El gobierno de Cristiani y la Administración Bush sustentan sus posiciones de cara a la negociación a partir de un análisis geopolítico y no de la situación del país.
Concluyen que producto del problema interno de la URSS y los cambios en Europa del Este el FMLN se irá debilitando. El FMLN jamás ha tenido dependencia política ni material de la URSS. Están ilusionados con que el marco geopolítico pueda lograr lo que ellos no han podido hacer en diez años. Será el tiempo y la realidad lo que les demostrará que están equivocados.
Basados en este mal análisis el gobierno no[s] hace una propuesta de negociación vacía e intranscendente, que simplemente son cambios de nombre y rotación de unidades militares, pidiendo a cambio de esto, el cese de fuego y el desarme del FMLN.
El FMLN es históricamente una fureza nacional, con reconocimiento internacional propio y totalmente independiente de cualquier bloque ideólogico internacional. El FMLN se rige por los intereses nacionales y populares y nadad ni nadie cambiará su determinación de llevar adelante en El Salvador una revolución democrática. Puede desaparecer la Unión Soviética pero mientras en El Salvador haya gobiernos militaristas e injusticia social habrá lucha y el FMLN estará frente a ella. E fin de la guerra fria no es desventaja para nosotros sino ventaja. Ahora ya nadie puede decir que el FMLN es consecuencia de la lucha Este-Oeste.
Desmilitarización: La Alternativa
Nuestra propuesta sobre las fuerzas armadas parte del hecho de que aún no ha habido ni victoria ni derrota de ninguno de los ejércitos. Ilógico es que, existiendo una situación de equilibrio military enter ejércitos, se pida que uno de ellos se desarme, en virtud de que su oponente le augura un mal futuro por rezones internacionales.
Se puede decir que hay un ejeército en el poder y otro en lucha, pero de que sirve ésto, si no se puede gobernar ni estabilizar el país, y el ejército gubernamental es inútil para lograr esta tarea. El poder de veto del FMLN es el instrumento más poderoso para la desmilitarización y contrucción de la democracia en El Salvador.
Sólamente hay tres opciones: que desaparezcan los dos ejércitos, que existan y se institucionalicen ambos, o que uno desarme al otro. Las dos primeras son opciones políticas, la Segunda más difícil que la primera y la última solo es posible militarmente.
Lo más razonable y sensato es la desaparición de los dos ejércitos y la victoria total de la sociedad civil, es entonces ridículo pretender lograr en la negociación que el FMLN se desarme y la Fuerza Armada gubernamental se quede. El FMLN mantiene su capacidad ofensiva estratégica mientras que el ejército gubernamental ha perdido esa capacidad. Esto lo reconoce el propio Alto Mando al mantener sus alertas y denuncias sobre una inminente ofensiva del FMLN atrevidose hasta a darnos el consejo de que no nos conviene y que seria un grave error. Nunca se había visto la Fuerza Armada tan preocupada porque el FMLN anuncie una nueva ofensiva.
Debe quedar bien claro que las fuerzas militares del FMLN no son negociables en tanto la Fuerza Armada gubernamental no esté dispuesta a disolverse. Jamás negociaremos el cesde de fuego por cambios de nombres o cuerpos de seguridad asesinos y jamás negociaremos nuestras armas para que en nuestro país quede la misma Fuerza Armada criminal y corrupta aterrorizando al pueblo.
La negociación, una conquista del pueblo
Si la pretención del Gobierno y la Administración Bush es buscar la rendición del FMLN en la mesa de negociación, deben decirlo claramente como lo ha hecho Roberto D’Aubuisson y Eliot Abrahams[1], ex funcionario de la Administración Reagan. En consecuencia con eso deben luchar abiertamente para escalar la guerra, aumentar la ayuda e involucrarse más en el conflicto, en vez de chantajear con que es el FMLN el responsible de que continúe la ayuda y la guerra.
El FMLN se mantendrá en la mesa de negociación cualquiera que sea la situación en el terreno politico o military. La mesa de negociación y el acuerdo de Ginebra son una conquista del pueblo y de nuestros combatientes, a la que obligamos al Gobierno Salvadoreño y al de Estados Unidos y jamás renunciaremos a esa conquista. Nos mantendremos luchando firmemente en la mesa de negociación por un cese de fuego acordado a partir de que se acabe la impunidad del ejército y de que se abran espacios democráticos reales para todo el pueblo, nos mantendremos luchando porque el fin de la guerra sea también el fin del militarismo y la injusticia social en el país.
El FMLN está claro que la negociación sera difícil, pues no está negociando con santos varones, sino escuadrones y terroristas que han asesinado a obispos, monjas, curas y a cualquiera que se les pone frente. No nos confunden los Buenos modales del señor Cristiani, sabemos que él está implicado en crímenes desde que era hombre de confianza de D’Aubuisson, sabemos que hace uso directo del terror sicológico cuando él y voceros de su Gobierno y la Fuerza Armada declaran que sería el pueblo el que más sufriría se se produjera una ofensiva military del FMLN. Esto en castellano claro es una cobarde amenaza de matar inocentes como lo hicieron en noviembre cuando vieron en peligro sus fuerzas. Son un Gobierno terrorista y como tal debe llamárseles.
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Fuente: Boletín Especial Venceremos, Nº 9 (Septiembre de 1990), Quito-Ecuador, pp. 1-3.
Digitalización: Marxists Internet Archive.