CARTA A LA NACIÓN CON MOTIVO DE LA LIBERACIÓN DE ALFONSO LIZARAZO
Noviembre 17 de 1994
Haciendo este gesto de voluntad, para que después de este sacrificio hecho por la nación, encontremos un camino viable para la pacificación de Colombia. Así, el Movimiento Jaime Bateman Cayón ratifica tener oídos receptivos para escuchar aquellas voces que deponiendo la soberbia y los rencores podamos finalmente reencontrarnos con el futuro y la justicia social.
Vimos en la persona del señor Alfonso Lizarazo a un destinatario apropiado para que con él reflexionemos todos y entendamos que la paz hoy tiene que estar muy por encima de la simple firma de un documento o tratado entre dos partes. Hoy el movimiento resalta ante la opinión que su propósito siempre ha sido la paz, y es esa paz la que realmente podemos sustentar cuando tengamos una nación en un ambiente de equidad y que realmente antes que hablar de unos pocos fusiles en manos de unos hombres que piden unas reivindicaciones sociales, desaparezca lo que justifica tener esas armas para pedir cierta justicia y entonces podamos seguir avanzando sin la necesidad de llevar consigo un arma como garantía.
Por lo tanto, hoy se trata de entender que para que la paz en verdad sea una realidad todos nos tenemos que comprometer y prescindir de ciertas actitudes por cierto egoístas y ambivalentes.
Por ello, valga hoy la oportunidad que nos damos los colombianos, al sentirnos y escucharnos para exponer lo que a nuestro juicio consideramos conveniente para iniciar un proceso de paz en donde todos ganemos. Y es ante todo comenzar por considerar válida y apropiada la posibilidad de que le demos dimensión a las regiones y tratemos de entenderlas e interpretarlas en la búsqueda de la solución concertada de su propia problemática.
Con la certeza de que en un ambiente de diálogos regionales, podemos dar cabida a quienes se han quedado por fuera de los procesos de paz hoy participamos en ellos con la fórmula que hemos denominado trilateral que constaría de los siguientes componentes:
1. La empresa privada, la industria, las redes de crédito y todos aquellos capitales que afectan e inciden en las regiones y el país en general.
2. El pueblo que ha sido víctima permanente de este conflicto repre¬sentado en todas sus organizaciones de carácter social y gremial de presencia regional y nacional.
3. El Gobierno en todas sus instancias, del orden regional y nacional.
Es ahí, donde creemos podemos iniciar un proceso democrático y con participación.
Todo esto implicaría buscar un periodo de cese de hostilidades a fin de cumplir con una primera fase que sería de tener un inventario por regiones de posibles acuerdos qué formarían parte de un contexto global y nacional siendo coherentes con lo que proponen los representantes del Estado en ambos niveles.
Convencidos de que se debe informar a la opinión pública, hoy dejamos al señor Lizarazo tal como no lo trajimos para que sea él el que empiece a través de sus cualidades artísticas a generar una pedagogía de la concertación.
Gracias por escucharnos.
ALONSO, ROMEL, ERNESTO
Comando Superior Movimiento Jaime Bateman Cayón
Montañas de Colombia