Declaración Pública del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
El caso del periodista francés Romeo Langlois resulta ideal para develar de manera incontestable el papel que desempeñan los grandes medios de comunicación en el orden social impuesto por el gran capital. Antes que informar y promover el pensamiento libre de la ciudadanía, la gran prensa tergiversa la realidad para convertir en única verdad la versión de sus patrocinadores.
Por sí sola resulta reveladora la indignación de los asalariados de la gran prensa, que en los más groseros términos rechazaron nuestra propuesta de abrir un debate público sobre la libertad de informar. Al negarse a admitir la discusión estaban tomando parte en ella, asumiendo la defensa abierta y servíl de los intereses de los grandes monopolios económicos e informativos.
El pasado 27 de febrero las FARC-EP comunicamos oficialmente que nunca volveríamos a realizar retenciones de personas con fines financieros. Aprehender en medio de un combate a quien en una operación militar viste uniforme del enemigo y lo acompaña, en nada lesiona nuestro preciso compromiso. Sólo una visión francamente sesgada puede considerarlo un secuestro.
Cada vez es mayor el número de personal militar y paramilitar norteamericano o a su servicio que interviene en la guerra civil colombiana. Los mandos militares se ufanan de usar infiltrados y espías para propinarnos golpes severos. Es evidente que en casos como este, las FARC-EP tenemos pleno derecho a detener e investigar, trátese de un nacional o un extranjero.
Hace escasos dos años, los periodistas Hollman Morris, Leonardo Acevedo y Camilo Raigoza fueron arbitrariamente detenidos por el Ejército en el Caquetá, cuando de modo independiente cubrían la entrega de dos prisioneros de guerra. Vestían de civil y hasta el Presidente de la República los acusó de propagandistas de las FARC. La gran prensa se mostró totalmente indiferente con ellos.
Evidenciada universalmente la doble moral del círculo del poder y sus voceros mediáticos, lo que sigue es liberar a Romeo Langlois. En aras de garantizar aún más su vida e integridad, proponemos entregarlo en un lugar seguro a una comisión integrada por la Cruz Roja Internacional, la senadora Piedad Córdoba y un delegado personal del nuevo Presidente francés Francois Hollande.
Una vez libre, el periodista Langlois podrá terminar de cumplir con el papel esperado por el gobierno de Colombia, sus fuerzas militares y los grandes medios. O podrá permanecer fiel a su conciencia y referir la verdad. Si fuere este el caso, pueda ser que los mismos que hoy exigen con ardor su libertad inmediata, no vayan a ensañarse con él hasta destruirlo por completo.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 12 de mayo de 2012
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