República Mexicana, 16 de marzo de 2000

Al pueblo de México
A los pueblos del mundo
A las ONG
A los medios de comunicación


El día 15 de marzo, a las 14:30 horas, se dio a conocer en la televisión y la radio la noticia del estallido de un artefacto que ocasionó heridas graves a la niña Vanessa Itzel Ramírez, de siete años, y a su hermano Marco Antonio Ramírez, de diez años. El estallido, según los medios de comunicación, se debió a la manipulación que hicieron los niños de un reloj electrónico que estaba cerca de un mortero de fabricación casera.

Ante este lamentable acontecimiento, hacemos las siguientes precisiones y aclaraciones:

1. Como ya dijimos, nosotros atacamos la sede principal de la PFP, el día 15 a las 3:00 horas. Dicho ataque lo realizamos con dos granadas de fragmentación, de mortero calibre 63.5 milímetros que fueron disparadas por dos morteros de 65 centímetros de largo, con bipié, a un ángulo de 45 grados. Los dos morteros fueron accionados por medio de un dispositivo electrónico, programados en dos tiempos: el primero, fue disparado a las 3:00 horas y dio en el objetivo, esto es, impactó en el costado derecho del edificio de la PFP, a una altura de tres cuartas partes, al centro, con un margen de error de más o menos de diez metros de lado, y de 50 a 100 metros de distancia lineal. El segundo, fue disparado a las 3:05 horas, con las mismas características balísticas que el primero, impactándose en la parte baja del edificio. El daño visible que ocasionaron estos impactos, de inmediato trataron de ser cubiertos por personal de la PFP para que no se vieran, pero, pese a ello, durante todo el día 15, a simple vista se pudieron apreciar dos boquetes en las partes del costado del edificio, donde hicieron impacto las dos granadas. Estos agujeros se pueden apreciar en las tomas que hicieron los helicópteros de los medios televisivos, que estuvieron transmitiéndola en los noticieros vespertinos del día 15.

Este ataque comenzamos a prepararlo desde el día 6 de febrero, cuando invadió la PFP Ciudad Universitaria. Durante todo ese lapso, realizamos un estudio táctico del terreno, que nos permitió escoger el punto más idóneo para atacar el edificio de la PFP. El lugar donde emplazamos los morteros no fue donde aparecen mostrados el día 15, a las 14:30 horas, ante las cámaras de televisión, sino 30 metros hacia el norte, en un lugar de difícil acceso para cualquier persona.

La distancia que recorrieron las granadas ya estaba perfectamente estudiada y practicada. Y podemos afirmar que fue una distancia menor (600 metros), en comparación con las distancias que abordamos en el mortero de la base aérea Santa Lucía, que mencionaremos más adelante.

Aclaramos que el aspecto de la seguridad para la población civil es una prioridad que aplicamos en todas nuestras acciones militares.

Esta razón constituyó la base para realizar el hostigamiento en un horario (tres de la mañana) en el que no pudieran haber personas en el perímetro del emplazamiento de los morteros, ni tampoco circulando en el Periférico. Inclusive, el carácter de hostigamiento, que era de desgaste, estaba determinado por el objetivo político que nos propusimos: golpear al símbolo contrainsurgente más repudiado en estos días, la PFP. Por eso no los atacamos de día, porque de hacerlo, buscaríamos que hubiera una mayor concentración para ellos, para aniquilarlos.

2. El otro ataque, el cual ha sido completamente ocultado, fue realizado por otra unidad nuestra, contra la base aérea número 1, ubicada en Santa Lucía, municipio de Tecámac, estado de México. La modalidad táctica que empleamos fue la misma que con la PFP. Usamos morteros para que fueran accionados con dispositivo electrónico. La cantidad empleada fueron seis morteros y las granadas fueron de diferente calibre.

Los emplazados en dos posiciones distintas, separados a una considerable distancia entre sí, pero apuntados hacia el mismo objetivo al interior de la base aérea.

Sabemos que las seis granadas hicieron impacto en los objetivos establecidos, y causaron daños materiales. Las distancias que recorrieron las granadas fueron de mil y mil quinientos metros. Tenemos información que los morteros fueron encontrados y retirados por los militares en el transcurso de la madrugada del 15.

El sentido de estas precisiones es para demostrar que el grave acontecimiento que sucedió el día 15 a las 14:30 en la presa Anzaldo, y que dejó como resultado a dos niños heridos, no tiene nada que ver con el desarrollo de los hostigamientos que hemos referido.

Este acontecimiento es un montaje criminal, elaborado y aplicado por los órganos de Inteligencia del Estado, que están ubicados en el CISEN, en el Ejército federal, en la PFP y en la PGR. El objetivo de este repudiable hecho es hacer creer a la población que los revolucionarios somos unos irresponsables y criminales, que no tomamos en cuenta el daño que podamos causar a personas ajenas al conflicto. Este es un montaje típico de los estrategas de la guerra de baja intensidad, que ha sido usado con frecuencia en los conflictos armados que se han dado en otras partes del mundo, como sucedió en Centroamérica, donde los militares de la tiranía sembraban armamento y lo accionaban en lugares donde hubiera población, para causar heridos y muertos, acusando a los revolucionarios de ser los causantes de esos crímenes.

¿Por qué decimos que es un montaje?

1. Porque las granadas que estaban sujetas en la punta de los morteros sí salieron disparadas y dieron en el blanco. Por lo tanto, desde esa hora de la madrugada, los tubos de mortero ya estaban reducidos a una condición completamente inofensiva, ya no había ninguna carga o substancia explosiva y los dispositivos electrónicos ya habían quedado obsoletos, al cumplir la función que desempeñaron de accionar el disparo del mortero, a las tres y tres cinco de la mañana, respectivamente.

2. Porque si hubiera una granada en el mortero que los niños aparentemente manipularon, las consecuencias hubieran sido mortales, porque la explosión de una de esas granadas que usamos tiene un efecto destructivo en un radio considerable de acción.

3. Técnicamente, una granada de mortero no puede estallar de la manera como han pretendido hacer creer los autores del montaje ante los medios de comunicación. De ser así, al estallar la granada en la punta de un mortero, automáticamente queda destruido el propio mortero, por la capacidad destructora de la explosión.

4. La existencia de dos cartuchos de escopeta percutidos, encontrados en el área, tiene su explicación en un fenómeno balístico: después de servir como carga impulsora, son liberados inmediatamente de la granada, al salir del tubo, y quedan inservibles, vacíos.

5. Nosotros oímos los disparos de los morteros, a la hora en que estaban programados, y vimos la movilización que realizó la PFP en la madrugada del día 15. A las cinco de la mañana, ya habían sido localizados los morteros por elementos de la PFP y en el transcurso de la mañana hicieron el montaje. Durante la madrugada y parte de la mañana, la policía preventiva estuvo haciendo cortes a la circulación en zonas aledañas a la sede de la PFP. Por esa razón, la versión que da hoy el niño herido en el sentido de que un hombre hizo explotar un artefacto que hirió a los niños, es muy factible, ya que la trampa que habían montado con los morteros que ya estaban inservibles, requería de una o más personas que fueran heridas o asesinadas, para cumplir su objetivo, de inculparnos de ese repudiable hecho. Ese individuo era un agente de la PFP. Lo que es confirmado hoy por algunos diarios, como El Universal, que cita a la PFP al decir que “además encontró dos artefactos explosivos elaborados con cinta y relojes”. Esos artefactos únicamente pudieron ser sembrados, como parte del montaje.

6. La ubicación de los morteros cuando son enfocados por los medios televisivos, demuestra que no están en la zona de emplazamiento original. Por eso, la declaración que hizo ante los medios Fernando Machuca, de Protección Civil del Distrito Federal, en el sentido de que no hay huellas de una fuerte explosión en el área donde supuestamente hallaron a los morteros, demuestra que éstos ya no tenían carga, ni potencialidad explosiva de ningún tipo, puesto que las cargas explosivas ya habían impactado en el objetivo, el edificio de la PFP. A esta declaración se agrega la del primer policía que acude en auxilio de la niña, al decir de la televisión, que inmediatamente miró al interior de los tubos de mortero, y no tenían nada.

La conclusión que sacamos sobre la forma que utilizaron para estructurar el montaje, es de que utilizaron nuestro dispositivo electrónico, que había cumplido su función, para sembrar un cazabobo, que fuera accionado por alguna persona que desconociera lo que era eso. De esta manera, los que cayeron en esa trampa fueron los dos niños.

Este montaje sólo pudo ser concebido y puesto en práctica por una mente perversa y criminal, que es la que ostenta con lujo de prepotencia y vileza el gobierno federal y todos sus cuerpos militares y policíacos.

Queremos decir que nos duele profundamente que las víctimas de esta infame acción hayan sido dos niños, para los que se tornó una pesadilla no solamente el hecho de ser heridos, sino también la desgracia de ser humildes, ya que no querían atenderlos ni siquiera en las instituciones de salud pública, y mucho menos en las de salud privada. Enviamos nuestra solidaridad moral con los familiares de estos niños y les decimos que jamás ha sido nuestra intención crearle ningún tipo de daño a ningún niño, a ningún anciano, a ninguna mujer, a ningún ciudadano que forme parte de nuestro pueblo, porque somos parte de él, y por esa razón luchamos.

Esta acción reafirma en nosotros, la convicción de luchar con más fuerza por combatir al neoliberalismo, que está dejando a miles de jóvenes sin posibilidades de educación y de una vida más plena y humana. Y que también margina, hiere y asesina a miles de niños, que desde su nacimiento están condenados a sufrir la desnutrición y la opresión en sus diversas formas.

Finalmente, hacemos un llamado a todas las organizaciones democráticas y revolucionarias, a las personalidades y sectores progresistas, a todos los ciudadanos para que no se dejen engañar por las trampas, engaños y acciones criminales que utiliza el gobierno federal y los distintos cuerpos de inteligencia militar y policiaca, para confundir, controlar y oprimir a los que pugnamos por un nuevo proyecto social.


¡Con la fuerza de la razón, por la nueva revolución!

COMANDO CENTRAL DEL
EJERCITO VILLISTA REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO

República Mexicana, 16 de marzo de 2000