Su memoria vive en la lucha diaria de nuestro pueblo por alcanzar la Nueva Colombia
Hoy se conmemoran cuatro años de la desaparición física de nuestro Comandante Manuel Marulanda Vélez. Todos los frentes y columnas farianas, todos los guerrilleros y milicianos bolivarianos, miles de revolucionarios de América y del mundo, obreros, campesinos y gentes del común, recordamos hoy al inmortal conductor de la guerra popular colombiana.
Su memoria es una constante en cada accionar de nuestra organización revolucionaria. Él fue el principal arquitecto de cada una de las etapas de ella, desde sus lejanos orígenes como resistencia de masas en el agreste Tolima de la violencia chulavita, hasta su consolidación como un verdadero Ejército del Pueblo en la lucha por alcanzar el poder político y ponerlo al servicio de las mayorías nacionales y de la construcción de la Nueva Colombia.
Genio en Marquetalia, genio en Riochiquito, genio en los Llanos, invencible director de la resistencia al Plan Patriota, les hizo morder el polvo de la derrota a más de cuatro generaciones de Generales apátridas que adelantaron la guerra sucia contra nuestro pueblo, defendiendo intereses antinacionales.
El camarada Manuel representó en sí mismo a una generación entera de campesinos que se atrevieron a responder a la violencia oficial consuetudinaria y a levantarse contra un orden y un régimen político injusto.
En su abrazo profundo con Jacobo Arenas se encarnó la necesaria alianza obrero-campesina y el horizonte comunista que Marulanda acogió con la sabiduría de su raigambre labriega. La identidad con su pueblo se ratificó en la adopción de su nombre de guerra: el campesino Pedro Antonio Marín se convirtió en un Manuel Marulanda, redivivo en homenaje al camarada obrero antioqueño torturado hasta la muerte por el régimen conservador laureanista.
Cuentan ya numerosos escritos, de pluma fariana y ajena, que Manuel, siendo aún un novel comandante de las nacientes FARC, se dedicó al estudio sistemático de los clásicos de la estrategia guerrera y del marxismo-leninismo. La conciencia de la importancia de estos saberes para el desarrollo de la lucha colombiana lo convirtió en un erudito de la revolución, pero no por vano capricho libresco, sino para el desarrollo efectivo de una táctica y estrategia para la revolución colombiana.
La estatura militar que alcanzó fue tal, que uno de sus más acérrimos adversarios el general Álvaro Valencia Tovar, en gesto gallardo, lo describió de esta manera: "Tirofijo es el guerrillero más hábil que ha producido el país, (...) Tirofijo es la figura más importante que ha producido la guerrilla en el mundo, guardadas las proporciones con Ho Chi Min o cualquiera de ellos, combatientes guerrilleros, ideólogos comunistas que asumieron el liderazgo como jefes revolucionarios y no como guerrilleros. El mismo general Giap de Indochina no se le compara. Tirofijo es en realidad un maestro de la guerra de guerrillas pura. (...) Tirofijo es militar combatiendo. Y si él se complementa con un hombre como Jacobo Arenas, pues llega a ser el binomio de oro de la guerrilla"(del libro: Sueños y Montañas de Arturo Alape).
Cuestionador permanente de la realidad circundante, nunca promovió la disciplina a palos, sino que fue un defensor a ultranza de la verdadera disciplina comunista, la plenamente consciente. Los que tuvimos el gusto y el honor de conocerlo podemos dar testimonio de su carácter democrático como conductor de guerrillas: El comandante Manuel confiaba en la dirección colectiva, en el debate productivo, en el diálogo y la construcción desde la base.
A pesar de la inquina con la que la prensa oficial lo trató, y del hosco talante guerrerista que le adjudicaron, el comandante máximo de las FARC-EP fue siempre un amigo de la paz. Lanzó múltiples mensajes de diálogo y reconciliación a la institucionalidad oligárquica de nuestro país en busca de una salida política civilizada al conflicto, sin que fuera nunca escuchado a conciencia por los verdaderos responsables de esta guerra tan prolongada.
Hoy, a cuatro años de su desaparición física, mientras las FARC-EP enfrentamos en titánica lucha la embestida furiosa del imperialismo norteamericano, de sus aliados británicos y sionistas, y de sus lacayos criollos, le rendimos homenaje a Manuel, a nuestro insigne comandante de la guerra de guerrillas móviles, sabiendo que somos partícipes de su más grande obra en la lucha por la construcción de una Nueva Colombia, democrática, popular y socialista. Por eso Somos FARC – Ejército del Pueblo.
Los hijos y las hijas de Marquetalia lo gritamos a los cuatro vientos:
Contra el imperialismo, por la Patria!
Contra la oligarquía, Por el Pueblo!
Camarada Manuel Marulanda Vélez: Presentes y combatiendo!
Hasta la Victoria!
Secretariado del Estado Mayor de las FARC EP
Montañas de Colombia, Marzo 26 de 2012.