Señor Doctor
JUAN MANUEL SANTOS
Presidente de Colombia
E. S. D.
Saludo cordial Señor Presidente.
Un notable grupo encabezado por el colectivo “Colombianos y Colombianas por la Paz” y la ex Senadora liberal Piedad Córdoba Ruíz, preocupados por la marcha de los diálogos gobierno-insurgencia, en carta abierta dirigida a Usted y a nosotros los insurgentes, fechada el 01 de febrero, anotó lo siguiente:
“Consideramos que es alarmante y pone en riesgo la construcción real de la paz la proliferación en los últimos días de operaciones militares de la Fuerza Pública y de los grupos insurgentes; así como expresiones de altos funcionarios del gobierno que amenazan con la ruptura de la mesa de diálogos en la Habana. A lo anterior se suma el hecho de que el gobierno nacional ha dejado en el limbo desde septiembre los acercamientos con el ELN, y sigue sin dar respuesta a la comunicación pública del EPL” (subrayado nuestro).
En efecto, si bien podríamos matizar el apunte de tan respetados colectivos, coincidimos con ellos al ubicar falta de voluntad política del Gobierno que Usted preside para cumplir con la Constitución y sacar adelante todos los pasos y tareas necesarias para lograr la paz entre los colombianos.
La práctica democrática exige el diálogo para encontrar soluciones a las diferencias, por profundas que sean. El silencio administrativo deviene en inercia inútil para la acción administrativa o de gobierno cuando ella pretende transformar realidades y no dejarlas podrir entre factores que llevan asuntos solubles a puntos de no retorno.
Lo más pronto, como lo esperan todos los amantes de la democracia para las mayorías, queremos comprobar si sus llamados a la insurgencia a vincularse a los diálogos son sinceros, un gran propósito de Estado y gobierno, o afianzan las difundidas sospechas de ser parte de una estrategia reeleccionista. Queremos que sea lo primero, pues otra frustración sería muy lamentable para el país porque esas prácticas han empequeñecido la historia política de Colombia.
Teniendo presente el extendido deseo de paz latente en la mente y corazón de las mayorías del país, no dudamos en indicar que solo a Usted le corresponde agilizar la respuesta a nuestra carta fechada el 8 de octubre de 2012, recibida por el Alto Comisionado de Paz en noviembre pasado, carta en la cual, entre otras afirmaciones decimos: “Saludamos los diálogos que adelanta su gobierno con las FARC-EP, aspirando a que los mismos se extiendan a todas las organizaciones guerrilleras y posibiliten resultados que contribuyan de manera efectiva a ese fuerte anhelo de paz con justicia social del pueblo colombiano”. Hoy nos reafirmamos en ello.
Usted por su condición de ex Ministro de Defensa y hoy por su cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares, jefe del director de la Policía y de lo que fuera el DAS, bien conoce que adelantamos un permanente accionar militar insurgente, bien sabe que somos luchadores políticos y no un grupo de forajidos como insinúan algunos interesados en sabotear los esfuerzos por la paz.
Claro, Señor Presidene, tenemos diferentes concepciones sobre cómo crear un ambiente adecuado para el diálogo y por eso insistimos en la importancia de adoptar el Cese bilateral de Fuegos del ejército gubernamental con toda la insurgencia, pero no condicionamos el inicio del diálogo con su gobierno a su aceptación de esa iniciativa compartida con los compañeros de las FARC, el ELN y por gran parte de la opinion democrática de Colombia, América Latina y el Caribe.
Por supuesto Señor Presidente, existen divergencias sobre la idea de la paz que necesitamos los colombianos pero no pretendemos que acepte la nuestra, por ello ese choque de opiniones no es una razón válida para no iniciar diálogos con el EPL, que por cierto, también tiene un estilo propio de hacer la política.
Pensamos que tanto Usted como nosotros estamos en el deber democrático de permitirle al constituyente primario, al pueblo, que discuta libremente mediante un gran debate nacional acerca de las concepciones sobre paz y justicia social, para que con claridad meridiana decida cuál acoger cuando se de una Asamblea Nacional Constituyente como certamen que desde su convocatoria –con reglamentación adecuada— rompa con los vicios del clientelismo y el ventajismo para dar paso gigante hacia la verdadera representación política de los sectores populares siempre excluidos con el actual diseño de “democracia representativa”.
Nuestros Mandos y Combatientes, el Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista) –nuestro creador, inspirador y guía politico—, así como las masas populares bajo nuestra influencia y los distintos sectores de la sociedad colombiana que desean la paz con justicia social y no la Guerra injusta, todos nosotros Señor Presidente, sin pecar de impacientes o desproporcionados, afirmarmamos que su Gobierno no puede seguir manteniendo en el limbo la salida a los diálogos con el ELN y el EPL.
Finalmente, haciéndonos eco del clamor de los amantes de la paz con justicia social, demandamos de Usted pronta respuesta a nuestra propuesta de diálogo.
Compatriotas,
Mando Nacional
Ejército Popular de Liberación (EPL)