El ingeniero canadiense Jernoc Wobert de 47 años, sigue retenido por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional, en la Serranía de San Lucas, mientras hoy fueron liberados los peruanos Ochoa y Mamaní, más tres colombianos que junto a ellos fueron retenidos hace 4 semanas, en el campamento minero que Geo Explorer mantiene en Casa de Barro, de Norosí, Sur de Bolívar.
Los Títulos Mineros de Casa de Barro y Mina Seca originalmente fueron concedidos a las comunidades de mineros tradicionales que allí viven, pero debido a maniobras de intermediarios corruptos, tales Títulos terminaron en manos de la empresa canadiense, con sede en Toronto, que empleó al ingeniero Wobert y lo envió a Colombia.
A esta empresa dedicada a la explotación del oro, el gobierno de Bogotá le aseguró que podía ir a la Serranía de San Lucas, porque allí, el plan militar estaba en la fase final de consolidación, por lo que nadie se opondría a la explotación intensiva del valioso metal y que además, la gobernabilidad estaba asegurada en esos municipios.
Según Santos, gracias a la consolidación militar y a la gobernabilidad local, está garantizado el terraplén, para que corra desenfrenada la locomotora minera.
Una cosa son los papeles y diapositivas de los ministerios de guerra y del interior, y otra la realidad de las regiones marginadas de Colombia, en las que la única presencia visible del Estado son sus fuerzas militares, paramilitares y policiales.
Es elemental la geopolítica del Sur de Bolívar.
El clan de alias la Gata y el clan de los García, encabezados por la congresista Piedad Sukardi, mantienen capturadas las administraciones municipales de Montecristo, Achí, Tiquisio, Puerto Rico y Río Viejo; por su parte, otro grupo de clanes mafiosos se ha tomado las de Santa Rosa, Simití y Morales. Los primeros aparecen afiliados al Partido de la U y los segundos hacen parte activa de Cambio Radical, partidos que son el corazón del gobierno de Santos.
La captura de estas alcaldías es el medio que usan estos clanes, para apoderarse de las regalías de la explotación del oro, a la vez que aumentan los registros de producción de cada municipio, con oro traído desde Panamá, con lo que esconden el ingreso de ganancias del narcotráfico, en una operación de lavado de narco dinero, conocido ampliamente en la región como el Cartel del oro.
Falta decir que estos clanes mantienen numerosos escuadrones paramilitares, con bases fijas en el territorio y en perfecta coordinación con el ejército y la policía.
La base paramilitar de Ventura, localizada a menos de 10 kilómetros de la mina de Casa de Barro, fue la encargada de avisar al batallón Nariño, que la guerrilla había llegado a la sede de Geo Explorer a las 5 AM y se había ido a las 6 AM con los 6 retenidos. La primera patrulla del ejército llegó a esta mina, apenas a mediodía.
Bases militares también hay unas cuantas. La de Guamocó cuida la explotación de oro que realiza una empresa extranjera, socia del clan de los Noguera. En manos de un personaje de estos, la inteligencia estatal (DAS), quedó convertida en arma de las mafias paramilitares. La de San Pedro Frío cuida el Título Minero entregado a Mancusso, pero que va a ser explotado por la mayor empresa de minería de oro del mundo, la Anglo Gold Ashanti.
Como el robo de regalías es lo dominante, los municipios no cuentan con qué pagar los maestros, que son contratados por la Diócesis de Magangué, como una manera que usa el gobierno, para no reconocer sus derechos laborales plenos. Por esto, gran parte de las escuelas rurales de estos municipios, aún no abren sus puertas a los hijos de estas comunidades mineras.
Este es el régimen imperante en las regiones olvidadas y explotadas de la nación. Para cambiarlo se necesita presión popular y diálogo con la minoría gobernante, que se lucra con este orden injusto.
Como parte de este pueblo, el Ejército de Liberación Nacional seguirá presionando para encontrar soluciones reales al conflicto interno y además se dispone a dialogar con el Estado, para construir soluciones no militares para los problemas de las mayorías nacionales.
Reconocemos y declaramos bienvenido el apoyo de la comunidad internacional al logro de la paz en Colombia. Agradecemos la mediación del Comité Internacional de la Cruza Roja, que hizo posible acordar con el gobierno, el Protocolo humanitario que produce las liberaciones del día de hoy.
¡Colombia para los trabajadores!
¡Ni un paso atrás, liberación o muerte!
Dirección del Frente Darío Ramírez Castro
Ejército de Liberación Nacional