EL TRIUNFO DEL PUEBLO VENEZOLANO; UN GRITO DE ALERTA PARA LOS REVOLUCIONARIOS DEL MUNDO
“Debemos estudiar con seriedad estas lecciones que nos han legado las guerras pasadas y que han sido pagadas con sangre. Esta es una tarea. Pero hay otra: comprobar con nuestra propia experiencia las conclusiones extraídas, asimilar lo útil, rechazar lo inútil y agregar lo que es específicamente nuestro. Esta última tarea es muy importante, pues de no cumplirla, no podremos dirigir la guerra”
(Mao Tse Tung)
En estos álgidos días, a propósito del Triunfo del Presidente Chávez en Venezuela, en donde desde el progresismo y la derecha, rasgan vestiduras, validando “la doctrina democrática”, como única solución posible de expresión y participación de los pueblos oprimidos del mundo, pretendemos llevar una sentida reflexión a los revolucionarios, con el respeto revolucionario que nos merecemos, para que visualizamos con una perspectiva estratégica, los últimos acontecimientos y el desarrollo de la Lucha de Clases en nuestra región.
No queremos dejar de reconocer el estoicismo del pueblo Venezolano y por qué no, tampoco debemos pasar por alto, la figura del Presidente Chávez, pues reconocemos en él y lo que encarna el Chavismo, una postura progresista que respetamos por sus buenas intenciones, por sus innegables avances sociales y por permitir politizar la sociedad Venezolana, entre otras cosas, pero que en su momento ya dimos a conocer, cual era nuestra posición ante estas posturas ideológicas y las repercusiones que pueden tener para nuestros pueblos, fundamento que a la luz de los acontecimientos seguimos manteniendo (1).
Siendo consecuentes a nuestra línea ideológica, no es nuestra intención desangrarnos en cuestionar otras posiciones políticas que conviven en el campo popular, como lo es el Chavismo en Venezuela, sino que nuestro mensaje se dirige al pueblo Venezolano, quien una vez más le ha dado una oportunidad al Chavismo, y a los revolucionarios del mundo, que se han empapado de esta “llovizna democrática”, a quienes pedimos respirar hondo, secar los ropajes y seguir caminando, que aquí no hemos escrito ninguna “página heroica de nuestros anales revolucionarios”, pues estratégicamente, de lo que se trata aquí, es la disputa por la conducción del movimiento revolucionario y en esa lógica no hemos avanzado mucho.
Si algo debemos aprender los revolucionarios de esta experiencia, y Chávez muy bien lo retrata, es que lo vivido por el pueblo Venezolano, corresponde a una batalla dentro de una Guerra planetaria, que representa la Lucha de Clases; una batalla “ganada en todas sus líneas”, pues no debemos desconocer el aparataje desarrollado por el imperialismo en Venezuela, que comienza por los puestos de avanzada ya desplegados hace mucho tiempo en la patria de Bolívar, los medios fascistas de alienación masiva, agentes en los círculos cercanos al Chavismo y por cierto en la oposición, etc., ante lo cual se propuso e impulsó una táctica de Guerra “de todo el pueblo”, que resultó triunfante esta vez, y que propició el asentamiento territorial en los sectores más proclives al Chavismo y a quienes habían sentido de mejor forma los avances sociales. Esto es un principio Político-Militar fundamental, que la izquierda muchas veces olvida; el trabajar y potenciar los sectores ganados, nuestra única retaguardia en la práctica, pues la Vanguardia no puede entrar en combate, sino está asegurada la retaguardia, si las flanguardias no se han desplegado y sobre todo si los puestos de avanzada no han penetrado las filas enemigas.
Esta es una lección fundamental que los revolucionarios debemos aquilatar en esta Batalla, en esta derrota imperialista (ojo decimos derrota imperialista y no “triunfo revolucionario”); las posiciones de Combate, fueron abordadas desde el pueblo y no fueron abandonadas; se entendió un principio básico de la guerra, y si esto lo ponemos en perspectiva, este fracaso táctico de nuestro enemigo fundamental, conduce a un deterioro estratégico importante de sus intereses, pues Venezuela, en esta fase de crisis y podredumbre capitalista, representa un bastión relevante económico y militarmente hablando, pues las reservas de petróleo y la lucha contrainsurgente, nuestro enemigo la podía manejar de mejor forma, con esos espacios controlados directamente.
En ese contexto, el enemigo ya había tomado sus recaudos, otra lección que tiene que ver con la planificación de la Guerra, pues ya había avanzado en el terreno con una jugada estratégica, al sentarse a negociar con las Guerrillas Colombianas, vislumbrando una derrota táctica del pueblo Venezolano; si le era favorable, que no quepa duda, que tiraban del mantel de la mesa negociadora.
En estas circunstancias, esta obligado a conversar y dialogar, entendiendo que estas pausas para los revolucionarios, también representan espacios necesarios para adecuar estrategias y tácticas, y no que la Guerrilla vaya a transar su estrategia, como se plantea desde algunos sectores, que parecen no entender la lógica de la Guerra, y piensan que la victoria estratégica en esta Lucha de Clases, viene dada por una seguidilla lineal de triunfos tácticos; esa es una idea nefasta que los revolucionarios debemos combatir, pues esto lleva al “exitismo táctico”; lleva a combatir el aparecer y no situarse en las condicionantes reales de la Guerra. En tanto, desde la óptica de un lineamiento estratégico, el éxito de una táctica debe entenderse como una instancia de acumulación de fuerzas de todo tipo, decisivas para encausar la lucha, pues no podemos perder de vista y situarnos precisamente en la fase y en el contexto de esta Guerra, pues cualquier “movimiento imprudente hace perder la partida", como nos educaba el gran Mao.
En esa perspectiva, uno de los errores a que nos llevan centrarnos en “tácticas exitistas”, es que se tiende a confundir los niveles de la guerra, muy común en algunos sectores revolucionarios y que nos ha producido dolorosas derrotas; esto es confundir tácticas con estrategias, niveles operativos con formas de combate, etc., lo que se traduce muchas veces en la práctica, el avalar y asumir como propia la doctrina y el discurso burgués, validando por ejemplo “la democracia” como forma de gobierno legitimada a nivel planetario, a partir del circo electoral burgués, creyendo que porque en algunas ocasiones, se han logrado éxitos tácticos, con estas “herramientas melladas del enemigo”, pueden transformarse en instrumentos válidos para lograr la dirección del proceso revolucionario, olvidando que la Guerra de clases, necesita de estrategia, tácticas, operaciones y DOCTRINAS propias; que lo único válido para los revolucionarios en este aspecto, es conocer las leyes reales que rigen la Guerra de Clases, su naturaleza, su desarrollo histórico, el TERRENO en el cual se da, con el tipo de ENEMIGO que nos enfrentamos y las condiciones de NUESTRAS FUERZAS, apoyos, alianzas y aliados. Si los Revolucionarios confundimos estos conceptos y niveles de la Guerra Revolucionaria, no sabremos como dirigirla y no podremos triunfar; no estamos siendo fatalistas, estamos siendo objetivos y concretos, estamos diciendo que los espejismos son pasajeros y que lo único válido para el pueblo en la construcción de la propia senda, la senda del Poder Popular.
Al respecto también es válido advertir a las fuerzas llamadas progresistas, que incitan a la conciliación de clases, a no ser empecinadas y revisen la historia reciente, qué es lo que ocurre cuando se subvalora la fuerza del pueblo como Vanguardia fundamental de la Guerra Revolucionaria y sólo la ven como depositarias de un Voto; si el proceso Venezolano, sigue el mismo curso, seguirá los destinos que la izquierda reformista ya transitó, por este lado del continente. Al respecto, no sería malo leyeran y se informaran de la Carta de los Cordones Industriales, le hacen llegar a Salvador Allende (2), en la cual expresan el sentir popular y las necesidades de cambiar el rumbo del proceso de la Unidad Popular en Chile.
Con lo anterior, no queremos ser inconsecuentes con lo que históricamente hemos planteado desde esta TRINCHERA: Una dirección Revolucionaria de la Guerra, sólo la puede orientar un Movimiento y Partido de Combate, auténticamente Revolucionario, Político-Militar y Marxista-Leninista. Ante ello, les adelantamos a aquellos “ultrarrevolucionarios” que saldrán a criticar descarnadamente el proceso que lleva adelante el Chavismo en la Venezuela Bolivariana, por ser “conciliador y poco radical” -como en otra ocasiones ya lo hemos expresado-, acá no es sólo Chávez el problema, pues aquí en el campo popular, lo que está en juego, es la “conducción revolucionaria” del proceso, en esa lógica, los revolucionarios no podemos pretender exigirle al Chavismo que impulse las tácticas revolucionarias, que no concilie con el enemigo a quien dice combatir; pues la tarea de conducción revolucionaria no es delegable, esa es tarea nuestra, es responsabilidad de los revolucionarios el disputar espacios de conducción y la única forma de profundizar el proceso y cambiar el rumbo de la Lucha de Clases en nuestra Patria Grande y el mundo.
Los Revolucionarios debemos dejar de secarnos las lágrimas y abandonar nuestro asiento de espectador del proceso y entrar al ruedo; las críticas son buenas, pero sin acción revolucionaria, que se contrasten en la práctica, se transforman en críticas reaccionarias. De estos procesos debemos leer y aprender; pero más relevante aún, como nos han enseñado los únicos procesos revolucionarios triunfantes, el practicar también es aprender, pues la práctica misma, como nos advertía Mao, “es la forma más importante de aprender… aprender a combatir en el curso mismo de la guerra”, esa debiese ser la proclama del periodo, asumir y discutir de una vez el problema del poder, que por el hecho de permanecer en estado de resistencia, nos era negado a los revolucionarios.
Desde esta TRINCHERA proponemos a los revolucionarios del mundo, con lealtad y franqueza revolucionaria, a tomar sus posiciones de combate, desde las distintas Trincheras; desde lo ideológico, lo intelectual, lo político, lo agitativo, lo operativo. Reconstruyendo el entramado social destruido y capturado por el enemigo de clase, avanzando en la integración revolucionaria desde las bases, asumiendo que somos parte de un pueblo combativo, que está despertando del largo sueño. Esa es, a nuestro entender, la única forma de disputar los espacios de conducción al reformismo, al revisionismo y a nuestro enemigo… después de todo, como planteaba el Comandante de la Revolución Indoamericana “el guerrero popular, desde sus lugares de acecho, atacará en el momento oportuno”.
Con el PUEBLO, como Fuerza Principal Político-Militar,
Con la vanguardia, creando CONCIENCIA Revolucionaria y
Con el FUSIL, como guía de la lucha histórica y constante.
POR LA RAZON Y LA FUERZA, LOS TRABAJADORES AL PODER
SÓLO PODEMOS LA VÍA REVOLUCIONARIA
COMBATE O MUERTE
HUMANIDAD O MUERTE
Movimiento de Izquierda Revolucionaria – Ejército Popular Revolucionario (Batallón Chile)
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NOTAS:
(1) Ver EL SOCIALISMO UTÓPICO DEL SIGLO XXI: ¿POR QUÉ VOLVER A MARCHAR HACIA ATRÁS?, en http://www.cedema.org/ver.php?id=3753
(2) Ver CARTA DE LOS CORDONES INDUSTRIALES A SALVADOR ALLENDE, en http://www.elciudadano.cl/2010/09/07/26359/carta-de-los-cordones-industriales-a-salvador-allende/