Después de dilapidar los fondos públicos en la amañada consulta y al ver que nada han podido hacer con la crisis de la salud, educación, desempleo, seguridad, etc. los verdes de País han recurrido a las recetas tradicionales del FMI y Banco Mundial para anunciar una nueva reforma tributaria para no hablar de paquetazo. Correa toma el pretexto ecológico de protección de la naturaleza y la no contaminación ambiental, para recaudar los llamados “impuestos verdes”, que tratarían de financiar el déficit fiscal y solventar el excesivo e inútil gasto público.
Esta reforma tributaria que anunciaron consiste en la aplicación de mayores impuestos a vehículos, botellas y fundas plásticas, cigarrillos y licores; y tan pronto se la divulgó y al ver el rechazo unánime que llegaría a las calles, Correa ha tenido que retroceder con los gravámenes a las fundas plásticas por la ola recesiva que se venía, pero al mismo tiempo, cínicamente, se atreve a anunciar el alza de las tarifas eléctricas, más adelante serán las medicinas, el gas, la gasolina y los pasajes, lo que desembocará inevitablemente en conflictividad social.
Toda la plata que han tenido de los ingresos del petróleo, que hasta lo han vendido anticipadamente; con la continuación del endeudamiento externo y con las continuas imposiciones tributarias, no han podido resolver ni siquiera las necesidades de salud que está en emergencia. La urgencia de los impuestos es únicamente para la salud de la caja fiscal que está en déficit y para cubrir el gasto público de la propaganda gubernamental, pero nada que ver con la salud del pueblo.
El correismo dice que estas medidas contribuirán a mejorar el respeto al medio ambiente, ¡mentira!, porque el pago del impuesto “verde” no detendrá la contaminación. Lo único verde son los dólares que se desvían oscuramente del erario nacional. Dicen también que se fomentará la justicia social, ¡otra mentira!, porque al fin serán los sectores populares los que pagaran esas cargas. Pero lo que sí es seguro, es que este engaño del régimen que pretende ocultar la esencia neoliberal de esta nueva reforma tributaria llama a la unidad y a la lucha resuelta a los trabajadores y trabajadoras, campesinos/as, indígenas, estudiantes y demás pobladores de las ciudades y campos que sufrimos el alto costo de la vida y las cargas tributarias. Los Grupos de Combatientes Populares estamos en la primera fila del reclamo y de la lucha.