El 21 de noviembre, se reunieron en Tarapoto, capital del departamento de San Martín, el Ministro de Defensa general EP Enrique López Albújar, el presidente del Comando Conjunto de las FF.AA. almirante Juan Soria Díaz, el general Rafael Moral Rengifo jefe del Comando Político-Militar de la zona, el presidente del Consejo de Ministros Guillermo Larco Cox, y el ministro de Transportes y Comunicaciones general EP (r) Germán Parra Herrera; motivo de la reunión fue coordinar acciones contra la guerrilla del MRTA y el pueblo sanmartinense que acaba de realizar un paro de 48 horas por sus reivindicaciones regionales, y reiterar, a través del primer ministro, “el apoyo político, respaldo y total identificación (del gobierno) con las Fuerzas Armadas que combaten la subversión”.
Tal despliegue, sumado a la declaratoria del estado de emergencia en 7 provincias y el envío de más de 2 mil efectivos de las Fuerzas Armadas del enemigo, era la respuesta prevista que daría el gobierno antipopular y represivo de Alan García ante el surgimiento exitoso de la guerrilla rural del Frente Nor Ortiental del MRTA; y no podía ser de otra manera, ya que la ocupación militar, la madrugada del 6 de noviembre, de la ciudad de Juanjuí (capital de la provincia de Mariscal Cáceres), de más de 20 mil habitantes; ha sido la operación guerrillera más importante de las últimas décadas en nuestro país, constituyendo un auténtico salto cualitativo en la construcción del Ejército Tupacamarista. Las principales características de esta acción son:
1. El factor sorpresa fue total, tanto en lo militar como en lo político; a pesar que la provincia se encuentra en estado de emergencia, los oficiales de las Fuerzas Policiales no se encontraban en los destacamentos, estuvieron de fiesta esa noche y durmieron “por ahí”. el teniente GC Cieza Lacho cayó abatido por nuestras fuerzas, pero ante la ausencia de otros oficiales, la tropa optó por rendirse o escapar sin dar combate. Las autoridades políticas y militares del enemigo, no cuentan con una moral de lucha para defender su régimen político-social de explotación y miseria.
Para el gobierno del APRA y las otras fuerzas políticas, tanto de derecha como de izquierda, la sorpresa (política) también fue total; esto se entiende como producto de una sobre-estimación por parte de las otras fuerzas políticas en su propia capacidad y posibilidades, y una constante subestimación hacia nuestra organización y hacia el pueblo, hacia nuestra ideología y línea política y la capacidad y posibilidades del pueblo de forjar una fuerza revolucionaria.
2. Nuestra fuerza evidenció sus conocimientos de táctica militar, desplegando contingentes que atacaron simultáneamente los puestos de la GC, GR y PIP y copando las oficinas públicas, además de las vías de comunicación y el aeropuerto, cumpliendo todos los objetivos militares ordenado y eficazmente.
3. Se sometió y rindió un total de 95 efectivos policiales, fuertemente pertrechados, al menor costo de vidas posible: Teniente GC muerto y varios heridos que fueron atendidos con criterio humanitario; por nuestra parte no hubo ni una sola baja.
4. Se recuperaron una considerable cantidad de armas: alrededor de 150, varias decenas de fusiles, sub-ametralladoras y pistolas; un par de lanzacohetes; cientos de granadas de mano y miles de municiones, duplicando el poder de fuego de la guerrilla y las posibilidades de incorporación de nuevos contingentes populares al ejército tupacamarista.
5. Consideramos además que los criterios políticos de trato al enemigo y a la población han sido de lo más correcto y adecuados para una fuerza emergente y joven como la nuestra; por un lado, no se procedió a ejecuciones estériles ni de autoridades ni de miembros de la policía, teniendo en cuenta principalmente, las normas de la guerra, y por otro lado porque el liquidar físicamente a una autoridad aprista por el sólo hecho de ser aprista o un policía por el sólo hecho de serlo estaría reconociendo el derecho del enemigo de liquidar a todo hombre del pueblo por el sólo hecho de ser revolucionario, socialista, comunista o simplemente dirigente gremial. Así mismo, teniendo en cuenta que la guerra es “la prolongación de la política por otros medios” “lo militar” y “lo político” deben ser adecuadamente combinados para el éxito del proceso revolucionario; sólo así se explica que esta acción militar -la ocupación de Juanjuí- haya tenido una repercusión política tan extraordinaria.
6. Y por último, la retirada -cuestión vital- de nuestra fuerza fue ordenada y rápida, contando con el apoyo y la simpatía sincera de la población, requisito sin el cual hubiera sido imposible acometer la tarea.
Lo cierto es que la toma de Juanjuí así como la marcha victoriosa del Frente Nor Oriental del MRTA por los pueblos de San Martín cuestionan en todo lo hecho por el gobierno del APRA en estos 2 años y medio, y ha generado -además- las más diversas reacciones a todo nivel en estos últimos 15 días. Luego del desconcierto inicial del gobierno de Alan García, procedió este a decretar el estado de emergencia en 7 provincias de la selva y el control político militar de las fuerzas armadas del enemigo, enviando entre 2,500 y 3,000 efectivos a la zona. La invocación presidencial a deponer las armas y “vivir en democracia” en esas condiciones era imposible de aceptar por cualquier fuerza beligerante; aún así nuestra organización respondió rápidamente con un documento ampliamente difundido y comentado, y por supuesto rechazado tajantemente por el gobierno. Ante los planteamientos hechos por el MRTA; reconocimiento de la ANP (Asamblea Nacional Popular) y solución de las demandas planteadas por ella, cese inmediato de la represión a las organizaciones sindicales en huelga así como diálogo y solución de sus pliegos, cese inmediato de la tortura y libertad de los presos políticos, entre otros, el gobierno ha optado por la confrontación militar y la represión generalizada, incluyendo bombardeos indiscriminados. ¡Indudablemente el gobierno no tiene otra cosa que ofrecer!
La derecha tradicional -AP, PPC, etc.- ha aprovechado la situación para recordar al gobierno que el enemigo principal del mismo es la “subversión” y que para enfrentarlo se hace necesario “cerrar filas” y llegar, claro está, a acuerdos que conduzcan a conciliar intereses, entre los cuales estaría la modificación sustancial de la llamada “nacionalización y estatización de la banca”, hasta términos que hagan posible la convivencia entre el gobierno y los empresarios, cosa que ya se venía dando desde antes de la Toma de Juanjuí.
Esta contradicción no antagónica entre sectores del poder dominante, entre el gobierno aprista y los banqueros, además de la acción objetiva del MRTA que no puede ser ignorada ni dejada de tomar en cuenta, ha permitido a nuestra organización ponerse en el centro del debate nacional llevando nuestras propuestas, aunque de manera recortada, a los más lejanos rincones de nuestra patria. La fuerza tupacamarista ha sabido utilizar adecuadamente las contradicciones en el seno del enemigo a favor del movimiento revolucionario.
Por otro lado, en el movimiento popular y especialmente en el pueblo trabajador la acogida hacia nuestra organización ha sido de lo más estimulante, recibimiento caluroso, fraternal y solidario, lo cual queda plenamente demostrado cuando miles de personas acompañaron los restos de nuestros guerrilleros caídos en combate contra el ejército en Los Aguanos, el 17 de noviembre. El paro de 48 horas del pueblo de San Martín y otras muestras similares.
En la reunión de la Asamblea Nacional Popular, entre los días 19 y 22 de noviembre, donde se han reunido las más diversas organizaciones de trabajadores y políticas de izquierda, las tendencias más clasistas y progresistas han dado la lucha por imponer el criterio de que en el seno del movimiento popular y revolucionario surgen -como necesarias y posibles- todas las formas de organización y de lucha, incluida la lucha armada revolucionaria como respuesta y alternativa a la violencia estructural contra el pueblo de parte del estado que se traduce en terrorismo de estado, guerra sucia y represión.
No faltan, evidentemente, las posiciones que en el movimiento popular han recibido como trago amargo el accionar de nuestra organización; de un lado el reformismo que ve peligrar sus planes conciliadores y electoreros, y del otro, el infantilismo provocador que pierde espacio paulatina y aceleradamente en el movimiento obrero y popular debido, principalmente, a lo profundamente equivocada de su estrategia y tácticas. Ambas opciones conducen a la derrota, hoy o más adelante, del movimiento revolucionario de las masas.
Por último, el día 21 de noviembre en las cercanías de la localidad de Soritor un destacamento de nuestro Frente Nor Oriental realizó una emboscada contra fuerzas de avanzada del ejército enemigo, el saldo de esta acción ha sido de 4 soldados muertos y 6 heridos, por otro lado, otra columna tomó la localidad de Chazuta, al este de Tarapoto; de esta manera nuestra organización continúa de manera exitosa en la tarea de desarrollar la guerra de guerrillas como parte fundamental del proceso revolucionario en nuestra patria, en la lucha por el poder, y en la perspectiva de construir una sociedad realmente democrática, popular y revolucionaria, es decir, el socialismo.
¡SEAMOS DIGNOS REPRESENTANTES DE ESTA ALTERNATIVA POPULAR!
¡FORJEMOS LA FUERZA POLITICA Y MILITAR DEL PUEBLO, EL EJERCITO TUPACAMARISTA!
¡CON LAS MASAS Y LAS ARMAS… PATRIA O MUERTE… VENCEREMOS!
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