El presidente Álvaro Uribe Vélez, en su pretensión reeleccionista, ha optado por propuestas demagógicas a la insurgencia. Trata de recuperar iniciativa política para salir del declive que no reflejan las tramposas encuestas y “sondeos de opinión” difundidos por los grandes medios de comunicación a su servicio.
Hay que aminorar el amplio rechazo el amplio rechazo a hechos tan notorios como la complicidad de Uribe con los criminales paramilitares al desarrollar el mal llamado “proceso de paz”, diseñado para salvarles de la cárcel por sus crímenes atroces, para legalizar fortunas del narcotráfico y constituirse en organización política fascista. Esa demostración uribista de grosera impunidad, inadmisible para el pueblo y los luchadores por la democracia y la paz con justicia social, le viene costando caro y el tratar de mostrarse equilibrado y generoso es la treta para salvarse.
Uribe busca tapar estos execrables hechos proponiendo diálogos y negociaciones a las guerrillas, sin hacer ninguna modificación de fondo a la política guerrerista-fascista que considera terrorista a todo luchador del pueblo y no sólo a la insurgencia, manteniendo el abultado gasto militar que ahonda el histórico faltante fiscal para el gasto social y la inversión a favor del pueblo y el desarrollo de Colombia.
De otro lado, la demagogia uribista, al proponer diálogos y dar la apariencia de disposición al canje humanitario de prisioneros, tiende una cortina de humo ante los evidentes fracasos del guerrerista “Plan Patriotas”, diseñado contra las cúpulas de las guerrillas, que ahora, ante su fracaso, pretenden mostrar como una operatividad de menos alces. El chasco de la “gran ofensiva” ha llevado al punto crítico de generar contradicciones en el estamento militar y entre cúpula militar y gobierno, como lo evidenciara la revista Cambio del 23 de agosto y la entrevista concedida a RCN el jueves 26 de agosto por los máximos comandantes, generales Ospina y Carreño. Ellos mienten y esconden derrotas, tratan de ocultar y remediar los bajos resultados en el campo de batalla.
La propuesta de canje es tramposa, mantiene la negativa a reconocer la conexidad entre el delito político de rebelión y otras violaciones al código penal, sin las cuales no es posible ser un rebelde en armas. A su vez, al seguir sosteniendo tercamente el calificativo de “terroristas” y “narcoguerrilla”, cierra cualquier posibilidad de tratamiento político al conflicto armado, social y político que sacude a Colombia y se agrava con el uso de la antinacional extradición como arma jurídica de la guerra agresiva y colonialista de los imperialistas de Washington.
En realidad, Uribe intenta afianzar por otros medios la tesis de lucha contra el terrorismo con la cual se desconoce la condición beligerante de las guerrillas colombianas, simultáneamente trata de ganar tiempo para efectuar ajustes militares y seguir en el vano intento de derrotar a una insurgencia que combate con fiereza y no sucumbirá ni militar ni políticamente.
Con esas propuestas demagógicas de diálogo y canje, Uribe recompondría una imagen que ya se deterioró, tapando fracasos de la guerrerista política de seguridad democrática que, ante todo, con su terrorismo de Estado, apunta a apaciguar la tendencia al ascenso de las luchas populares, como lo muestra el horroroso asesinato de 3 dirigentes sindicales del ultra militarizado departamento de Arauca, justificado por el Vicepresidente y el Ministro de Defensa “por tener orden de captura”. También lo ilustran las detenciones masivas e indiscriminadas de más de 5.000 ciudadanos en el 2004, que a no dudarlo, incrementarán el presidente Uribe y sus matones con otras medidas contra los derechos civiles y humanos pisoteadas por el fascista “Estatuto Antiterrorista”.
El Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista) y el Mando Nacional del Ejército Popular de Liberación, “EPL”, rechazan las ofertas de canje y diálogo presentadas por el presidente Álvaro Uribe Vélez, al tiempo que censuran enérgicamente las versiones que asignan al vocero público de nuestras organizaciones, Francisco Caraballo, palabras o actos de simpatía con las propuestas demagógicas de Uribe.
¡Combatiendo unidos venceremos!
Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)
Comité Ejecutivo Central
¡Combatiendo venceremos!
Ejército Popular de Liberación “EPL”
Mando Nacional