MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA DE EL SALVADOR EN OCASION DEL 50 ANIVERSARIO DE SU FUNDACION
A todos los trabajadores y al Pueblo salvadoreño en general:
El Partido Comunista de El Salvador (PCS) cumple 50 AÑOS DE EXISTENCIA. Su fundación, el 28 de marzo de 1930, obedeció a la necesidad histórica del proletariado salvadoreño de tener su propio Partido de clase que dirigiera y orientara a las masas trabajadoras, de la ciudad y del campo, hacia la conquista de sus más sentidas y acuciantes reivindicaciones económico-sociales, políticas y culturales, hacia la conquista de una democracia verdadera, la emancipación del dominio imperialista sobre nuestra patria y el logro de nuestra verdadera independencia nacional, hacia la liberación social, el fin de la explotación del hombre por el hombre.
El Partido Comunista de El Salvador, desde hace 50 años señaló la posibilidad de establecer en nuestro país la sociedad socialista. La fundación del Partido Comunista de El Salvador, llevada a cabo por esforzados y visionarios luchadores de la época, surgió enmedio de grandes movilizaciones populares, que venían siendo impulsadas desde comienzos del decenio de los años veinte, por sus nuevas pero bien disciplinadas organizaciones de masas.
El Partido Comunista de El Salvador nació hace medio siglo en la clandestinidad y desde entonces ha venido en esa situación. El carácter revolucionario de nuestro Partido ha sido la causa fundamental de su existencia clandestina, que le ha sido impuesta por la persecución y represión en su contra, de los gobiernos que se han sucedido a lo largo de este tiempo.
El Partido Comunista de El Salvador no fue fundado para ser un partido más, de esos que la historia de nuestro país ya conocía; partidos que, en verdad, eran facciones de las mismas clases dominantes en sus pugnas intestinas e instrumentos para engañar al pueblo, y que se bautizaban con algún nombre; partidos en la mayor parte ocasionales y de corta vida, que seguían servilmente a un caudillo.
El Partido Comunista de El Salvador fue fundado hace 50 AÑOS para cumplir su papel de vanguardia organizada y revolucionaria del proletariado, para conducir al pueblo salvadoreño hacia la conquista de un futuro sin explotadores ni explotados, sin clases sociales, en que el trabajo será la fuente de la prosperidad. y la felicidad de todos y no de la riqueza y el poder de unos pocos, que condenan a la miseria y el atraso a la mayoría trabajadora y le imponen sus designios a sangre y fuego, como hoy.
Menos de dos años habían transcurrido desde la fundación del Partido Comunista de El Salvador, cuando éste encabezó la insurrección del 22 de Enero de 1932, cuyos protagonistas fueron en su mayoría asalariados agropecuarios y campesinos pobres. Nuestro Partido, recién nacido, con escasa experiencia, a pesar de las condiciones adversas para la insurrección, para cuyo estallido jugó un papel apremiante la desesperación de las masas provocadas deliberadamente por el gobierno y las clases dominantes, cumplió con su deber histórico de no abandonar a los trabajadores a su propia suerte y se decidió, en cambio, a encabezar aquella insurrección indetenible y a luchar hasta las últimas consecuencias.
Tras la derrota de enero de 1932 que fue en realidad escasamente sangrienta, la dictadura militar reaccionaria, ayudada directamente por la oligarquía armada en su “guardia cívica” se estrenó realizando una atroz matanza. El saldo es más que conocido: en unas cuantas semanas fueron asesinados 30.000 trabajadores; una masacre sin precedentes en la historia de América Latina. Con este genocidio fue que se consolidó la tiranía militar del Gral. Maximiliano Hernández Martínez que duró trece años, y fue el inicio de la dictadura militar derechista que hasta el momento soportamos. El régimen martinista se encargó de levantar y difundir la tenebrosa leyenda sobre supuestas atrocidades, que en verdad jamás cometieron los insurrectos.
El anticomunismo fue levantado desde entonces como la bandera predilecta de la reacción en contra de todo movimiento de lucha consecuente por la democracia y la justicia social.
A pesar de que nuestro Partido fue golpeado dura y sangrientamente en 1932, reduciéndolo casi a la nada, logró recuperarse paso a paso, gracias a una heroica y tesonera labor de unos pocos camaradas, realizada en condiciones extremadamente difíciles, hasta situarse como una de las principales organizaciones protagonistas de la historia político-social de El Salvador.
En todos los acontecimientos políticos relevantes en la historia de nuestro pueblo, de 1930 a la fecha, el PCS ha jugado un papel destacado como genuina organización revolucionaria del proletariado salvadoreño: Desde antes del surgimiento del Partido y, con mucha mayor fuerza y eficacia desde su nacimiento, los comunistas fueron los incansables encausadores y organizadores del movimiento obrero y campesino de los años veinte, los que tuvieron su máxima expresión en la gloriosa Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños; los acontecimientos de Abril y Mayo de 1944, que culminaron con la caída del sanguinario dictador de los 13 años y el formidable movimiento de organización popular durante los 5 meses siguientes, encabezado por el Partido Unión Demócrata, en cuya formación y conducción participamos los comunistas junto con los sectores y personalidades democráticos más destacados, y, sobre todo el movimiento organizativo obrero y campesino encabezado por la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), que fue el partido legal creado por el PCS para llevar su propia orientación a las masas y empezar así a romper su obligada clandestinidad; la conquista de la legalidad de los sindicatos y el vigoroso resurgimiento de estos en 1949-51, bajo la conducción del Comité Obrero Sindical (CROS), creado por nuestro Partido; las jornadas huelguísticas de los obreros, los maestros y otros sectores del pueblo, en varias ocasiones durante los años cuarenta y sesenta; la lucha por la reforma universitaria en los años 40-50 y su realización en los años 60; la solidaridad activa de masas con el proceso democrático antiimperialista, encabezado en Guatemala por el Coronel Arbenz y contra la intervención militar organizada por la CIA para derrocarlo en los años 1950-54; la gran solidaridad popular con la Revolución Cubana, desde antes de su triunfo, en los últimos años 50 y primeros 60; la campaña movilizadora y de educación política popular que significó el proceso de creación y desarrollo del Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM), en 1959-64; la formación del Frente de Orientación Cívica y las luchas populares impulsadas por éste en 1959-60, que derribaron al régimen de José María Lemus; la intensa movilización y concientización revolucionaria promovidas por el Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR), en 1961- 63; la esclarecedora y programática campaña electoral de 1966-67 con el PAR (“NUEVA LINEA”); la creación de la UNION NACIONAL OPOSITORA (UNO) y las subsiguientes campañas electorales de 1972 y 1977 -para solo mencionar las más importantes- en donde el gobierno fue derrotado en las urnas y para mantenerse realizó los más descarados fraudes que conoce la historia de nuestro país; diversos movimientos huelguísticos en los últimos años, etc., han sido luchas en que el PCS ha desempeñado un papel de gran peso, a menudo incluso determinante, y que han contribuido al sucesivo desarrollo de la conciencia y de la organización revolucionarias de nuestro pueblo, han contribuido a prepararlo para las arduas batallas de hoy, cuando ha entrado en la etapa final de su larga, sacrificada y heroica marcha hacia la conquista del poder y de su liberación definitiva.
En estas jornadas han caído luchando muchos militantes de base y dirigentes de nuestro Partido, víctimas de la represión reaccionaria.
Las experiencias positivas y negativas, los aciertos y errores del Partido Comunista de El Salvador durante sus 50 AÑOS DE EXISTENCIA, forman fundamento y parte inapreciable de la riqueza práctico-teórica del movimiento revolucionario y democrático de nuestro pueblo, inspiran y orientan el diario quehacer revolucionario del propio PCS. Somos un Partido maduro no por el mero hecho de haber vivido medio siglo, sino porque desde hace tiempo poseemos una clara visión de nuestra realidad y una línea política general correcta, basada en nuestra multifacética e intensa experiencia, en el conocimiento científico de nuestro país y del proceso histórico mundial.
Durante 40 años de su vida, el PCS fue un abanderado luchador solitario de las ideas marxistas leninistas de la causa obrera, del anti-imperialismo, de la democracia popular y el socialismo. El trabajo del PCS abrió espacios a nuevos sectores democráticos y revolucionarios con la difusión de las ideas de vanguardia, con la formación de incontables cuadros, con la educación política de grandes masas y con su ejemplo de luchador inclaudicable.
El desarrollo del capitalismo dependiente trajo sustanciales modificaciones a la estructura social de nuestro país, especialmente a partir de los años 60. Si a esas modificaciones de la. composición clasista agregamos el influjo de las ideas del socialismo científico a nivel mundial, acrecentado en América Latina con la llegada de la Revolución Socialista de Cuba, puede verse claro que todos estos factores y otros, contribuyeron a ampliar las posibilidades revolucionarias en El Salvador.
La formación de un nuevo proletariado, fruto de la industrialización dependiente, de la gran expansión del capitalismo en la agricultura, durante los años 50-60, y vinculado a ello el surgimiento de capas sociales intermedias, numerosas e influyentes, como las capas medias modernas, en las que destaca un nutrido sector estudiantil e intelectual en general; el aparecimiento masivo de las capa marginales, cuyo crecimiento es mayor que el del proletariado industrial, y ciertos otros rasgos de la estructura clasista, crearon las premisas sociales para el surgimiento de otras organizaciones revolucionarias. La aparición de nuevas organizaciones revolucionarias vino ligada por años a un proceso de división de la izquierda. El PCS reconoce que no estuvo en aquel momento a la altura que las exigencias revolucionarias demandaban y no pudo encausar adecuadamente tales inquietudes. Ciertos errores ideológico-políticos y debilidades para la aplicación correcta de su línea política en los últimos años de la década de los sesenta, condujeron a la dispersión ideológica y a que las otras organizaciones revolucionarias surgieran procurando negar al PCS.
El surgimiento de tales organizaciones, a pesar de sus errores, imprimió dinamismo al quehacer revolucionario, estimulado por la emulación, y le permitió alcanzar el dominio de nuevas y superiores formas de organización y acción, especialmente de la lucha armada.
El esfuerzo por cohesionar a la vanguardia dispersa se convirtió para el PCS poco tiempo después, pero especialmente a partir de 1976, en una tarea primordial de orden estratégico. La unidad de las fuerzas revolucionarias ha comenzado a lograrse desde los acuerdos alcanzados en diciembre de1979, los cuales no hubieran sido posibles exclusivamente por nuestra disposición unitaria, sin los esfuerzos y disposición que en ello pusieron las Fuerzas Populares de Liberación -FPL-.Farabundo Martí y la Resistencia Nacional (RN), que habían llegado a la misma conclusión de que la unidad de las fuerzas revolucionarias es una necesidad estratégica.
Los avances en esta tarea histórica son grandes en estos momentos y ello ha sido factor decisivo para que otras organizaciones revolucionarias y democráticas se orienten también hacia la integración de un gran frente unido contra el enemigo común de nuestro pueblo. La perspectiva de alcanzar los anhelados objetivos liberadores del pueblo salvadoreño es hoy más cercana. Las organizaciones revolucionarias se han convertido, mediante su unidad, en la fuerza política principal y ampliamente mayoritaria de El Salvador y cuentan con el respaldo popular y progresista internacional.
La dictadura militar reaccionaria y sus amos imperialistas yanquis, la recalcitrante oligarquía, empeñados en destruir al movimiento popular, han incrementado mucho mas la sanguinaria represión desde que se publicaron los acuerdos unitarios en enero último. La persecución, la cárcel, el secuestro, la tortura, el asesinato, la destrucción de caseríos rurales, la matanza cotidiana que busca el exterminio masivo del movimiento popular y revolucionario, han alcanzado enormes proporciones y golpean también a los sectores y personalidades democráticas. Mucha sangre valiosa del pueblo ha sido derramada por los enemigos de éste; centenares de hombres y mujeres, ancianos y niños, han caído por el solo delito de querer una vida más digna y justa.
El PCS sufrió desde los inicios de su vida estas brutales formas de represión, que lograron imponerle una temporal debilidad. Pero se equivocan los curtidos y pérfidos verdugos del pueblo salvadoreño si creen que su fórmula impedirá ahora la victoria de la revolución liberadora. El movimiento revolucionario y popular se ha desarrollado bajo la represión creciente, tiene a su favor la inmensa mayoría del pueblo, cuenta con mucha experiencia, lucha combinando la lucha política y la lucha armada y tiene a su favor un gran apoyo internacional. Ahora la revolución puede vencer y vencerá.
Es imposible rendir un verdadero homenaje a los mártires y héroes de nuestro pueblo, si se los discrimina en razón de las diferentes organizaciones a que pertenecieron. Todos ellos han muerto y mueren por la misma causa, frente a los mismos enemigos. El PCS inclina su roja bandera en señal de admiración, reconocimiento y gratitud ante la memoria de los miles de mártires y héroes de la lucha de nuestro pueblo por su liberación, militantes de todas las organizaciones revolucionarias y democráticas, durante los últimos 50 años.
Esta mención invoca a todos los mártires de las demás organizaciones e instituciones: José Dimas Alas, Felipe Peña, Lil Milagro Ramírez, Carlos Mauricio Arias, Leonel Arevalo, Rafael Arce Zablah, Manuel Castillo, Sacerdotes Rutilio Grande y Alfonso Navarro, Capitán Máximo Morelli, Fernando Martín Espinoza, Mario Zamora Rivas.
Al celebrar medio siglo de existencia partidaria, deseamos recordar a nuestros propios camaradas desaparecidos, que dedicaron sus vidas y dieron su muerte para que el PCS viviera y se desarrollara. Es imposible contener en estas líneas la lista interminable de sus nombres y nos limitaremos por eso a mencionar aquellos que son representativos de la lucha del PCS en cada fase de su perseguida existencia:
AGUSTIN FARABUNDO MARTI, MARIO ZAPATA, ALFONSO LUNA, JOSE FELICIANO AMA, FRANCISCO SANCHEZ, RAFAEL BONDANZA, SERAFIN MARTINEZ, FIDELINA RAYMUNDO, ISMAEL HERNANDEZ, MODESTO RAMIREZ, JOSE CELESTINO CASTRO, OSCAR GILBERTO MARTINEZ CARRANZA, SAUL SANTIAGO CONTRERAS, ALBERTO VASQUEZ CARCAMO, RAUL CASTELLANOS FIGUEROA, CARLOS HUMBERTO RIVERA. LUIS NAPOLEON MORENO, RAFAEL JAIME HERNANDEZ, JUAN PIO APARICIO, FERNANDO SEGUNDO RAMIREZ, CARLOS MAURICIO CARVALLO, JOSE ERNESTO SORTO, JORGE ALBERTO MORAN CORNEJO, ROBERTO MIRANDA LOPEZ, VICTOR MANUEL SANCHEZ BONILLA, RAFAEL AGUIÑADA CARRANZA, CARLOS MADRIZ, ORLANDO GUERRERO CHAMUL, LAZARO DE JESUS ARIAS, JOSE MARIA PORTILLO MONTENEGRO, ANA SILVIA OLIVARES OLAN, SALVADOR SANCHEZ HIDALGO, GERARDO ANTONIO ERAZO, RODOLFO ANTONIO VILLALTA, FRANCISCO RIVERA PERDOMO, ROBERTO CASTELLANOS BRAÑA y tantos otros comunistas.
El PCS saluda de todo corazón a las organizaciones revolucionarias hermanas, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) Farabundo Martí y la Resistencia Nacional (RN); en conjunto con ellas hemos puesto en marcha el proceso que unirá a todo el pueblo y lo conducirá a la victoria definitiva. Saludamos a las demás organizaciones revolucionarias que habrán de integrarse a esta unidad invencible, para encabezar la revolución, ERP y PRTC.
A todos ellos decimos:
¡El enemigo jamás debe volver a encontrarnos divididos! Hagamos cada vez más sólida y profunda nuestra unidad, en el curso del avance hacia las fases superiores y definitivas de la acción revolucionaria.
Lo que más se destaca en los momentos actuales en el panorama nacional, es la heroica combatividad de la clase obrera que encabezó el gran paro nacional del 17 de marzo, junto con los estudiantes, los maestros y demás sectores del pueblo, incluidos muchos pequeños y medianos empresarios al mismo tiempo se destacan los crímenes masivos, pero inútiles, y el estruendo de la propaganda de la política de “matanza y reformas”, diseñada y apoyada por el imperialismo yanqui y aplicada por la Junta militar democristiana en forma servil.
La dirigencia del Partido Demócrata Cristiano que tuvo la oportunidad de dar su aporte a la liberación del pueblo salvadoreño y gozar del cariño de éste, se ha hundido en la traición; ha preferido unirse a los enemigos del pueblo y ayudarlos a masacrarlo y esclavizarlo. Contrasta esta conducta pérfida, sobre la cual nuestro pueblo ya decidió su fallo condenatorio, con la digna, patriótica y valiente decisión adoptada por los que el día 10 de los corrientes renunciaron al Partido Demócrata Cristiano, para venir al encuentro con el movimiento popular.
El gobierno de los Estados Unidos, a la vez que maniobra con las reformas por medio de sus títeres, prepara la intervención militar contra el pueblo salvadoreño. Dentro de este plan, el imperialismo yanqui ha arrastrado al gobierno demócrata-cristiano de Venezuela a participar en la agresión. Se ha dispuesto, con ese fin, la formación de un ejército invasor integrado con soldados puertorriqueños y venezolanos. Se ve a las claras, que el gobierno de los Estados Unidos quizá preferiría invadir El Salvador bajo la máscara de una intervención “multilateral” y bajo el pretexto de defender “un gobierno democrático y reformador social”.
Tal es, en parte, lo esencial del siniestro plan de los Estados Unidos y de sus comparsas en el gobierno de Venezuela.
Ya no puede caber duda a ninguna persona honrada y patriota que la paz solo puede alcanzarse por medio de la lucha armada, conquistando el poder, destruyendo la máquina sanguinaria y perversa de la dictadura militar, y creando un Gobierno Democrático Revolucionario que garantice la libertad para el pueblo hoy reprimido, que realice los profundos cambios estructurales apoyándose plenamente en éste, que actúe soberana e independientemente ante el imperialismo yanqui, ponga en marcha el desarrollo económico nacional y despeje la ruta del sucesivo progreso social.
Por encima de todos los discursos y frases de la propaganda contra la violencia, una verdad ha quedado ya establecida por la fuerza de los hechos: la violencia represiva reaccionaria jamás traerá la paz anhelada por él pueblo salvadoreño.
Unir más y más las fuerzas revolucionarias, forjar el más amplio frente unido de estas con las demás fuerzas democráticas, empuñar las armas revolucionarias con firme decisión, disponerse a resistir incluso la agresión militar del imperialismo, prepararse seriamente a realizar la gran ofensiva final por nuestra liberación y realizar un gran trabajo por ganar una inmensa solidaridad internacional con nuestra causa, capaz de amarrar las manos intervencionistas de los Estados Unidos y del gobierno de Venezuela. Tales son las tareas decisivas que tiene planteadas el movimiento popular y democrático, todo el pueblo salvadoreño, todos los patriotas, dentro y fuera de El Salvador.
El Partido Comunista de El Salvador saluda a la clase obrera, a los campesinos, a todos los trabajadores; saluda a la intelectualidad, a los militares patriotas y demócratas, a los pequeños y medianos empresarios, en fin a todas las fuerzas de nuestro pueblo que están por los cambios profundos y democráticos en El Salvador; que ansían una paz basada en la justicia.
El PCS agradece profundamente la solidaridad internacional.
Saludamos al gran partido de Lenin, al PCUS, al Partido Comunista de Cuba, a los Partidos Comunistas de Centro América y a todos los Partidos integrantes del Movimiento Comunista Internacional que, consecuentemente con los principios del internacionalismo proletario, aportan con su solidaridad a la causa de nuestro pueblo.
Saludamos a los gobiernos Socialistas y progresistas por su apoyo solidario a nuestras luchas.
Saludamos al Frente Sandinista de Liberación Nacional, vanguardia revolucionaria del heroico pueblo nicaragüense, cuya heroica gesta inspira e ilumina las luchas del pueblo salvadoreño.
Saludamos a todos los movimientos revolucionarios y democráticos de nuestro país y de otras partes del mundo; así como a las instituciones y personalidades de pensamiento democrático de todas las latitudes de la tierra que, en una u otra forma, se solidarizan con nuestro empeño por conquistar una patria justa.
¡ El Partido Comunista de El Salvador Cumplirá!
¡ Liberación o Muerte; unidos hasta la victoria final!
“Proletarios de todos los países, uníos”
Comité Central del Partido Comunista de El Salvador, (PCS)
San Salvador, 28 de Marzo de 1980, año del 50º. Aniversario.