Mensaje del Comandante Nicolás Rodríguez, Al foro de la organización humanitaria Llamamiento de Ginebra, realizado los días 30 y 31 de Octubre pasado en Bogotá
Respetados señores y señoras:
Llamamiento de Ginebra, Programa Suizo para la Promoción de la Paz en Colombia – Suippcol,
United Nations Mine Action Service (UNMAS), delegados y participantes de este importante evento.
El Comando Central del ELN les expresa un saludo especial y exalta la importancia de este evento, que esperamos tenga el éxito que todos deseamos.
Recibimos con atención su llamado a exponer aquí, nuestros puntos de vista respecto de los temas principales y aspiramos que en un próximo evento podamos hacerlo de manera más directa.
Compartimos con ustedes que desarrollar una mesa de diálogos, entre la insurgencia y el gobierno colombiano, dentro de un acuerdo de cese al fuego y las hostilidades, daría más certezas y confianza al proceso; así mismo que aliviar a quienes padecen en carne propia los rigores del conflicto social y armado, le da más fuerza y mayor credibilidad al proceso y los contendientes mostrarían ser poseedores de un espíritu y una práctica humanista. Ese acuerdo sería bien vista por Colombia y la Comunidad Internacional.
De nuestra parte, estamos listos para asumirlo, al comenzar los diálogos con el gobierno nacional.
La mesa de dialogo, no debiera atestiguar más contendientes ni pobladores muertos ni heridos, más sangre inocente que enlute la sociedad y el territorio colombiano.
En tal sentido deseamos que este evento, sea importante dinamizador, para que se pacte un cese al fuego y las hostilidades entre las fuerzas armadas gubernamentales y la insurgencia colombiana en el menor tiempo posible.
Como preámbulo a la exposición de nuestros puntos de vista, sobre los temas plantados en este evento, nos permitimos manifestar que, desde hace más de 20 años el ELN se propuso buscar la fórmula eficaces para alcanzar Una salida Política al conflicto social y armado.
Pero la paz no se concreta porque los gobernantes que representan los intereses del gran capital la entienden diferente, a como la entiende las mayorías y la entendemos nosotros.
Desde cuando empezamos los diálogos con el gobierno de Cesar Gaviria, no hemos abandonado el espíritu de buscar la paz; han sido los gobiernos posteriores quienes han cerrado esa posibilidad, porque para la oligarquía colombiana la guerra le permite que más del 75 por ciento del ingreso nacional vaya a sus bolsillos, y concibe una paz en que nada cambie, para que el país siga igual.
Aun así, somos optimistas con la paz porque constatamos que hoy en día millones de compatriotas están reivindicando y luchando decididamente por que ese derecho, contemplado en la Carta constitucional se convierta en realidad.
1.- Sobre Derecho Internacional humanitario (DIH)
Por definición de nuestros Congresos, máxima autoridad y en ejercicio democrático, los miembros del ELN asumen como deber el respeto del DIH, a la luz de las particularidades del conflicto social y armado colombiano.
Nuestro carácter es el de una organización levantada en armas, para luchar contra un Estado intolerante y represivo, que ejerce el derecho a la rebelión, fruto de la imposibilidad para los luchadores populares de ejercer sus derechos políticos y sociales, ante los cuales se responde con violencia y represión.
Nuestra actividad militar se ejerce contra los agentes de las fuerzas armadas del Estado, que nos persiguen y combaten; son nuestros enemigos la clase dominante colombiana y el poder imperialista de los Estados Unidos que son a su vez enemigos de las grandes mayorías.
No somos enemigos ni son objeto de nuestra actividad de fuerza, la población colombiana, pues justamente nos consideramos sus hijos en lucha por sus más sagrados interese y derechos, por la paz, la independencia y la soberanía de Colombia, que son sus máximos ideales.
Para nuestra relación con la población nos basamos en las siguientes Normas:
Normas de comportamiento del ELN con las masas aprobadas por nuestros Congresos como máxima autoridad.
Convencidos de que frente a nuestro pueblo debemos comportarnos y actuar como revolucionarios, nuestros máximos eventos democráticos han definido que: los militantes y combatientes del ELN, cumplen las siguientes normas de comportamiento ante las masas.
A. Nuestro comportamiento diario y los planes que nos rigen, deben partir de los intereses del pueblo.
B. Debemos respetar las ideas y actitudes políticas, filosóficas y religiosas de la población y particularmente, la cultura y la autonomía de las comunidades indígenas Negras Etc.
C. No debemos impedir el ejercicio del voto, ni obligar al Pueblo a votar.
D. En los Planes de trabajo Político - militar, en su desarrollo y en los desplazamientos diarios, se debe tener en cuenta la seguridad de las gentes trabajadoras, de sus hogares y bienes.
F. Debemos respetar las diferentes medidas que tomen la población, para mantener el secreto de su relación con nosotros.
G. La disciplina interna y el trabajo de masas, deben privilegiar el cuidado con la gente inocente y/o amiga, para que por nuestra mala acción u omisión, no quede a merced del terrorismo y el odio del ejército oficial y sus paramilitares.
H. En todo lugar y momento en que las masas sean agredidas por el ejército oficial y los paramilitares, con bombardeos y destrucción de sus bienes, debemos ser activos en la denuncia y el combate a estas actividades terroristas.
I. Se considera delito, el asesinato y toda clase de atropello que se cometa contra la población y se sancionará ejemplarmente de acuerdo a los reglamentos internos.
J. De nuestra parte, no debe haber imposiciones a las masas. Debemos procurar que vean nuestras armas como suyas.
K. Los reclamos de la comunidad sobre agresiones de combatientes u otras personas, deben ser investigados exhaustivamente contando con el criterio de la comunidad.
L. Los mandos y combatientes, deben estudiar y practicar las normas del Derecho Internacional Humanitario, acordes a las condiciones de nuestra guerra revolucionaria.
M. En cualquier caso, nuestro principio fundamental es el respeto por el derecho a la vida.
2- Minas antipersonales y municiones sin explotar.
Nunca jamás hemos utilizado las minas antipersonales, ni ningún otro artefacto, con el propósito de causar daño a la población, nuestro accionar militar nunca ha tenido como objetivo la población, somos sus hijos y luchamos para superar la violencia, la discriminación y la injusticia que ella padece y para hallar la paz.
Nuestros enemigos son la clase dominante que nos declaró la guerra y obligó a levantarnos en armas para resistir y luchar. Nuestro enfrentamiento armado se da con sus fuerzas armadas porque ellas nos persiguen combaten y enfrentan.
Las minas antipersonales las utilizamos como arma defensiva para contener el avance punitivo de las tropas enemigas, que actúan no solo contra nuestra fuerza sino también contra la población, en los territorios donde estamos.
Aceptamos que hemos cometido errores de previsión o hemos tenido que actuar en condiciones imposibles de prever y al realizar desminados defensivos, que se colocan en operativos enemigos, no hemos logrado levantar artefactos colocados que no explotan, debido a la muerte de los combatientes que los colocaron o circunstancias similares y ajenas a nuestra voluntad.
Somos conscientes que esto representa un delicado problema para una parte de la población, en los territorios donde se da tal situación, y estamos prestos a buscarle soluciones.
En procesos de diálogos con anteriores gobiernos, hemos expuesto la urgencia de discutir el tema de las minas para buscar salidas y no hemos logrado llegar a acuerdos.
Sobre la población
Hoy en un eventual dialogo con el gobierno este es un punto a discutir y estamos interesados para encontrar acuerdos que beneficien las comunidades sin ventajas para ninguna de las dos partes.
Manifestamos la preocupación por el uso indiscriminado de los bombardeos en ampliaos territorios del país, que con el criterio de combatir la insurgencia se causa terror y grave daño a la población sin que sobre ello merezca la debida atención de los organismos humanitarios, es decir, pareciera que esto es normal cuando en realidad se infringe en materia grave el derecho internacional humanitario, en lo referente a daños irreparables a la población.
3. Reclutamiento forzado de menores
Tenemos conocimiento que miembros de Llamamiento de Ginebra solicitaron informes a las organizaciones sociales y otras entidades de la región del suroccidente del país y que de manera directa constataron, que no existen casos que puedan imputarse de manera responsable al ELN.
Sobre esto agregamos:
Todos los hombres y mujeres que se vinculan al ELN lo hacen de manera consciente y voluntaria y en su proceso de formación revolucionaria se siguen afianzando las motivaciones políticas y humanistas. En nuestras filas no existe sueldo ni se incentivan beneficios personales ni para los mandos y combatientes, ni para sus familias por permanecer en ellas, las motivaciones de lucha son altruistas, son de servicio a la población, no son egoístas.
Las condiciones de la vida guerrillera en el ELN, hace imposible obligar a sus componentes a permanecer en ella a la fuerza, lo único posible es que se permanezca por convicciones, esa es la realidad.
En nuestros reglamentos internos, una persona es mayor de edad cuando ha cumplido 16 años.
Por esta definición oficial nos guiamos estatutariamente para las incorporaciones a nuestras estructuras guerrilleras.
Hay una situación Particular que es pertinente registrar; al ser declaradas terroristas las fuerzas guerrilleras y los pobladores de los territorios bajo influencia de la insurgencia, las Fuerzas armadas gubernamentales arremeten de manera indiscriminada con operativos antiguerrilleros, incluidos bombardeos masivos que no diferencian objetivos guerrilleros y población.
Lo anterior obliga a una parte de dichos pobladores, a huir de los operativos militares y ataques indiscriminados, buscando apoyo y cobijo en la insurgencia.
La población que padece esta realidad, permanece “ilegal” en tales territorios, viviendo el drama de la persecución, la estigmatización y judicialización, por lo que no tiene otra opción que permanecer junto a la insurgencia.
Esta grave situación no la registran los órganos civiles del Estado, mucho menos sus fuerzas armadas.
En éstas condiciones la insurgencia se convierte en una opción de vida para muchas familias; el drama es más patético en las regiones productoras de hoja de coca, al ser judicializados los propietarios de los cultivos de uso ilícito.
Por lo anterior es simplista y perverso acusar la insurgencia de tener personas menores de edad en sus estructuras, cuando en muchas oportunidades se trata de personas civiles que no encuentran otra protección que la insurgencia, porque el gobierno las ha declarado ilegales.
Esta población que deambula por las aéreas, sometidas a permanentes operaciones punitivas, son familias enteras de todas las edades y cuando son asesinadas por las fuerzas armadas del Estado, las presentan como guerrilleros o guerrilleras muertas en combate o detenidos; y este tipo de informes en la mayoría de los casos no pueden aclararse porque muchas de las comunidades no tienen mecanismos ni espacios para denunciarlos y a las fuerzas armadas solo les interesa mostrar resultados.
¿Qué organismo o institución del Estado, diferente a sus Fuerzas Armadas, regula, vigila o controla todo lo que acontece en los territorios sometidos a constantes operaciones antiguerrilleros? ¿Cómo se juzgan estas conductas a la luz del DIH y más grave aun cuando avanza, en este momento, la aprobación del Fuero Militar, que es un monumento a la impunidad?
Es urgente que esta realidad se conozca ampliamente; muchas personas en Colombia y el exterior, la desconocen.
Afirmamos que el Estado colombiano sí recluta de manera obligatoria a buena parte de su componente militar, para ponerlo al servicio de una de las partes en el conflicto.
Entendemos que es diferente el servicio militar obligatorio en un país donde no existe un conflicto interno tan grave como en Colombia. Nuestra denuncia y solicitud que se investigue esta situación a la luz del derecho, para los conflictos internos.
El ELN respalda los esfuerzos de los objetores de conciencia, el pueblo tiene derecho a no ser involucrado en el conflicto en contra de su voluntad, cumpliendo una ley que lo obliga, pero que no está definida dentro de los parámetros de la democracia real sino por las necesidades de la clase en el poder, de sostener una guerra injusta y en contra de su mismo pueblo.
4- La violencia sexual contra las mujeres en el marco del conflicto armado:
En el ELN está estatuido el derecho de igualdad entre géneros y la violencia sexual está considerada como delito penalizado con severidad, de acuerdo a nuestros reglamentos.
Dicha violencia es un lastre de la crisis de la sociedad capitalista agravada por el conflicto social y armado. Y cuando el ELN ha insistido en humanizar la guerra, lo entiende en la urgencia de acordar y aplicar las normas del Derecho Internacional Humanitario, que deje de ser retórica, para aplicarse de manera irrestricta mientras se alcanza la paz.
Así mismo debemos clarificar que los medios de información, recogiendo las versiones de las fuerzas armadas del Estado, nos sindican una serie de delitos cometidos por agentes del gobierno, legales e ilegales o la delincuencia, sin que tengamos la oportunidad de ser escuchados para presentar nuestros puntos de vista y aclaraciones.
Cuando integrantes de nuestra Organización, por fuera de la línea oficial cometen errores, los hemos reconocido públicamente y tomado las medidas internas conforme a nuestros reglamentos disciplinarios.
Esfuerzos de algunas prestigiosas organizaciones humanitarias, han contribuido a presentar de manera equilibrada la realidad y en tal sentido destacamos el informe que la Organización Internacional Llamamiento de Ginebra, presentó recientemente, referido a la violencia contra la mujer en las regiones del suroccidente colombiano y cuya investigación estuvo a cargo de la Universidad Nacional de Colombia.
El informe ejecutivo, realizado por los investigadores Julio Samira Fajardo; Carmen Marciales; Ochy Curiel y denomina “Violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas perpetradas por Agentes no estatales en la región” Cauca, Putumayo y Nariño 2000- 2011 reconoce que en el caso particular del ELN solo encontró tres casos de este tipo de afección al DIH.
Al respecto este informe agrega: “es importante mencionar que llama la atención que pese a la importante e Histórica presencia territorial del ELN en los tres departamentos, particularmente en Cauca y Nariño, solamente se hayan registrado en las fuentes consultadas dos hechos de violencia contra mujeres, adolescentes y niñas, con dos víctimas cada uno bajo su responsabilidad” (pág., 9 del informe ejecutivo).
Sobre los dos casos que se nos sindica, en este informe, estamos investigando, para precisarlo y no tendremos obstáculo en reconocerlo si fuésemos responsables.
Hoy cuando el presidente Santos ha respondido públicamente y en positivo a nuestro llamado al dialogo, acudimos con la más profunda convicción de aportar a una paz estable y duradera, basada en acuerdos que superen las causas económicas, políticas y sociales que originaron y que siguen alimentando el conflicto social y armado que padece Colombia.
Reiteramos ante ustedes, ante Colombia y la comunidad internacional que la paz no se alcanza, reduciéndola a acuerdos únicamente, entre el gobierno y la insurgencia; es entonces indispensable, que las comunidades y organizaciones populares y sociales, en su composición más variada, deben organizar sus agendas y generar un efectivo mecanismo, que las haga públicas y se lleven a una mesa, donde sean defendidas por sus representantes.
Finalmente expresarles a ustedes y a todas las organizaciones populares y sociales colombianas con profundo respeto, para que las luchas que en los meses venideros, contengan en sus agendas la paz de Colombia y el derecho irreductible de todas ellas, a expresarla y construirla como única manera de hacerla estable, plena y duradera, por el sueño infinito que nos merecemos, luego de tan larga y oscura noche de tragedia.
Con respeto y consideración:
Colombia Para los trabajadores
Ni un paso atrás liberación o muerte
Montañas de Colombia
Por el Comando Central del ELN
Nicolás Rodríguez Bautista, primer Comandante