[ NOTA DEL CEDEMA: En días pasados llegó al correo del CeDeMA la siguiente declaración firmada por la Red de Células Comunistas, comunicado enviado, también, a otros medios de comunicación. Incorporamos a nuestro archivo el siguiente documento para su conocimiento, sin poder aportar mayor información sobre la veracidad del mismo. ]
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Crónica de una alternativa posible
28 de Agosto del 2012
A todas las organizaciones revolucionarias, al pueblo de México:
La imposición de EPN es un hecho consumado y anunciado por doquiera. Los grupos empresariales y políticos que detentan el poder en nuestro país han optado por violentar una vez más la voluntad popular y las condiciones deplorables de vida del pueblo mexicano.
La derecha recalcitrante, junto a la pseudo-izquierda institucional, han dispuesto los mecanismos necesarios para que el fallo emitido por el TEPJF legitime el resultado electoral que daría el triunfo a EPN, avalando las irregularidades cometidas antes, durante y después del 1º de julio.
La reunión en la que el PRD, el PT y los “líderes” de las organizaciones de “izquierda” fijaron postura y avalaron, ante la pútrida manada de políticos del régimen, la eventual imposición, tuvo como resultado la firma de la “Declaración Política de Guerrero” en la que se comprometieron a respetar el fallo que emita el TEPJF. Personajes como el actual jefe de gobierno de la ciudad Marcelo Ebrard, el panista-perredista Gabino Cué o panistas de closet como el actual líder del PRD, Jesús Zambrano, se dieron cita para asegurar sus intereses de grupo durante el sexenio de EPN.
El clima que se ha hecho patente en las calles, barrios y universidades, desde hace ya varias semanas muestra la inconformidad popular ante el atropello de la oligarquía que pretende, como en 1988 y en el 2006, imponer a toda costa las reformas neoliberales que los buitres vecinos del norte y de Europa exigen.
No obstante, la impotencia desorganizada, aunque encolerizada, conduciría, una vez más, a la aceptación pasiva y derrotista de dicha afrenta de no existir un esfuerzo conjunto de todos los sectores organizados que operan en, con y por el pueblo, desde una perspectiva revolucionaria y socialista.
La estrategia que han seguido algunos grupos pertenecientes a la llamada izquierda no institucional, o autoproclamada “socialista”, ha consistido en allegarse de nuevos elementos para engrosar las filas de sus organizaciones históricamente incapaces de elevar la conciencia revolucionaria de las clases explotadas, y por ende, incapaces de emprender la construcción de un proyecto organizativo con una perspectiva radical y comunista.
Sin embargo, sin temor a equivocarnos, desde nuestra sigilosa y amplia trinchera de lucha, consideramos que existen las condiciones suficientes para emprender un estallido social protagonizado por las organizaciones armadas del país. Consideramos que el nivel de madurez política y militar que tienen los cuadros de guerrillas como el EPR constituye el factor subjetivo decisivo en éste momento; por ello, haciendo valer la praxis como el criterio marxista, por excelencia, de verdad, pensamos que requieren pasar la prueba de fuego y accionar en estos momentos.
La claridad política y la madurez organizativa con la que cuenta la única organización socialista armada del país debe poner el ejemplo de lucha y proclamarse como una alternativa ante la disyuntiva de revolución o derrota. Es momento, pensamos, de organizarse en la acción concreta y efectiva. Es momento de visibilizar la conciencia revolucionaria plasmada en acciones no solo declarativas sino ofensivas y de resistencia. Es momento de cambiar la pluma y la tinta del comunicado por el fusil y la organización popular. Cerca de cuarenta años de procesos auto-organizativos, de formación política y militar deben ser revitalizados con acciones.
Desde las discusiones y balances que como organización hemos hecho junto a nuestro pueblo, hemos decidido dar el paso decisivo que nos permita encontrarnos en el trabajo de agitación, coordinación y acción con otros sectores dispuestos a desequilibrar la balanza que nos pretenden imponer y forjar la correlación de fuerzas que empuje a hacer estallar el gris asfalto de las calles.
Los estallidos revolucionarios han necesitado siempre de una ínfima chispa, es momento de generarla y de hacer de la pradera una gran hoguera que le recuerde a las clases explotadoras quienes tienen realmente el poder, la soberanía y la libertad en sus manos.
La historia y el pueblo mexicano juzgarán la valentía y la entrega, o la traición y la cobardía, de aquellos que frente a la exigencia social de revolución, den su vida para que el pueblo decida las riendas de su propio destino.