La crisis económica mundial desatada el 2008 por el colapso de la burbuja de créditos subprime, aún sacude con fuerza a todo al “Primer Mundo”. En Países como Grecia, Portugal, Italia y España, la crisis económica se ha ido transformando con el correr del tiempo, en una verdadera crisis social y política. Las movilizaciones pacíficas y violentas de trabajadores, estudiantes y capas intermedias empobrecidas; la precariedad laboral y los recortes económicos en el “área social”, dan cuenta de la mayor crisis europea post Segunda Guerra Mundial. Dicha crisis no parece dar (aún) luces de retroceder, variados economistas vaticinan una segunda contracción económica, la que podría alcanzar (incluso) a potencias como Alemania, país que ha impedido por medio de préstamos directos e indirectos y flexibilizando deudas, la quiebra de más países europeos.
En Nuestra América, esta segunda contracción hará sentir sus estragos de manera diferenciada al resto del mundo, los países bajo administraciones de carácter progresistas, nacional-populistas y democrático-populares, resistirán con mayor facilidad, pero no sin dificultades esta segunda crisis; principalmente porque que estos gobiernos poseen una política económica (relativamente) independiente de los países capitalistas centrales y cada vez más dependientes del bloque BRIC, además son mucho más proteccionista que otros países más liberalizados. No obstante ello, en los países latinoamericanos donde aún predomina el modelo neoliberal, el reflujo económico afectará de manera aguda a la clase trabajadora y al pueblo. Países como México, Colombia y casi todo Centro América, esperan un segundo golpe económico para la primera mitad del 2012, el cual afectará de sobremanera a los más pobres y estimulará la profundización de las crisis sociales, macro-institucionales y agudizando los conflictos internos.
Estabilidad y crecimiento económico nacional
En Chile también poseemos una economía casi totalmente liberalizada y dependiente de los países capitalistas centrales, sin embargo estamos muy lejos de sufrir una crisis económica de características catastróficas como las economías del “Primer Mundo”. Ni los grandes grupos económicos, ni los sectores más dinámicos y activos de la economía nacional; ligados a la producción primaria-exportadora, verán afectados sus intereses o sus inversiones en el mediano plazo.
Desde el gobierno de Frei que las administraciones concertacionistas se preocuparon por “blindarse” ante una nueva crisis económica mundial como la vivida los años 97-98. En ese sentido, las políticas anti-cíclicas, la solidez de los bancos nacionales (y del Banco Central), las ganancias (en permanente aumento) del cobre, el crecimiento macroeconómico y una economía cada vez más dependiente de China, son el piso que aseguran a la burguesía monopólica-financiera nacional una tasa de crecimiento sobre el 5% y un estupendo blindaje para conservar sus esplendidas ganancias.
Dicha fortaleza económico-estructural además de la creciente dependencia hacia el gigante asiático, han permitido la reactivación económica nacional. Este primer semestre el PIB nacional creció (en términos reales) un 8,4%, la demanda interna un 12% y las exportaciones un 9,8% durante el mismo periodo. El 2011 cierra con un panorama económico extraordinariamente favorable para la burguesía dependiente nacional. En cuanto al 2012, las estimaciones de crecimiento del PIB oscilan entre el 5,5% y el 6,5%, lo cual es un crecimiento portentoso en comparación con el resto de los países de la OCDE que estiman una tasa de crecimiento inferior al 2% anual. Además de la solidez económica de este año y las buenas perspectivas para el próximo, el ejecutivo se ha comprometido con que el Presupuesto Anual de la Nación no superara el 5% del crecimiento estimado del PIB, para así “ahorrar” al menos un 1% a 1,5% del crecimiento del producto. En nuestra visión, estos ingresos extras permitirán resolver al gobierno dos situaciones: a) revertir un potencial reflujo económico el 2012, y b) un crecimiento estratosférico en el gasto público para el 2013, el cual puede elevarse incluso hasta un 8% del PIB, algo extremadamente relevante en año de elecciones de diputados, senadores y presidente.
No obstante lo anterior, Piñera y parte importante de sus ministros, vienen sosteniendo que este segundo reflujo de la crisis económica mundial, afectará también a nuestro país. Coherente con su retórica populista, Piñera sostuvo que Chile: "va a vivir tiempos más difíciles que los que hemos vivido en los últimos dos años" y por tanto debemos estar “preparados para enfrentar esos tiempos difíciles, con unidad entre los chilenos”.
Pensamos que este discurso inconexo con la realidad macroeconómica nacional es empleado con los objetivos de: a) instalar un discurso, en el imaginario nacional, de un potencial déficit económico para el 2012, producto de la crisis económica mundial, el cual sirve y servirá como excusa para no invertir recursos extras en la “agenda social”; especialmente en educación, también para b) desplegar más ampliamente la agenda de la ministra Matthei, la cual tiene por objeto profundizar aún más la precarización y flexibilización laboral, y reducir el gasto público y la empleabilidad en el área de los trabajadores fiscales, y finalmente, c) acumular recursos económicos para el 2013 (año electoral), los cuales serán derrochados con el objeto de potenciar la imagen del gobierno y sus candidatos, de cara a dichas elecciones.
Los virajes tácticos de la derecha
Nadie puede negar que la agenda política nacional se encuentre marcada por el movimiento estudiantil y el inmenso apoyo nacional e internacional que suscita. Este tremendo y poderoso movimiento de masas es el que ha determinado, en gran medida, la pauta política de la administración piñerista y la coyuntura política nacional.
El movimiento de masas ha golpeado (aún más) el deslegitimado modelo de dominación política y profundizando la crisis de representatividad en el cual se encuentra sumergido el sistema de partidos y el modelo de dominación político. Por tanto, ha sido mayormente el movimiento estudiantil el que ha determinado los virajes tácticos del Agente Político en el Poder durante todo este año.
El viraje en la conducción ideológica
Durante todo el 2010 la conducción ideológica del gobierno estuvo a cargo de los llamados “tecnócratas”. Este grupo de profesionales con un extenso historial de trabajo en grandes empresas ligadas a los grupos económicos más importantes de Chile y con formación académica en destacadas universidades de occidente, fueron el denominado “gobierno de los mejores” anunciado por Piñera a lo largo de toda su campaña presidencial. A poco andar, y una vez acaba la racha de hechos fortuitos[1] producidos en nuestro país, el gobierno de “los mejores” se comenzó a caer a pedazos.
Por una parte, las movilizaciones sociales del primer semestre lograron poner en duda la capacidad del “gabinete tecnócrata” para resolver conflictos de carácter político sin que esto implicara poner en juego los intereses de la burguesía monopólico-financiera nacional, por otro lado, la UDI presionó por dar un giro ideológico en la conducción del aparato estatal, ya que su mirada (la más dogmática la derecha política nacional) indicaba que el mando del ejecutivo no estaba en las manos de los “políticos adecuados” y por consiguiente un cambio en la conducción ideológica podría alimentar una resolución más eficiente de los conflictos y un re-impulso de la agenda legislativa y el programa de gobierno, el que (hasta ese momento) no estaba siendo cumplido a cabalidad. Este viraje ideológico en la conducción política del Estado, imprimió una mayor radicalidad e intransigencia en el gobierno, reduciendo las medidas de carácter populistas (típicas del año 2010) e impulsando una política de negociaciones con la oposición política burguesa y una política de confrontación contra el movimiento de masas. Esta visión, de larga data en la derecha tradicional, ha llevado adelante una política de intervención en los poderes del Estado, cuestionando (incluso) la efectividad del aparato judicial chileno. También es este sector el que ha potenciado una mayor intransigencia contra las movilizaciones estudiantiles, centrando el despliegue político del ejecutivo en el perfeccionamiento de leyes represivas, como la ley contra saqueos y tomas, además de una ofensiva legislativa en el congreso la cual pretende cerrar un acuerdo político educacional con la oposición burguesa, de espaldas al movimiento estudiantil y al pueblo.
LOS VIRAJES TÁCTICOS CONTRA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
Las tres fases ofensivas
El gobierno ha pasado por tres fases distintas en el trascurso del conflicto estudiantil.
1) En primera instancia (con Lavín) el gobierno opto por la táctica tradicional de los ministros de educación; establecer una mesa de conversación con los principales actores nacionales (CONFECH y Colegio de profesores) y resolver el conflicto (solo) aumentando las becas y los créditos ya existentes.
2) Debido al fracaso de la táctica del otrora ministro, Bulnes intento contener el movimiento a través de una mesa de conversación con todos los actores involucrados (CRUCH, CONFECH, CONES y Colegio de Profesores) comprometiéndose con un importante aumento de recursos económicos para becas y créditos, la reducción del porcentaje de interés del Crédito con Aval del Estado y con algunas reformas constitucionales que acaben con el lucro (solo) en la educación superior. Debido a la predominancia de los sectores más radicales al interior de la CONFECH, la segunda táctica del ejecutivo se encontró con la resistencia estudiantil y termino fracasando.
3) En ese preciso momento es desplegada la tercera fase de contención, y es a la que hoy nos enfrentamos, por un lado, a) el ejecutivo presiona y acelera la discusión al interior del parlamento burgués, buscando el apoyo a sus proyectos en los sectores más derechistas de la Concertación (DC), a su vez, b) se profundiza en la lógica de descalificación hacia los sectores revolucionarios de la CONFECH (principalmente universidades regionales), discurso que tiene como principal aliado a la prensa de las clases dominantes, y finalmente, c) una ofensiva represiva, dirigida desde el Ministerio del Interior, contra los dirigentes estudiantiles y contra los estudiantes que se organizan en torno a la protesta popular y la acción directa.
FRENTE AL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL: GOLPEAR, LEGISLAR Y GOLPEAR
El cuestionado (y brevemente renunciado) ministro Hinzpeter, impulsó hace pocas semanas un paquete de reformas con el fin de combatir, de formas más directa y eficiente, al movimiento estudiantil y a la creciente protesta social. Este paquete de leyes anti-democráticas contemplan el aumento de las penas contra actos de saqueos, el uso de capuchas, la criminalización de la toma de entidades educacionales o de otro tipo, y la creación de un grupo de las Fuerzas Especiales especializado en la detección de manifestantes: “Los Cazadores”. Además de lo anterior, el Ministro del Interior ha iniciado una embestida comunicacional contra el aparato legislativo, que busca provocar una mayor presión sobre los administrados de la justicia nacional.
La política punitiva dirigida por el Ministro Hinzpeter, y que es avalada y aplaudida de pie por los sectores más recalcitrantes de la derecha chilena, reviste una especial preocupación para el movimiento de masas nacional y para las incipientes fuerzas populares, ya que son la expresión fehaciente del Estado policial y contrainsurgente nacional que se profundiza y perfecciona a pasos agigantados.
Legislar
El modelo político de dominación solo entiende modificaciones estructurales dentro de los márgenes de la institucionalidad legislativa diseñada por las clases dominantes, por tanto, la ofensiva legislativa que despliega el gobierno posee un fértil campo en el parlamento anti-popular, no-representativo y bipartidista chileno. Es por ello que el ejecutivo apuesta al Congreso, ya que en este espacio de “discusión democrática” no serán posibles[2] ningún tipo de modificaciones estructurales o medidas que cuestionen el modelo político o económico.
La ofensiva legislativa pretende acabar con el debate político sobre la gratuidad de la educación en el parlamento, buscando acuerdos políticos con el ala conservadora de la Concertación; discusión que se encuentra constreñida en este preciso instante en el parlamento; siendo, en primera instancia rechazada en la Cámara Baja y luego aprobada este lunes 28. La salida burocrática al conflicto estudiantil también encuentra eco en el reformismo pequeñoburgués (PC). El PC también intenta redirigir la discusión hacia el congreso, ahí sus diputados podrán transformarse en los “paladines” de la educación gratuita y el movimiento social, fortaleciendo la imagen política de sus dirigentes y potenciales candidatos para los dos próximos años de competencia electoral. El PC es consiente que la discusión en el Congreso Nacional no se resolverá jamás a favor de una trasformación estructural del sistema educacional chileno, pero eso al PC no le importa, ya que la táctica del mando comunista, es solo posar como “representantes del pueblo” en el parlamento burgués y en ningún caso representar o defender los intereses reales de nuestra clase. Al final del día, y una vez ya perdida la discusión parlamentaria, el PC saldrá vanagloriándose por su “valiente” labor de “resistencia” en el congreso, acentuando la necesidad de tener más Diputados y también Senadores comunistas y tal como un slogan publicitario; exhortaran a la ciudadanía a votar en las próximas elecciones por su partido y por sus aliados concertacionistas.
LA TÁCTICA DE MASAS DE LA DERECHA
La batalla por la PUC
La Federación de la Universidad Católica reviste una especial importancia para el gobierno y la derecha nacional, ya que es en esa casa de estudios donde se formó la camada de neoliberales que hoy dirigen el país política y económicamente. Además de ello, la FEUC es (sin lugar a dudas) una de las federaciones más importantes del país y la posición política que tome en un conflicto como el que hoy día atravesamos, puede potenciar o entorpecer el proceso movilizador, es por ello que el gremialismo aposto todas sus cartas a ganar la mencionada federación. Los recursos económicos despilfarrados en sus sedes y facultades fueron impresionantes, especialmente en el Campus San Joaquín, donde se encuentran concentradas varias de las carreras que votan tradicionalmente por las alternativas de izquierda y centro-izquierda. El estudiantado se volcó a las urnas, alcanzando el mayor porcentaje de participación electoral de su historia, y dando el triunfo (nuevamente) a la alternativa de centro-izquierda y la continuidad del movimiento estudiantil. De este modo quedaron sepultadas las esperanzas del ejecutivo y del gremialismo de recuperar la universidad tradicional más icónica de las clases dominantes nacionales, la cual pretendían utilizar como un bastión de resistencia derechista.
Articulación de bases territoriales
El ministro Chadwick, desde fines de octubre pasado viene diseñado desde el SEGEGOB, un plan de intervención política de bases que pretende re-encantar y reorientar a la militancia de local de la UDI y de RN.
El plan es simple: Chadwick identifico las comunas metropolitanas con mayor movilización social en el último año y donde pueden sufrir un revés electoral el 2012 y el 2013. A las comunas de Ñuñoa, Cerro Navia, Renca y Maipú, han llegado los ministros Lavín, Benítez, Golborne y Larroulet (respectivamente) a dar charlas motivacionales a las bases de militantes de la derecha, donde directamente abordan temas tan importantes como: las movilizaciones estudiantiles, las elecciones municipales del próximo año y las distintas tácticas de contención contra los sectores de la “ultra”, que sacan a grandes contingentes de pueblo a protestas territoriales, como los “cacerolazos” en plaza Ñuñoa. Estas orientaciones políticas, entregadas directamente desde el gobierno a las bases territoriales de la derecha, pretenden a) crear un “movimiento de masas” pro-gobierno que se contraponga, desde el territorio, a las movilizaciones sociales que cuestiona el modelo político y económico nacional, b) preparar a los sectores populares de influencia derechista para los próximas contiendas electorales, en las cuales todo indica que la derecha sufriría una importante inflexión electoral y una fuga importante de votos hacia las fracciones más moderados del bloque dominante, y c) re-encantar a las bases políticas que no ven ni en el presidente, ni en las distintas carteras de gobierno, la capacidad política de solucionar los conflictos y las demandas que emanan desde el movimiento de masas.
Esta “táctica de masas” de la derecha, esta pronto a ser extendida las regiones del país políticamente más movilizadas y electoralmente más robustas: Concepción y Valparaíso.
LA CONCERTACIÓN Y EL REFORMISMO PEQUEÑO-BURGUÉS
La Concertación
Tal como lo decíamos en la SIPONA de agosto pasado, la Concertación aun no logra recuperarse de la derrota electoral de las presidenciales, es más, en vez de salir de la derrota con una coalición recompuesta y ampliada, como lo indicaría un análisis lógico, la coalición se ha ido distanciando cada vez más de una potencial salida beneficiosa para su sector y sus intereses.
Un intento de recomposición de su fuerza y de renovación política, fue el impulsado por Carolina Tohá. La presidenta del PPD propuso la creación de una “Convergencia Opositora” que aglutinaría a sectores como el PC, el MAS y el PRO, bajo un programa renovado y “progresista”. Ante esta propuesta, la DC reacciono resaltando el valor histórico que tiene la alianza PS-DC y que permitió mantener un modelo político y económica estable, además de una “paz social” durante veinte años. La DC se negó rotundamente, sepultando de plano las esperanzas “progresistas” de un Concertación ampliada. Lo cierto y lo concreto es que la despedazada coalición de partidos no es capaz de resolver aun sus conflictos de conducción política y de hegemonía ideológica. Esta situación no cambiará tal como lo dijimos en agosto, antes de las elecciones municipales del próximo año.
Respecto al movimiento de masas, la Concertación se encuentra desesperada tratando de reclamar cierta representación política sobre él, pero sus compromisos históricos con las clases dominantes y los veinte años de traiciones y mentiras, hacen que la política de “reencantamiento de masas” no sea más que un show mediático, donde payasos (como el Senador Girardi) intentan (patéticamente) ubicarse como defensores de los “intereses ciudadanos”[3]. Lo poco creíble de este montaje teatral, se demuestra en los niveles de desaprobación que tiene el conglomerado de partidos, sus cifras se encuentra muy por debajo de su piso histórico (con suerte alcanzan el 20% de aprobación).
Lo peligroso de la Concertación está en su política electoral, ya que frente a la decepciones que ha provocado el gobierno piñerista frente a sus votantes, los electores optaran nuevamente por los partidos de la Concertación posibilitando un lento rearme orgánico y político.
El reformismo pequeñoburgués
Las viejas tácticas del PC no han tenido ninguna innovación en décadas de historia, más bien solo se percibe una mayor profundización de sus lógicas y un alejamiento sistemático de las bases populares en favor el fortalecimiento de su imagen de partido institucional. Tal como el viejo cuento orwelliano, los cerdos cada vez se parecen más a los amos, o al menos lo intentan. Por tanto la política del PC, en este periodo de luchas, está suscrita por sus ansias de ampliar su representación política en el Congreso Nacional, aunque esto signifique entregar a todo el movimiento estudiantil a manos de nuestros enemigos de clase.
Política de alianzas
El PC está enfocado en concretar todos los acuerdos necesarios con las fuerzas políticas de la oposición burguesa que les permitan conformar un nuevo conglomerado político con la Concertación y las fuerzas “progresistas”, este lobby (en parte) ha dado resultado. El PS, el PPD y PRSD ya comparten la idea de conformar un “Frente Amplio de Oposición”, con similares características al frenteamplismo uruguayo. Pero la DC aún no está llana a acuerdos políticos más allá del PS y que puedan además comprometer su liderazgo histórico. El PRO aún se resiste a una alianza política que contemple a una Concertación liderada por las “oligarquías partidarias”, pero ha logrado concretar pequeños acuerdos electorales con el PC para las próximas municipales.
Las tácticas hacia el movimiento estudiantil
Nadie puede negar el liderazgo que tiene el PC al interior del movimiento estudiantil y sobre las organizaciones populares a nivel nacional. Aunque el liderazgo comunista se encuentra disminuido y en retroceso las últimas décadas, aún el PC conserva gran parte de la hegemonía política e ideológica sobre importantes sectores. Y ha sido precisamente esa influencia la que el PC ha utilizado para intentar mantener al movimiento estudiantil bajo su control.
La política del PC frente al movimiento estudiantil tiene varios objetivos, por un lado, intentan mantener un grado alto de movilización social que desestabilice al gobierno de Piñera y que fortalezca a su partido (y a sus socios concertacioncitas) como una alternativa política para el pueblo y los trabajadores de cara a las próximas elecciones, y por otro lado, el PC intenta mantener la movilización sin un grado importante de conflictividad y enfrentamiento, para de este modo, no precipitar una resolución rápida del conflicto ni una salida rupturista. Además, intentan mostrar a las clases dominantes la “civilidad” de sus cuadros dirigentes y su conducción política.
Para cumplir con dichos objetivos el PC despliega tres tácticas puntuales, por un lado pretende a) mover toda la discusión política sobre la gratuidad de la educación desde las calles hacia el interior del congreso, donde los diputados comunistas en alianza con el ala izquierda de la Concertación, podrán mostrarse defendiendo los intereses de los estudiantes y posicionando sus dirigentes y partidos de cara a las próximas elecciones, b) contener a los sectores más radicales del movimiento estudiantil, asumiendo el discurso de criminalización del gobierno contra los estudiantes más combativos, y c) emplazar desde las JJCC y sus dirigentes, a los estudiantes de bases a iniciar a las clases del segundo semestre y bajar una a una, las tomas más emblemáticas de las casas de estudios.
El primer raund ha sido ganado por el PC, dos de las marchas recién pasadas se trasladaron a las afueras del Congreso Nacional en Valparaíso, en una clara señal de legitimidad hacia el órgano legislativo y el traspaso de la lucha y la protesta a las negociaciones en el congreso, respaldando (indirectamente) el proyecto educacional diseñado por toda la oposición de partidos tradicionales.
Partido Progresista
El PRO no presenta importantes variaciones tácticas respecto a lo analizado en nuestra SIPONA pasada, más bien este partido sigue ensimismado con la idea de convertirse en el referente de recambio de la Concertación, con algunos tintes de izquierda y algunas propuestas estatizantes, pero que no representa, en ninguna medida, una alternativa democrática-popular para el pueblo, sus novedades están básicamente puestas en los acuerdos políticos que ha ido alcanzando con el PC para las próximas municipales, los cuales no pasaran más allá de eso.
El movimiento de masas y la izquierda revolucionaria
El movimiento estudiantil ha superado las barreras de un simple movimiento social de carácter sectorial, logrando convertirse en un movimiento de masas; concitando ampliamente el apoyo del pueblo, en especial el de los sectores más populares. El movimiento también ha contribuido a la profundización de la crisis de legitimidad del modelo de dominación y de la crisis de representatividad del sistema de partidos, agudizando la decadencia y deslegitimación política del bloque en el poder y el proyecto histórico de las clases dominantes. También, este movimiento, ha servido para impulsar desde los territorios una serie de espacios democráticos y participativos que se han articulado en torno a las demandas estudiantiles y las demandas populares locales. Estas asambleas, como nunca antes en la historia reciente, han logrado proliferar por Santiago y regiones. Las “Asambleas Territoriales” o “Ciudadanas” han contribuido al rearme político de las bases sociales y del Movimiento Popular de manera embrionaria y su fortalecimiento es una tarea perentoria para todos los sectores revolucionarios.
Pese a todo lo anterior, el movimiento estudiantil va encontrado algunas salidas (forzadas) al conflicto. La clase política discute un paquete de reformas y de inyecciones económicas que permitirán ampliar la cobertura (por medio de becas) a un 70% de los estudiantes más pobres. Este acuerdo político es discutido al interior del bloque dominante y de espaldas al pueblo y los estudiantes. Posiblemente esta jugada, la cual no representa en ningún caso una solución real al conflicto, lograra descalabrar gran parte del movimiento, el cual ya da signos de desgaste en muchas partes del país.
A nuestro parecer es importante destacar que la izquierda revolucionaria ha logrado ser parte activa dentro del proceso de movilizaciones nacionales y las articulaciones territoriales. Por “arriba” las federaciones en manos de compañeros revolucionarios han logrado mantener un alto grado de politización del conflicto y justa intransigencia, y por “abajo” las bases revolucionarias han logrado proyectar una lucha de carácter más radical, alcanzando (incluso) formas mucho más desarrolladas de enfrentamiento, autodefensa y sabotaje menor. A la tarea de seguir ampliado la base estudiantil revolucionaria y de ocupar los cargos de representación, se suma también la tarea en curso, de conectar las luchas educacionales con las luchas de la clase obrera y el pueblo.
Aunque el movimiento estudiantil exhibe un reflujo y la situación de agotamiento por un lado y negociaciones inter-burguesas por otro, puede decantar en el fin del conflicto, no hay que pensar que las luchas populares dejaran de estar a la orden del día, sino muy por el contrario. Este movimiento histórico, ha traspasado una serie de lecciones al conjunto de nuestra clase, las cuales, con mayor o menor magnitud, se seguirán manifestando en las luchas venideras.
Con la crisis de legitimidad del modelo de dominación instalada, la crisis del representatividad del sistema de partidos ampliándose y un pueblo que adquiere mayor experiencia en la lucha y desarrollar niveles más avanzados de organización social y política, podemos afirmar que las luchas por las demandas populares toman un nuevo curso histórico y abren una fase mucho más intensa de lucha de clases en Chile y un importante cambio en la correlaciones de fuerzas.
¡! CON LA FUERZA DEL PUEBLO ¡!
¡! LA LUCHA CONTINÚA ¡!
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR de Chile
Secretariado Nacional
28.11.2011
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[1] Nos referimos principalmente al terremoto producido el 27 de febrero del 2010, al accidente minero y el incendio en la Cárcel de San Miguel. Estos hechos conmocionaron por meses a la opinión pública nacional y mantuvieron un sentimiento transversal de “unidad nacional” en el pueblo chileno.
[2] El parlamento, además de tener una escaza representatividad, exige muy altos quórums para modificaciones constitucionales o de leyes orgánicas. Sin un acuerdo amplio, que contemple (por ejemplo) a la Concertación y sectores de la derecha, nunca será posible alcanzar el número de votos suficientes para cambios de esa magnitud.
[3] Nos referimos a las declaraciones y la actitud general que tuvo el Presidente del Senado frente al desalojo de los manifestantes liderados por Mariano Rondón desde el ex Congreso Nacional.