La revista Semana, en su edición 1196 del pasado lunes 4 de abril de 2005, en su sección judicial publica un artículo bajo el título “En las entrañas del enemigo”
La novela refiere la infiltración de dos policías en la Compañía Capitán Francisco del Frente de Guerra Nororiental del ELN. Según el relato, los miembros de esta estructura están involucrados en tráfico de armas y cocaína y tenían sus campamentos en la profundidad del territorio venezolano.
No tenemos dudas, el mencionado artículo está concebido dentro de los planes de intervención militar que el imperio tiene para la región.
Pretende fijar en la opinión pública dos ideas perversas: que el ELN está involucrado en la cadena del negocio del narcotráfico y que el gobierno de la Revolución Bolivariana está implicado en el conflicto interno colombiano con su permisividadcon las guerrillas, calificadas de “terroristas”.
El montaje es parte de una operación de guerra psicológica, de intoxicación para estimular el recalentamiento de las tensiones entre los dos gobiernos y justificar el escalamiento de la guerra.
En la frontera colombo-venezolana se están adelantando gigantescas operaciones militares (Plan Patriota y Plan Escudo), en las que participan cerca de un millar de soldados gringos acantonados en bases ilegalmente cedidas por el gobierno.
La mentira no resiste las pruebas. El país conoce que las autoridades colombianas recurren a la compra y la “clonación” de testigos como pruebas falsas para penalizar a inocentes y hacer montajes espectaculares para registrar triunfos que no se han dado.
La información que le entregó la policía colombiana a la Revista Semana y a la televisión, no es cierta. La infiltración de los policías es un novelón que nunca se dio en la realidad.
El país conoce que el ELN es ajeno al negocio del narcotráfico. Por definición de nuestros eventos democráticos y por nuestra ética y dignidad no nos involucramos, ni involucraremos en ese negocio. En esto no cederemos.
El Compañero Edward, Comandante de la Compañía Capitán Francisco, está en nuestros campamentos y no ha sido capturado como se afirma. Las fotos que transmitió la televisión corresponden al año 2000. Las personas que supuestamente fueron capturadas, no pertenecen al ELN.
La Compañía nunca ha estado en territorio venezolano, ni ha tenido sus campamentos en el país hermano, tampoco tiene relaciones con la Guardia Nacional de Venezuela, ni ha participado en transacciones de armas por cocaína.
El ELN se inspira en la postura de reconocer sus actos, aún cuando estos puedan ser controvertidos. En ello reside parte de la autoridad moral que nos asiste.
Los medios que se prestan para difundir informaciones falsas y tergiversar la realidad del conflicto interno colombiano, le hacen el juego a los guerreristas y distancian la paz que queremos los colombianos. Con que digan la verdad,basta.