Saludo en el Día del Derecho Universal de los Pueblos a la Rebelión Armada

SALUDO DE LAS FARC-EP EN EL DÍA DEL DERECHO UNIVERSAL DE LOS PUEBLOS A LA REBELIÓN ARMADA

“Sin duda es algo severa esta teoría, pero aun cuando sean alarmantes
las consecuencias de la resistencia al poder, no es menos cierto que existe
en la naturaleza del hombre social un derecho inalienable que legitima
la insurrección...”/ “Es, pues, la insurrección por su naturaleza un acto legítimo:
ella anuncia que si hay en un Estado un poder esencialmente perverso,
el hombre-ciudadano sabrá buscar los medios de derribarlo”. SIMÓN BOLÍVAR

Constituye para las FARC-EP el más encumbrado honor saludar a los compatriotas del universo presentes en esta plaza, que en homenaje póstumo al Comandante Manuel Marulanda Vélez, el héroe insurgente de la Colombia de Bolívar, el maestro de la guerra de guerrillas móviles, instituyeron el 26 de marzo, como día del derecho universal de los pueblos a la rebelión armada.

En agradecimiento, repartimos entre ustedes nuestro corazón. Su solidaridad internacionalista con la crucial lucha que libran las FARC, es una extensa cadena humana de afectos revolucionarios empujando el sueño de justicia del común, el de la Nueva Colombia, la Patria Grande y el socialismo.

A los apreciados compañeros del 23 de Enero, nuestra eterna gratitud por este espacio, este rinconcito bolivariano en el corazón de Caracas, que ya conoce el mundo como Plaza Manuel Marulanda Vélez, meca meridional de los revolucionarios del continente y allende los mares.

Desde esta tribuna rebelde del populoso 23 de Enero, bastión y flama, símbolo de resistencia antiimperialista en el continente, abriendo caminos al proyecto de Congreso Anfictiónico de los Pueblos, gritamos a todo pulmón: ¡viva el día del derecho universal de los pueblos a la rebelión armada! ¡Viva la memoria de quienes han ofrendado sus vidas por la justicia y la emancipación de Nuestra América!

La violencia revolucionaria, la rebeldía frente a regímenes injustos y tiránicos, es un derecho universal irrenunciable, que no puede ser arrojado al oscuro socavón del olvido. Lo inculcó el Padre Libertador en la aurora independista de hace dos siglos: “La insurrección se anuncia con el espíritu de paz, se resiste contra el despotismo porque éste destruye la paz, y no toma las armas sino para obligar a sus enemigos a la paz”... y hasta la declaración universal de los derechos humanos aprobada por la ONU en 1948, consagra y legitima el derecho a la rebelión.

Tipificar como terrorismo este derecho es contrariar normas adoptadas por los mismos Estados a través de la historia. “El hombre social –decía Bolívar- puede conspirar contra toda ley positiva que tenga encorvada su cerviz, escudándose con la ley natural”… Frente a códigos despóticos e insensatos, este aserto resulta vinculante. La rebelión es un derecho natural Independientemente de que haga parte de un cuerpo normativo y predomina por encima de la legalidad por la legitimidad derivada de la justicia de sus actos.

No existe el “fin del fin” de la guerrilla propagandizado por los peones de la transnacionalización de la economía en Colombia. Lo que hay es una intensa confrontación política y militar y una movilización creciente de los sectores sociales contra la precarización neoliberal de las condiciones de vida y la entrega a las transnacionales, de la tierra y los recursos minero-energéticos del país.

El paquete legislativo neoliberal tramitado por el gobierno en el congreso busca acentuar la desnacionalización de la economía y al mismo tiempo proseguir el despojo con procedimientos engañosamente legales. Expertos, como decía Bolívar rememorando a Solóm, en crear leyes para enredar a los débiles y de ninguna traba para los fuertes. La “prosperidad económica”, divisa del gobierno Santos, es para las transnacionales que verán crecer así sus ganancias con la extracción sin restricciones éticas ni socio-ambientales, del petróleo, el carbón, el ferroníquel, el oro, el coltán y la producción de agro-combustibles, no para favorecer al pueblo llano, que sólo verá crecer la injusticia y la desigualdad.

Las movilizaciones de los sectores sociales y populares que se otean en el horizonte futuro de Colombia y que se presagian poderosas, reclaman desde ya, alistar la solidaridad de los pueblos del mundo.

La indiscutible decadencia del centro del mundo capitalista, y su quimérica creencia de poder lograr su recuperación mediante el saqueo exacerbado de los recursos planetarios, reclama con urgencia la reunión de los pueblos del continente bajo la bandera anticapitalista, el puño crispado de la resistencia y la mirada fija en la justiciera alternativa socialista.

Necesitamos como el aire el Congreso anfictiónico de los pueblos del siglo XXI, que inspirado en el marco conceptual del Libertador, en su magna idea de Gran Nación de Repúblicas, nos permita organizar y estructurar la resistencia en unidad. Porque “Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto; divididos y aislados, pereceremos”.

Sigamos avanzando desde nuestra base popular y altivamente plebeya, en la construcción de la unidad continental de los pueblos, hacia la Patria Grande, la independencia definitiva y el socialismo.

Venceremos.
¡Viva memoria de Manuel Marulanda Vélez!
¡Viva el derecho universal de los pueblos a la rebelión armada!

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP
Comisión Internacional.
Marzo 24 de 2012.