"Los comunistas, siéndolo, no tenemos miedo a nada; más el partido nos ha forjado en retar a la muerte y llevar la vida en la punta de los dedos para entregarla en el momento que la revolución nos lo demande”. Presidente Gonzalo
Desde que la sociedad dio paso a la formación de las clases y con ellas del estado, ninguna clase se ha erigido en el Poder sin que tenga que prescindir de la violencia revolucionaria.
La expresión más alta de la lucha de clases se manifiesta en la cruenta lucha por el Poder. Siendo este último el aspecto fundamental de los antagonismos sociales.
Hoy en día la Guerra Popular es la estrategia militar con la que cuenta el proletariado y sus aliados para destruir el Viejo Poder y Construir lo Nuevo: Nuevo Poder, Nueva Democracia, Nueva Dictadura. Sin embargo desde “la otra colina” la gran burguesía, grandes terratenientes, revisionismo e imperialismo como un todo que engloba a la reacción, a la anti historia, a lo viejo, también tiene su estrategia de lucha que de manera sostenida, sistemática y cada vez más cruenta y genocida está presta a tratar de contrarrestar lo inevitable: el triunfo de la Revolución Democrática de Nuevo Tipo inscrita en la Gran Revolución Proletaria Mundial.
Y precisamente, el 19 de Junio de 1986, bajo el gobierno del asesino Alán García, las hienas de la reacción aplicando su estrategia de guerra atacaron las Luminosas Trincheras de Combate de El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara, y en desproporcionado combate infringieron la muerte a más de 300 comunistas que después de resistir y combatir de la manera más ejemplar y memorable que la clase haya podido evidenciar. Entre los despojos de la muerte en las viejas mazmorras el sistema convertidas en Luminosas Trincheras de Combate, los camaradas del PCP y del ELP emergieron como guerreros victoriosos que trascendieron mucho más allá de la muerte para convertirse en referentes de la heroicidad del proletariado y pueblos del mundo.
“Qué derroche de Heroicidad, Los genocidas no soportan la heroicidad Nuestra sangre los ahoga….a nosotros nos potencia”
Está claro entonces que la estrategia imperialista está condenada a fracasar, porque más allá de que eventualmente y solo en condiciones de alevosa ventaja puedan infringir muerte física en los rojos combatientes, su estrategia y sustento está sentenciada inevitablemente a perecer.
“Su sangre corría por el patio Con olor a pólvora y coraje regaba y potenciaba
Nuestra pasión revolucionaria”
Está claro entonces que la voluntad de combatir, el convencimiento absoluto de la justeza de nuestras luchas y sobre todo de ser estandartes de la línea correcta, esto es el marxismo-leninismo-maoísmo, aún en condiciones difíciles está condenada a emerger victoriosa, indestructible, sentenciada a triunfar. Esa es la lógica de las guerras injustas y de las guerras justas.
La Guerra Popular es una estrategia de guerra que tiene la capacidad de destruir, pero también de construir. Es placenta, es matriz, es tierra fértil, porque nos pone en las manos la posibilidad cierta de ejercitar Poder y dar paso a nuevos y mejores días para la clase y el pueblo. No obstante hacer la guerra nos compromete, bajo legado histórico particularmente de los camaradas del PCP y del ELP a entender que la tendencia en la lucha de clases deviene más cruenta y que quienes asumimos el reto de elevarla a una condición de Guerra Popular debemos tener claro la importancia que tiene aceptar el reto de cruzar “el río de sangre” como una condición básica que nos aproxime al legítimo derecho de construir el Nuevo Poder.
Camaradas, conmemorar el 19 de junio como el Glorioso “Día de la Heroicidad”, debe simplificarse en la decisión inquebrantable de recoger las banderas de nuestros camaradas que cayeron resistiendo y combatiendo en las Luminosas Trincheras de Combate en el Perú; de aquellos que hoy en día no dejan de aportar con el sacrificio supremo de entregar generosamente sus vidas por la clase, el Partido y la revolución en Filipinas, Turquía, la India y otras trincheras que van emergiendo y que no tardarán en devenir en Guerra Popular y que también han puesto ya su cuota de sangre.
Conmemorar el Día de la Heroicidad debe trascender en el proletariado internacional en el firme compromiso por trabajar incansablemente por construir más Partidos Comunistas de Nuevo Tipo, desarrollar más Guerras Populares, de forjar camaradas y combatientes consientes de aceptar la guerra, la revolución “con todos sus horrores sin reservas cobardes” .
¡HONOR Y GLORIA AL DIA DE LA HEROICIDAD!
¡HONOR Y GLORIA ETERNA A LOS HEROICOS CAMARADAS DEL PCP Y COMBATIENTES DEL ELP CAIDOS EN COMBATE EN LAS LUMINOSAS TRINCHERAS DE COMBATE!
¡HONOR Y GLORIA A TODOS LOS CAMARADAS QUE HAN ENTREGADO SU VIDA POR LA CLASE, EL PARTIDO Y LA REVOLUCIÓN EN EL PERÚ, LAS FILIPINAS, TURQUIA E INDIA!
¡HONOR Y GLORIA A TODOS LOS CAMARADAS QUE ENTREGARON SUS VIDAS POR LA GUERRA POPULAR EN EL NEPAL Y CUYA SANGRE HA SIDO HOY TRAICIONADA POR EL REVISIONISMO DE NUEVO CUÑO!
A CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO