DESDE MARQUETALIA, LA LUCHA SIGUE. 56 AÑOS DE LAS FARC-EP
Hace 56 años, mayo 27 de 1964, nacieron las FARC en Marquetalia, sur del Tolima, enfrentando y resistiendo con las armas en la mano, la violenta operación militar ordenada por el presidente Guillermo León Valencia, segundo gobierno del Frente Nacional, manguala excluyente de liberales y conservadores.
48 combatientes, antiguos guerrilleros de los Comunes de la década del 50, dirigidos por Manuel Marulanda Vélez, el maestro de la guerra de guerrillas, enfrentaron con decoro y valentía la agresión del poder central. En medio de los bombardeos y desembarcos, las tropas terrestres del gobierno conocieron el fuego guerrillero y el vislumbre tronante de sus explosiones.
La operación Marquetalia hacía parte del Plan LASO (Latin American Security Operation) ideado por los Estados Unidos para impedir el surgimiento de nuevas revoluciones, como la cubana, en el continente.
Las FARC nacieron de la traición del Estado a la paz pactada en el 58, y del asesinato del notable líder guerrillero marquetaliano, Jacobo Prías Alape, negociador de esa paz. Lo mataron en enero de 1961 en Gaitania, por la razón política de ser comunista.
El Estado colombiano es un Estado traicionero; mala costumbre, herencia maldita de Santander erigida en distintivo de las oligarquías, que desde hace 200 años detentan el poder. Es tramposo el Estado y no cumple la palabra empeñada. No respeta los acuerdos de paz; los traiciona. Guadalupe Salcedo, Jacobo Prías, Carlos Pizarro, Alfonso Cano, comandantes guerrilleros ellos, cayeron acribillados en procesos de paz, como los 5000 muertos de la Unión Patriótica tras el acuerdo de La Uribe, y como los 200 guerrilleros asesinados luego de la firma del Acuerdo de La Habana.
Estado que no respeta un acuerdo de paz, no merece el respeto de los gobiernos ni de los pueblos del mundo.
La traición no fue tanto para las FARC, sino para el pueblo colombiano, que con el incumplimiento y la perfidia del Estado le negaron el derecho a la paz con justicia social, vida digna, participación política, seguridad física, el acceso a la verdad y el fin de la guerra sucia que sigue truncando las más hermosas vidas de líderes y lideresas sociales dedicadas a la defensa de los derechos humanos de las comunidades.
Es una necedad, una maniobra de corto vuelo del presidente Duque, intentar mimetizar la traición con el sofisma de «paz con legalidad», pues sabe muy bien, que el Acuerdo de Paz de 2017 nació con fuerza constitucional por su categoría de Acuerdo Especial del artículo tercero de los Convenios de Ginebra.
De la traición y la perfidia del Estado colombiano nacen las FARC-EP, Segunda Marquetalia. Marquetalia es una sola, de acuerdo. Y la Segunda es la continuidad de la lucha armada iniciada en mayo de 1964, que seguirá sin tregua y sin descanso hasta que tengamos paz completa, como compromiso de un gobierno nuevo, de amplia coalición democrática, que permita a los colombianos el disfrute pleno del más elevado de todos los derechos.
Nuestra bandera estratégica sigue siendo la paz de Colombia. Para llegar a ella tendremos que barrer la maldad y la perfidia y esa es una tarea que solo podrá sacar adelante la fuerza del pueblo unido, los movimientos sociales y políticos, los estudiantes, los campesinos, las mujeres, los indígenas, las negritudes, los partidos de izquierda, los sectores democráticos del liberalismo y el guerrilleros, los militares y los policías bolivarianos y otros actores armados que lo integrados todos como potencia cambio, en una plataforma de lucha que en su texto los sueños de futuro y Patria palpitan en el sentimiento colectivo.
Después de la pandemia, lo primero es a las calles, reactivar las movilizaciones, los plantones y los cacerolazos para seguir manifestando la inconformidad de todo el pueblo con el mal gobierno de Duque, que es el gobierno de la mafia y los corruptos.
Revoquemos el mandato de Iván Duque por elegirse presidente de la República mediante fraude electoral y financiación de su campaña con dineros de la mafia del narcotráfico, salidos de las lavanderías del Ñeñe Hernández. Que se le retire la distinción como vicepresidenta a la señora Marta Lucía Ramírez, la Vice del corrupto mafioso «Memo Fantasma». Cárcel y muerte política para el más criminal de los presidentes, Álvaro Uribe, mafioso y paramilitar, despojador de tierras, y cerebro desquiciado de los falsos positivos. No más impunidad para los Char y los Gerlein, delincuentes electorales, compradores de con- ciencias y de votos; para ellos, castigo judicial con cárcel, pérdida de derechos políticos e incautación de bienes. No más hostilidades de Duque contra Venezuela y contra Cuba, no más cercos diplomáticos ridículos, no más injerencia en los asuntos internos de otros países, no más mercenarios para derrocar gobiernos legítimamente constituídos, y no más subordinaciones humillantes a la Casa Blanca.
Una Nueva Colombia es posible.
¡Viva el 56 aniversario de las FARC-EP!
¡Viva Manuel Marulanda Vélez! Desde Marquetalia, La lucha sigue