Las prisas y los afanes de la guerra no pueden hacernos pasar por alto las recordaciones importantes. Y marzo sí que está lleno de ellas. Grandes hombres como Manuel Marulanda Vélez, Raúl Reyes e Iván Ríos abandonaron físicamente nuestras filas en un mes así, para incorporarse a la inmortalidad con su obra y con su ejemplo. Mujeres como Mariana Páez también se sumaron en marzo al contingente de heroínas que han sacrificado su vida por el sueño de la Nueva Colombia.
Cuatro años atrás, del otro lado de la frontera con Ecuador, pereció víctima de las bombas el Camarada Raúl. Sus enemigos de las clases altas y el militarismo anunciaron con su muerte el derrumbamiento de las FARC, como si el pueblo colombiano estuviera dispuesto a ser sepultado con sus mártires. Ignoraban sus victimarios que la inteligencia y la sonrisa de Raúl se habían encargado de sembrar fértiles semillas de revolución que florecerían de inmediato.
Los cuadros forjados tras largos años de organización y lucha no sólo encarnan la imagen de la dignidad, sino que simbolizan enormes fuerzas sociales que avanzan incontenibles. Pretender anular su protagonismo quitándoles la vida, no sólo resulta inútil sino que pone al descubierto la vocación asesina de los sectores dominantes. A los clamores por el cambio, por la justicia, por los derechos negados o pisoteados les ha sido reservado históricamente un tratamiento violento.
Iván Ríos, asesinado en la noche con un disparo en la frente mientras dormía, cercenada su mano derecha a machetazos, fue señalado luego de peligroso terrorista por quienes indujeron y recompensaron a sus verdugos con cientos de millones de pesos que no les sirvieron de nada. Juagado en la sangre de salvajismos como ese, el exultante ministro de defensa de entonces, hoy lacrimoso de dicha Presidente, pretende convencernos de la generosa bondad de su régimen.
Otros hombres y mujeres del pueblo ocupan hoy el lugar de quienes desinteresadamente entregaron su vida por un futuro mejor para los hijos de la Colombia humilde, que son la inmensa mayoría. Obramos inspirados por quienes nos dejaron su trinchera en un marzo como este. Estamos convencidos de que nuestra patria alcanzará,con la movilización de su gente, un destino más noble que el que le reservan hoy quienes erradamente se creen sus únicos propietarios.
Secretariado Nacional de las FARC-EP
Montañas de Colombia, marzo de 2012