De los sueños del pueblo nació un grito, que hoy es luz, es vertiente y es la senda de estos hombres y mujeres que empuñan las armas por la libertad y la justicia.
Tras largas jornadas de combates, de derrotas y victorias nuestras frentes lucidas miran el horizonte con firmeza, nuestras manos laboriosas cosechan día a día el fruto dulce de las masas populares. Nuestro nombre es un referente de la lucha por la revolución del Ecuador y todo el pueblo ha depositado en nosotros su confianza, esperando anhelantes ir con nosotros hacia el triunfo final. Cual pan cotidiano, nuestro pronunciamiento en la acción es cada día esperado, el pueblo nos entiende, nos busca, nos llama; y se afirman en nuestras banderas de lucha cual niño a su madre.
Somos verde fruto aún, pero este ejército miliciano reverdece como fértil brote en cada barrio, en el colegio y en la fábrica; nuestro nombre es estirpe, es sangre, es efigie, de una casta de insurgentes nacidos en medio de la lucha. De su seno se erigen luminosos Juan Carlos, Jonás y Diego, ejemplos que en cada rostro humilde, sonríen ante la gran tarea, que aunque dura, será victoriosa. Esos labios sedientos por el poder popular, se refrescan del agua dulce del marxismo, nuestros brazos se fortalecen levantando las barricadas y empuñando la piedra, la cual nos ha convertido en un solo cuerpo virtuoso en decisión y responsable en la acción. Los temerosos aspavientos del traidor no han doblegado nuestras filas, mas las hordas asesinas no han dubitado en extender sus garras. No estamos solos por que el cambio y transformación es inevitable, y este andar nos ha dado la batuta, allá en la calle somos los primeros, allá en el colegio se levanta nuestro nombre, allá en la fabrica se espera nuestro discurso.
Tras estos veinte años somos más grandes y más fuertes; somos una efervescencia que se desata entre las masas con esa energía incandescente. Las masas requieren nuestro esfuerzo más dinámico y eficaz, nuestro pueblo requiere de nuestro concurso en todos lados, y nuestras manos tienen que extenderse en todas direcciones.
Estos veinte años son un paso en la larga vida de combates que nos esperan.
Honor y Gloria a nuestros héroes
Honor y gloria a la insurgencia
Vivan los GCP