Ningún sector de la izquierda o de la clase obrera y el pueblo, la desean o la propician. Más bien ésta surge como la nueva táctica de sectores patronales, ante el fracaso de los intentos de conciliación de clase, y su reemplazo objetivo por la agudización y polaridad de la lucha de clases.
Quienes se proponen desatarla son algunos sectores de la clase dominante, que responden a la política "jarpista", a través del desatamiento de un paro patronal inmediato, la acusación de "ilegitimidad" al gobierno y desde allí el quiebre de las FF.AA.
Alertar al pueblo sólo frente a esta táctica patronal puede desarmarlo, pues existe otro sector reaccionario, al que llamamos "freísta", que estando de acuerdo en desalojar a la UP del go¬bierno, se propone una táctica, que por sofisticada no es menos reaccionaria, que le permita evitar la guerra civil como tal y desplomar al gobierno a través de paros, ojalá de origen "laboral", que dividan a la clase obrera, "escalonados", que impidan la toma de conciencia del pueblo de la agresión patronal; la creación de conflictos institucionales entre el Parlamento y el Ejecutivo, que origine una dualidad institucional y desde allí emplazar y después desalojar al Gobierno; así intentan evitarse el quiebre de las FF.AA., ganándose a la oficialidad constitucionalista.
Por eso la política que sectores reformistas desarrollan, de sólo denunciar la posibilidad de la guerra civil, tampoco arma cabalmente al pueblo. Sostenemos que la tarea fundamental es acumular la fuerza de masas necesaria, sea para impedir la guerra civil, o para ganarla si ella se desata por decisión reaccionaria.
Esa acumulación de fuerzas sólo puede asegurarse en el levantamiento de un Programa Revolucionario del Pueblo, que surja de la discusión misma de la clase obrera y el pueblo, para la industria, el agro, la vivienda, la educación, el Código del Trabajo, etc.; que reanime, arme y una al pueblo; y en el desarrollo y fortalecimiento de organismos de masas que, incorporando a todos los sectores del pueblo, permitan orgánicamente a la clase obrera ejercer su papel de vanguardia sobre el resto de las capas del pueblo, en la perspectiva del desarrollo de un poder popular alternativo al orden burgués e independiente del Gobierno: los Comandos Comunales de Trabajadores.
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* Cuestionario respondido y publicado en la revista "Chile Hoy", Nº 50 (Santiago, Mayo de 1973), p. 6. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Martín Hernández y Pedro Naranjo, 5 Tomos, La Habana 1984.
Fuente: Centro Estudios Miguel Enríquez - Archivo Chile