A la memoria del Dr. Salvador Allende, presidente socialista constitucionalmente electo, asesinado por las fuerzas armadas chilenas y el imperialismo norteamericano el 11 de septiembre de 1973.
"El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar..."
(Rubén Jaramillo, 1918).
Al pueblo de Morelos.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
Compañeras y compañeros:
Una vez más, reciban el saludo respetuoso de nuestro Comando y el de los Concejos de Resistencia Popular que lo mandatan, deseando que las jornadas de protesta contra la escalada neoliberal se fortalezcan, y sigan contribuyendo a desarrollar la lucha, la organización y la conciencia crítica de nuestro pueblo, así como su creciente y decidida incorporación en el rescate de la patria y la construcción
El espectáculo desarrollado el pasado 1 de septiembre, dentro y fuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, dejó ver el miedo profundo que el pueblo movilizado provoca en la pandilla gobernante y la incapacidad de ésta para proseguir con su gestión neoliberal, sin tener que recurrir a la impudicia de la mentira y de la fuerza.
Dejó ver el divorcio entre los poderes republicanos y el pueblo, y el sostenimiento -casi exclusivo- de estos en el aparato policíaco-militar. Pero, sobre todo, dejó ver el coraje, la indignación y el hartazgo de un pueblo que ya no está dispuesto a seguir soportando la explotación, el sometimiento y la exclusión de que ha sido objeto bajo la globalización neoliberal.
Por un momento, el Palacio Legislativo se convirtió en el centro neurálgico del poder neoliberal; en el punto de articulación del poder económico-político-mediático-represivo; en el espacio exclusivo y excluyente de los señores del poder y del dinero.
Pero el desorbitado y grotesco dispositivo policiaco-militar que -en proporción a su miedo- desplegaron los de arriba, así como la masiva protesta popular que sitió y cuestionó dicho espacio, mostraron que el poder neoliberal se encuentra en crisis, debilitado por sus contradicciones internas y por su total pérdida de credibilidad.
¡Tregua o represión!, fue en resumidas cuentas el doble mensaje intimidatorio emitido a la nación por la pandilla facciosa en el poder.
Sin embargo, la cabalgadura foxista en que se montó la oligarquía neoliberal ya reventó. Dicha cabalgadura es incapaz de seguir impulsando el proceso de reestructuración, expansión y dominio del poder del capital.
Por eso, los señores del dinero construyen aceleradamente una nueva candidatura presidencial, una nueva cabalgadura, pretendiendo imponerla mediante el fraude (1988), el miedo (1994), el engaño (2000) o, incluso, el voto de la esperanza (2006). Pues, tras la sucesión presidencial, está en juego la continuidad o el posible reemplazo del modelo neoliberal.
Tres escenarios se avizoran en la presente coyuntura: 1) la imposición del bloque bicéfalo reaccionario PRI-PAN; 2) el triunfo del voto de la esperanza; y, 3) la articulación y fortalecimiento de un verdadero poder popular.
Los señores del dinero intuyen, que la imposición del bloque derechista PRI-PAN podría significar un estallido social o, por lo menos, una mayor inestabilidad para la inversión de sus capitales.
También intuyen, que el voto de la esperanza podría significar la manera más tersa y engañosa de imponer una nueva cabalgadura, así como de evitar la articulación y fortalecimiento de un verdadero poder popular.
Por eso, desde hace algunos meses los dueños del capital, usando de ariete a los poderes ejecutivo y judicial, pretenden poner contra la pared y doblegar a quienes promueven y representan el voto de la esperanza, con el fin de obligarlos a negociar y acordar un programa de gobierno favorable a sus intereses.
Quienes promueven y representan el voto de la esperanza tienen dos opciones: aceptar las pretensiones y ofertas de los dueños del capital o rechazarlas y estar dispuestos, junto con el pueblo, a rescatar la patria, con base en un proyecto de nación digno y justo, y el establecimiento de un nuevo pacto social que tenga como fin el bien-estar social y humano de todos los mexicanos.
Por su parte, el pueblo intuye que el voto de la esperanza podría significar un verdadero cambio de rumbo. Pero la única garantía de que esta opción signifique un punto de inflexión real reside en nuestra capacidad como pueblo, y en la capacidad de las izquierdas, para articularnos en un verdadero poder democrático, solidario e incluyente. Un poder popular capaz de construir su propia candidatura con base en la discusión, la tolerancia y el consenso social, capaz de recuperar la política como espacio de construcción de nuevas formas de socialidad y de combinar la lucha política, la autodefensa popular y la lucha armada revolucionaria.
Hoy, el hecho más relevante de la coyuntura actual es la incorporación del pueblo trabajador a la palestra política, en condiciones que podrían hacer posible dar marcha atrás a la ofensiva antilaboral y transformar la lucha por la presidencia de la república en una lucha contra el neoliberalismo y el absolutismo mercantil-capitalista.
¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo (CJM-23M)
Campamento Revolucionario, Estado de Morelos.
República Mexicana, septiembre 11 de 2004