“El pueblo, y más las futuras generaciones,
no podrán vivir esclavos y será entonces cuando
de nueva cuenta nos pondremos en marcha,
y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista
y llegado el momento nos volveremos a reunir.
Guarden sus fusiles,
cada cual donde lo pueda volver a tomar...”
(Rubén Jaramillo, 1918).
Al pueblo de Morelos.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
Compañeras y compañeros:
En abierto desafío al poder de los de arriba, deseamos con vehemencia que este nuevo mensaje llegue a su conciencia, contribuya a encender sus sentidos y ayude a poner en alerta su corazón, pues hoy, más que nunca, el futuro de nuestra nación se encuentra en grave peligro. Impúdicos y alevosos, los grupos político-empresariales más reaccionarios -organizados en el PRI y en el PAN- pretenden conservar la presidencia de la república a cualquier precio, para seguir exprimiendo al pueblo y saqueando a la nación.
Ciegos y sordos frente al justo reclamo popular, los empresarios y políticos corruptos, intentan llevar hasta sus últimas consecuencias el modelo neoliberal, para acrecentar las riquezas de la burguesía imperialista y de la oligarquía nacional, a costa de la entrega de nuestros recursos y de la soberanía nacional.
Ebrios de tanto dinero, estos secuestradores de la patria, quieren seguir cobrando cuantiosos rescates (bancario, carretero, azucarero, etc.), golpeando, encarcelando o asesinando a quienes cuestionan e intentan quitarlos del timón y modificar el rumbo por el que se desplaza dolorosamente la nación mexicana.
Y, aunque hoy Vicente Fox dé cuenta mentirosa de su cuarto año de gobierno, describiendo un México que sólo existe en sus fantasías, grandes sectores populares ya tomaron conciencia del engaño y del fraude que significó la candidatura mediática organizada y financiada por los señores del dinero, pues la alternancia en el poder no significó ningún cambio sustancial. Por el contrario, la administración de la pandilla facciosa, comandada por la pareja presidencial, sólo vino a significar mayor deterioro en la calidad de vida del pueblo mexicano, así como un mayor respaldo a las mafias del narcotráfico enquistadas en las instituciones públicas, como lo prueba el sostenimiento en el gobierno, del rey del narco-menudeo morelense Sergio Estrada Cajigal.
Estos hechos permiten hoy al pueblo y a sus organizaciones advertir que los dueños del capital intentan imponer su voluntad de nueva cuenta, combinando estrategias de consenso y represión, utilizando argumentos jurídicos y campañas mediáticas para decidir la candidatura que más convenga a sus intereses.
Pero este nuevo y rapaz intento ha derivado en la indignación y la protesta social. El pueblo ha tomado la calle y está en posibilidad, una vez más, de intervenir activa y decididamente en la construcción de su propio destino. Así lo evidencian las movilizaciones populares de los últimos cuatro días.
Frente a esta situación, y antes que los de arriba negocien una salida a espaldas del pueblo, es necesario que éste delibere, acuerde y construya su propia candidatura, con base en un proyecto de nación que, sin ambigüedad, se pronuncie contra el neoliberalismo, recupere el sentido popular y revolucionario de nuestra constitución política, castigue a los responsables de los crímenes de estado y lesa humanidad, reconozca y respete los derechos de la diversidad cultural, reconozca la autonomía y participación democrática de los grupos sociales, reestructure y reduzca la deuda (externa e interna), castigue a los responsables del saqueo a la nación y acote el absolutismo mercantil-capitalista que niega nuestra condición humana; dando paso, de este modo, a la desarticulación del poder del capital.
Para lograr este propósito se necesita la decidida articulación de todas las fuerzas interesadas sinceramente en la transformación social profunda. Articulación que recupere la política como espacio de construcción de nuevas formas de socialidad, es decir, de relaciones humanas mediadas por nuevos principios, valores, normas y acuerdos que tengan como fin el bienestar humano.
Ha llegado la hora de las definiciones: adquirir sólidos compromisos entre el pueblo, con el pueblo, para el pueblo. Ha llegado la hora de la discusión y la activa participación del pueblo en la toma de decisiones sobre su futuro y el de la nación; de someter a examen riguroso y sancionar los proyectos de nación de las distintas fuerzas políticas; de comprometer a los políticos profesionales a cumplir con su palabra; de construir entre las izquierdas la tolerancia y la articulación; de romper la hegemonía de los grupos político-empresariales del PRI-PAN; de organizar la lucha política y la autodefensa popular frente a cualquier golpe de estado (técnico, mediático o militar); de rescatar la patria de las garras del gran capital y de los políticos corruptos. Y, por último, de recuperar nuestra soberanía popular y nacional.
¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo (CJM-23)
Campamento Revolucionario, Estado de Morelos, Septiembre 1 de 2004