(Homenaje del MIR, en el cementerio de Copiapó, a los combatientes del pueblo, asesinados por la caravana de la muerte, en octubre de 1973)
La historia nos ha enseñado, que nuestra lucha por un mundo nuevo, sin explotación ni marginación de ningún tipo, no es una utopía, sino un paso objetivo, que hoy es más necesario que nunca, si queremos evitar que se destruya el planeta y que sigan muriendo niños por hambre y dolor. Por lo mismo, no obviamos que nuestro enemigo, el mismo de siempre, el de siglos, el que se vistió de colonialista y hoy de imperialista, nos persigue, mata nuestros cuerpos y lacera nuestros espíritus, como práctica permanente y sistemática, en este continente hace mas de 500 años.
El conocimiento de lo anterior, nos debe hacer más responsables, con nosotros mismos, con nuestro entorno, con nuestro pueblo y nuestra causa. Ello impide la participación y exposición pública, por razones obvias, de muchos de nuestros compañeros y militantes, pero jamás nos impedirá estar en cada lugar que recuerde y evoque, que la lucha continúa, lo que nos obliga a organizamos con más convicción y profunda seriedad.
A nuestros compañeros, muertos de pie y con la dignidad propia de un cuadro revolucionario, queremos decirles en este día, que no somos parte de los que intentan victimizarlos, no es nuestro objetivo reducir su valentía; sus muertes no fueron un atentado a su derecho humano a la vida, sino es parte de la guerra que se tiene contra nuestro pueblo y que ustedes asumieron con dignidad y valentía.
No pretendemos seguir esperando que los tribunales, que controla nuestro enemigo, que hoy se ha institucionalizado con otro ropaje, hagan su justicia. Estamos ciertos que la única justicia que saldará la deuda con nuestros compañeros, es la que viene de la mano del pueblo. Hoy rendimos homenaje y honores, a quienes su inspiración revolucionaria sigue viva entre nosotros, porque son ejemplos a seguir. La justicia que nuestros compañeros claman, es la felicidad de su pueblo, si los dejamos sin esta plataforma, no estaríamos siendo consecuentes, ya que ellos no vivieron de rodillas y nosotros debemos ser capaces de caminar la firmeza de su vida.
A los familiares de nuestros compañeros, en este homenaje que les rinde honores, sepan que la historia que participaron sus hijos, esposos, hermanos, amigos y amigas, no se detiene; gracias a sus aportes y valores revolucionarios, en esta larga leyenda negra de explotación, son el ejemplo de la más bella herencia que les han dejado. Y sientan el orgullo que su pueblo les reconoce. Sepan ustedes que a los héroes no los lloramos, sino tomamos su ejemplo. Si ellos no están con ustedes en sus casas, es porque ya son parte del pueblo pobre y explotado, están en todas las casas de los compañeros que estamos en cada población, colegio o lugar de trabajo.
El movimiento revolucionario que se viene gestando, y el MIR como parte de él, con la consecuencia y la motivación ideológica que le vio nacer, jamás claudicará en la construcción del poder popular, como tampoco claudicará en oponerse al colaboracionismo de clases que se sigue reproduciendo cíclicamente en ciertos sectores de la izquierda, que no aprende de los errores y fracasos, que en un pasado reciente se volcó y pidió ayuda a la clase que nos explota, y no hacia el pueblo que es el único capaz de sostener y defender sus luchas.
Hoy, al igual que ayer, vemos como se reúnen y pactan con quienes precisamente torturaron y mataron a nuestros compañeros, y que mas aún, siguen teniendo secuestrados los cuerpos de muchos de ellos, burlándose y jugando con las ilusiones de sus familiares y con las esperanzas de un pueblo. No repitamos los errores del pasado, al contrario, aprendamos constructivamente de ellos; no es nuestra intención objetar la participación de algunos sectores, en esta institucionalidad forjada por el fuego y la sangre de nuestros combatientes, que murieron precisamente por tratar de destruirla, y que es solventada por la explotación de miles de trabajadores y marginados que diariamente se juegan la vida por sobrevivir.
Si quieren recuperar esa pequeña cuota de poder, que este sistema les concede, están en libertad de hacerlo, pero no es ético realizarlo, tomando las banderas del pueblo para intereses mezquinos y particulares, eso es un engaño y así jamás vamos a generar confianzas, al contrario, se sigue atomizando y dividiendo al pueblo, y lo que es peor, le sacan su intrínseco carácter de rebeldía y fuerza organizada.
Ante ello, sólo nos queda solicitar respeto revolucionario, por nuestros compañeros caídos, que dieron su vida tratando de destruir y cambiar este sistema e institucionalidad opresora, que precisamente algunos quieren reproducir y mantener.
Pedimos respeto revolucionario, por nuestros combatientes que cayeron resistiendo al mismo enemigo de hoy, con el que algunos se esfuerzan en conciliar y negociar.
Pedimos respeto revolucionario por esta tribuna, que es de las pocas que siguen siendo parte y herencia de nuestra raíz revolucionaria, por lo que repudiamos cualquier intento de instrumentalización electoral.
Hoy queremos rescatar y reproducir las palabras del Comandante Fidel Castro, el día que tuvo que hacer su magistral defensa, tras el asalto al cuartel Moncada, en que sus compañeros fueron asesinados. Estas palabras son para que reflexionen el significado verdadero de la lucha revolucionaria: "Para mis compañeros muertos no clamo venganza. Como sus vidas no tienen precio, no podrían pagarlas con las suyas todos los criminales juntos. No es con sangre que pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas".
¡Sólo Podemos la Vía Revolucionaria!
¡Combate o Muerte!
Copiapó, Octubre de 2005
Comité Local Copiapó, Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR