Termina el año y está claro que ha sido movido en todos los lados. En Concepción, cuna histórica de revolucionarios y luchadores populares, el año también estuvo marcado por la masividad y la combatividad de los sectores en lucha, la cual no se veía desde las protestas populares en lucha contra la dictadura pinochetista. Huelgas de hambre, movilizaciones pacificas, cortes de ruta, toma de puentes, lucha callejera, marchas multitudinarias y cacerolazos, fueron las diferentes formas de lucha que se asumieron durante el año.
Al igual que en todo el país, la ola de movilizaciones comenzaría en mayo con el rechazo a la aprobación del megaproyecto de saqueo y destrucción de la Patagonia llamado Hidroaysén. Espontáneamente a horas de la aprobación del proyecto, miles de personas se reunieron en el frontis de la histórica Universidad de Concepción, específicamente en la Plaza Perú, para salir a marchar y demostrar el descontento hacia el centro de Concepción. Al llegar a la plaza de armas, el fuerte contingente policial dispuesto para la represión, no dio a vasto, la marcha pacifica se transformaba rápidamente en lucha callejera, en donde todas las bancas de la Plaza de la Independencia sirvieron como barricadas en todas las cuadras aledañas, el combate nocturno duró por alrededor de 2 horas en el centro, dejando casi a una veintena de detenidos. El año entonces comenzaba agitado, es la característica de todo movimiento popular que empieza a desplegarse. Sumar, unir, articular luchas y fuerzas tras un objetivo común.
Continuaba mayo y ahora la lucha se trasladaría a los territorios locales. En Tomé se movilizaban pobladores y estudiantes, por la mala calidad del transporte Tomé-Concepción, exigiendo una rebaja de la tarifa y una licitación al transporte público de esa comuna.
Por su parte en San Pedro de la Paz, diferentes Juntas de Vecinos, Agrupaciones Juveniles, Sindicatos de Trabajadores, pobladores y estudiantes, comenzarían una movilización en contra de la Privatización de la Ruta 160 (única vía que une a la comuna con Concepción). Al calor de los cortes de ruta simultáneos fuera de diferentes poblaciones (Lomas Coloradas, Pablo Agreen, Boca Sur, Candelaria), se fue dando forma a la organización popular de los pobladores que desembocaría en la Asamblea Ciudadana de San Pedro, esta cuenta con delegados por sector y seis voceros, los que son renovados cada cierto tiempo, con el objetivo de ejercer un poder desde las bases y por el pueblo, para mejorar la calidad de vida de todos los vecinos. No solo la defensa de la Ruta 160 se preocupa la organización vecinal. El 6 de noviembre se realizó el primer congreso comunal de pobladores de San Pedro de la Paz, instancia en la que las juntas de vecinos, organizaciones sociales y pobladores dieron a conocer las problemáticas que afectan a la comuna y trabajar en conjunto para buscar soluciones.
La primera de las grandes movilizaciones estudiantiles en Concepción se dio el día 12 de mayo, en donde alrededor de 25 mil personas marcharon por el centro, en donde fueron atacados con caballos y lacrimógenas en la plaza de armas, a lo cual los estudiantes se replegaron hacia el campus de la UDEC, comenzando una combate que se extendería hasta el anochecer.
De esta forma comenzaría a desarrollarse las movilizaciones estudiantiles en Concepción, en donde alrededor del mediodía se marchaba hacia el centro pacíficamente, para luego en la tarde los miles de jóvenes revolucionarios que se encontraban apertrechados en la universidad se enfrentaban durante horas con FFEE. La organización autónoma, la autodefensa de las masas y los gérmenes de violencia revolucionaria fueron madurando a lo largo de los meses, diferentes grupos organizados funcionaron como milicias desarrollando un despliegue de múltiples formas de autodefensa. Palos, molos puritanas y de contacto, miguelitos, escudos, bombas de pintura, sacos de arena, barricadas de troncos y puestos médicos. Le dieron a esta universidad las características de un territorio liberado por los estudiantes.
Si bien el movimiento estudiantil fue derrotado por la estrategia del gobierno y el desgaste propio. El aprendizaje político con la experiencia de este año, debe dejar en claro la necesidad de una alianza obrero-estudiantil para una verdadera victoria, Para ello, debemos hacer el camino único y necesario de la unidad de los revolucionarios y constituir esa unidad como el cimiento garante de esa promesa histórica. Sólo los revolucionarios, cumpliremos las finalidades que tenemos que cumplir: convertir a las clases explotadas en los nuevos protagonistas del cambio, en los nuevos sujetos de la historia.
Durante el invierno Dichato acaparó todas las miradas, cuando los pobladores de las aldeas mantuvieron tomada la ruta por casi dos días, produciéndose fuertes enfrentamientos.
Terminando el año, múltiples son las luchas que se están desarrollando, los pobladores de Villa Futuro por una vivienda digna, los pescadores de Coronel, pobladores de Lomas Coloradas por la instalación de una antena, habitantes de Laraquete en contra de la Termoeléctrica..etc.
Por estos días algo se nota distinto en las calles de Chile, es el Pueblo Rebelde el que se ha hecho sentir en todo el territorio nacional, en un notorio ascenso de las luchas populares. Si bien estas fueron desatadas por el movimiento estudiantil chileno y las lucha medioambientales, una gran parte del pueblo las ha hecho suyas en un acto de dignidad y desprecio al modelo neoliberal y sus sustentadores.
Por ello, la tendencia general de la lucha de clases, ira a una mayor agudización, a un desarrollo creciente de los enfrentamientos abiertos contra el régimen, a una multiplicación de los combates económicos y políticos de las masas contra el capital monopólico.
Quiere decir más bien que el pueblo y las masas trabajadoras han pasado a una etapa superior de lucha. Del reflujo al flujo, de una cierta iniciativa a una actividad creciente, de la defensiva a una ofensiva progresiva, del enfrentamiento subterráneo a la lucha cada vez más abierta contra los patrones, contra las 50 grandes familias que se han adueñado de Chile, contra los consorcios transnacionales que se roban el país, contra los tecnócratas e ideólogos que ponen a prueba sus políticas a costa del hambre y la miseria del pueblo, contra los perros guardianes del orden público de los monopolios y de la tranquilidad social de la explotación inmisericorde e indiscriminada.
La actual coyuntura, ofrece muchas ventajas a los revolucionarios para ir desarrollando este trabajo, aprovechando la reactivación social que está en pie y cuyas características perfilan una voluntad y ánimo que rompen el prolongado fenómeno de la fragmentación social. Hoy día los sectores sociales construyen y tienden puentes de comunicación e interacción y esta dinámica va expresando de manera embrionaria una conciencia de clase, que hará asomar en su momento el o los referentes políticos y sociales que den forma al Movimiento Obrero y Popular. Paralelo con ello, con los sectores más avanzados ir estructurando los rudimentos de la futura Fuerza Social Revolucionaria, que como corriente clasista y revolucionaria deberá echar las bases del Poder Popular.
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR de Chile