrán actos de guerra de parte y parte.
7.- El Bloque Sur una vez más reitera ante la opinión pública nacional e internacional la disposición de las FARC- EP para conversar con el actual Gobierno y encontrarle una salida política al conflicto social y armado que vive el país, pero sin ningún tipo de condicionamiento. Lo que el Presidente está exigiendo para conversar deberá ser el resultado de un acuerdo de paz y no la condición previa al diálogo.