Al pueblo de México:
Al pueblo de Guerrero:
Al movimiento social:
Compañeros, camaradas:
El asesinato de dos estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, es consecuencia de la lucha sorda, legal y encubierta; desatada por los dos principales grupos de poder en su intento por seguir manteniendo las riendas del poder en el estado.
Los golpes bajos, las campañas mediáticas, la cooptación de cuadros, la infiltración y en consecuencia la feroz represión, asesinato, encarcelamiento, torturas y desapariciones que suceden a lo largo y ancho del estado, son parte de lo mismo. Se valen de mecanismos y métodos que transgreden toda ética y moral política. El hacer uso de la propaganda, la desinformación, la defenestración, la calumnia, los periodicazos, entre otros, nada tienen que ver con formas adecuadas o legales de desarrollar la lucha política.
En esta nueva realidad nacional y estatal, donde todo es aparente caos y confusión, donde los hechos y delitos de carácter político han dejado de tener la trascendencia mediática y política de antaño; todos los actores de la izquierda social están expuestos a riesgos latentes y de alto nivel, de sufrir golpes o agresiones, por parte de los grupos de poder, en su afán por afianzar o avanzar en la conquista, conservación de sus espacios, prebendas y privilegios que por mucho tiempo han conservado.
En tal sentido, lo sucedido con los estudiantes el 12 de diciembre. Tal parece que fue planeado con premeditación, alevosía y ventaja por un grupo de poder que pretende restarle a su adversario legitimidad y capacidad política de maniobra; sobre todo ahora que se avecinan tiempos electorales.
Es repugnante que la legítima lucha de los normalistas sea usada como carne de cañón de estos grupos. Conocen de antaño la reacción que en el movimiento estudiantil y social provocaría tal acción, por lo que, al saber de la movilización; planearon y ejecutaron a detalle sus crímenes a sabiendas del escenario que se generaría en el estado para los próximos días y meses. Del lado de los altos dirigentes de la administración estatal, no hubo la capacidad de conocer con anticipación lo que se planeaba hacer con la manifestación de los estudiantes y, los hechos se les vinieron encima, para colmo, los abordaron de la manera más torpe, burda e insensible; descalificando a los estudiantes, queriendo fabricar culpables e intentando el linchamiento mediático. Con el devenir de los acontecimientos esto no les funciono, metieron reversa pero ya era tarde y el accionar del movimiento social impidió que se concretara una injusticia mas, culpar a los normalistas de su propia represión, tortura y asesinato.
No les importó en lo más mínimo la vida humana para lograr sus propósitos a estos grupos de poder. En estos hechos hay responsables a través de toda una cadena de mando; que va desde él, o los políticos que decidieron y dieron la orden; hasta los mandos policiacos que la ejecutaron a conciencia y los policías estatales, ministeriales y federales que jalaron del gatillo.
Los policías ministeriales, estatales y federales solo son parte de toda una estructura construida exprofeso para reprimir, desaparecer y asesinar a sangre fría. La incapacidad demostrada a pulso y a cuentagotas por López Rosas es digna de un guion hollywoodense. Como se atrevió a ejercer su cargo manteniendo las carcomidas estructuras de la policía ministerial, que solo son un pesado lastre del pasado, no las controlaba él, sino los grupos de siempre. Es increíble como la presente administración estatal sigue conservando intactas las antiguas políticas de seguridad, a sabiendas de que áreas estratégicas de la administración aun son controladas por sus enemigos más acérrimos.
Hay algo que queda claro, el viejo grupo de poder, no va a permitir que la nueva elite controle, aún sea de manera parcial, los procesos de designación de candidatos a diputados y federales, senadores, diputados locales y presidentes municipales tanto en el PRI como en el PRD. Sería absurdo si lo permitieran, cuando históricamente ha sido lo contrario. Tantas décadas y experiencia acumulada en el ejercicio del poder no son en vano y, los aparentemente nuevos y bisoños gobernantes no quieren, o no han querido entender tal situación.
El asunto se torna complicado porque al movimiento social esta situación se lo puede llevar entre las patas. Los grupos de poder pretenden conseguir sus objetivos a toda costa y por todos los medios. Luego entonces ¿qué hacer? Si se pide la renuncia de Aguirre, de manera natural y por correlación de fuerzas, a quien se beneficia directamente es a la vieja maquinaria, carcomida y parásita de la elite priista o perredista. Ahora bien, si no se hace; en automático se fortalece la posición de la presente administración estatal, la cual ha demostrado con creces que no simpatiza para nada con el movimiento social.
El problema se agrava son esta disyuntiva, al estar el movimiento social demasiado fragmentado y en muchos de los casos contrapuesto y confrontado; a veces por cuestiones insignificantes o plagado de visiones personales que obstaculizan el desarrollo de un proceso unitario. Bajo tales circunstancias, poder impulsar una tercera opción tiene bajas perspectivas; aunque tampoco sería imposible. Debe buscarse en primera instancia, una alianza entre los liderazgos con verdadero arraigo, históricos, o con los que realmente puedan incorporar al conjunto y espectro mayoritario para que de esa manera; los más reacios, la inercia y fuerza del proceso pueda incorporar. Al mismo tiempo que se ubica objetiva y fríamente a los que tienen como objetivo obstaculizar siempre y en todo momento los procesos o esfuerzos de coordinación. Se denota que es parte de las funciones que les han encomendado quienes realmente los controlan. Es pertinente a su vez, ubicar a los que siempre por vía del decreto intentan conducir de manera unilateral y dañina la unidad del movimiento social; esos, a la larga, terminan construyendo elefantes blancos.
El escenario para la lucha social en el estado y el país es muy complejo; sin embargo, esta reflexión era necesario que los actores de la izquierda con voluntad franca de lucha la conozcan. Finalmente, son los que codo a codo, marcharan siempre al lado de los normalistas de Ayotzinapa y sabrán ubicar de manera inteligente y hábil a los agentes dañinos del presente proceso. Nuestro deber ha sido y será aportar nuevos elementos de juicio para su análisis y consecuente toma de decisiones de los que estarán en la verdadera toma de decisiones.
De nuestra parte esta el deber de condenar estos hechos y exigir verdadera justicia y castigo a los autores materiales e intelectuales de tan artero crimen.
Chilpancingo de los Bravo; a 19 de enero de 2012.
¡Por la revolución socialista y la liberación nacional!
¡La lucha popular revolucionaria!
¡Patria libre!
¡Y socialista!