Dos años de gobierno del Presidente Obama se pueden valorar, a partir de un aforismo de Reinhold Niebuhr (1892-1971), el filósofo favorito del primer mandatario estadunidense.
“Las sociedades democráticas dependen no de la fuerza, sino de la propaganda, manipulando el consenso mediante una ilusión necesaria y una sobre simplificación emocionalmente poderosa”.
La ilusión y la emoción la personalizó Obama solamente en los primeros momentos de su gobierno, pero dos años después la realidad de Estados Unidos, vuelve a verse como es, la de una potencia decrépita.
Para el programa de cambios proyectados para el interior de EEUU ni para la agenda internacional, la administración de Obama hoy representan ilusión o emoción.
“Yes, we can” (“Sí, podemos”), la desproporcionada promesa electoral de Obama lo desgasta cada día, vuelve menos creíble la propaganda imperial y deja a la fuerza bruta, como el único recurso de dominación imperialista.
EL liderazgo mundial de la barbarie
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en su más reciente condena a los EEUU, le reprueba mantener abierto el centro de torturas de Guantánamo, su sistema migratorio discriminatorio, la injusticia racial, la negación de derechos a las minorías y el racismo en la aplicación de la pena capital, entre otras violaciones.
En la Internet, Wikileaks sigue publicando miles de expedientes secretos, que revelan las atrocidades que perpetran EEUU y sus aliados, principalmente contra civiles afganos. Escuadrones criminales integrados por el Destacamento Delta Operacional de Fuerzas Especiales del Ejército y los Navy Seals, son los encargados de ejecutar estas acciones hasta ahora encubiertas.
Cómo socavar las instituciones internacionales
Las últimas sanciones contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, siguen siendo aprovechadas por EEUU y la OTAN, para colocar otras, más allá de lo acordado. Esta es la peculiar manera como el gobierno estadunidense, buscar reformar este Consejo.
La figura del Secretario General de la ONU, Washington la sigue manipulando, como en el caso de la agresión israelí a la flotilla solidaria con Gaza, en el que Ki-moon hasta último momento dilató y torció el propósito de hacer una investigación internacional independiente.
Antes fue en el llamado G8 y ahora en el G20, en donde EEUU busca negociar las decisiones mundiales, en abierto desconocimiento del Sistema de Naciones Unidas; esfuerzo que sigue siendo vano ante la profundidad de la crisis financiera internacional desatada desde 2008.
La manera de agravar las amenazas globales
En el fracaso de la Conferencia sobre Cambio Climático, Obama tiene metida la mano, así como en las maniobras que colocan al mundo al borde de un conflicto nuclear, sea por medio de un ataque israelí contra Irán o a través de una posible guerra entre Pakistán e India.
El doble estándar aplicado por EEUU, para clasificar a sus adversarios como “terroristas”, mientras a sus aliados los bautiza como “demócratas”, cada vez los aísla más ante la opinión mundial. Con acierto los estudiantes le reclamaron a Obama, en su último viaje a la India, por qué no clasificaba a Pakistán como terrorista, si financia al Ejército de los puros, que no hace mucho aterrorizó a Bombay.
Crear crisis internacionales, para que otros las resuelvan
Tras ocho años de agredir a Afganistán, los militares de EEUU quieren que las tropas aliadas de la OTAN salgan de allí, pero que los europeos les sigan financiando este pantano de guerra. Nadie en Washington se atreve a decir en qué profundidad estará hundida esta guerra, en julio de 2011, al momento de evaluar y decidir por fin retirarse de allí.
Como afirma el periodista Robert Fisk, ante el anuncio del retiro de EEUU de Irak:
“Vinieron, vieron y fracasaron. Y ahora dicen que triunfaron… Después, el Irak invadido por Estados Unidos volvió a contagiar a Afganistán con atacantes suicidas; el combatiente que se auto inmola convirtió a los soldados estadunidenses, que eran hombres que peleaban, en hombres que se esconden”.
Por más que Obama anuncie la necesidad de establecer dos estados, uno palestino y otro israelí, el gobierno de extrema derecha de Jerusalén sigue agrediendo al pueblo palestino e ignorando las Resoluciones de la ONU, nutrido como está por la cuantiosa ayuda militar de EEUU, ya aprobada hasta 2020.
Militarizar, para derechizar a América
Del mensaje de amistad que entregó Obama a la Cumbre presidencial de Trinidad y Tobago, recién asumió la presidencia, queda poco, casi nada.
Los gestos hechos desde entonces por el gobierno de EEUU, no tienen nada que ver con la amistad. En consecuencia, sigue creciendo el sentimiento anti imperialista en Latinoamérica, que es algo totalmente distinto a albergar sentimientos anti estadunidenses.
Bajo la administración de Obama, los EEUU ejecutaron el golpe militar a Honduras, además de sostener al espurio gobierno de extrema derecha nacido de esta agresión. También, policía corrupta ecuatoriana a sueldo de EEUU, intentó derrocar con otro golpe al Presidente Rafael Correa, el 30 de septiembre pasado.
Atizar conflictos entre naciones hermanas, es otra de las armas de ataque usadas por Washington. El estallido del conflicto colombo venezolano, tiene en la OEA un promotor de primer orden; al tiempo que el Pentágono incrementa la militarización de la región, con el establecimiento de siete nuevas Bases militares de EEUU en territorio colombiano.
Así mismo, de nuevo se hace reventar el diferendo fronterizo existente entre Costa Rica y Nicaragua, teniendo como respaldo, la masiva presencia de barcos y tropas de la Marina de guerra de EEUU, en aguas costarricenses.
Ante el agravamiento de la corrupción y violencia, que genera el narcotráfico en México, los EEUU aprovechan para incrementar la militarización de su vecino, al tiempo que muchos bancos estadunidenses, entre ellos Wachovia/Wells Fargo, se lucran con la tragedia mexicana, al lavar impunemente el dinero de los carteles mafiosos.
En el colmo del abuso, ante la horrible tragedia que sufre el pueblo haitiano, tras el terremoto de enero de 2010, el gobierno de Obama aprovecha para efectuar y mantener una invasión militar de ese país.
Para no alargar más este memorial de agravios, hay que mencionar que para Obama, el modelo de “derecha democrática” que según él se construye en Chile, Colombia y Perú, es el ejemplo que deben seguir el resto de naciones del continente.
El pueblo cobra
Por fuera de EEUU no quedan rastros de la ‘Obamanía’, que en 2.008, contagió a tantos, en muchos países. Los que le otorgaron el Nobel de la paz, hoy deben estar pensando, que el Presidente Obama, debe devolver este inmerecido premio.
Incumplir promesas cuesta, por esto, los copartidarios de Obama perdieron las elecciones del pasado 2 de noviembre; este voto castigo es parte del cobro que hace el pueblo estadunidense a un Presidente, que los embuchó de promesas, movido no se sabe aún, por cuánta ingenuidad y cuánta premeditación.
La mayor desesperanza popular reside en la ausencia de soluciones para la crisis económica, que afecta a la mayoría de la población, entre ella, la que antes era la flamante clase media estadunidense, golpeada por las bancarrotas, hipotecas, desempleo, los altos costos de la salud y la educación.
La reforma financiera sirvió para que las Corporaciones sigan amasando inmensas fortunas. Tampoco quedan mayores esperanzas para los 12 millones de inmigrantes, pues el régimen seguirá manteniéndolos en la ilegalidad, para poder seguir súper explotándolos, como hasta ahora.
Casi 5 millones de barriles de petróleo derramados en el Golfo de México, gracias a la concesión entregada por Obama a la BP; es una costosísima deuda ecológica, de la que aún no se sabe hasta dónde llegarán sus consecuencias, pero por ellas, algún día el gobierno de EEUU deberá responsabilizarse.
Las Corporaciones le financiaron su campaña presidencial, por esto, les está cumpliendo; en cambio para sus electores humildes, sólo les queda una lección: el emperador, por más que sea negro, no puede cambiar al imperio.