La Habana, República de Cuba. Abril 12 de 2013.
Sede de los diálogos por la paz con justicia social para Colombia.
S. O. S.
RESPALDO Y SOLIDARIDAD A LOS PRISONEROS POLÍTICOS Y DE GUERRA EN PROTESTA PACÍFICA Y HUELGA DE HAMBRE
En marzo del año pasado, prisioneros recluidos en diversas cárceles del país realizaron una huelga de hambre con el propósito de exigir del gobierno y de las autoridades carcelarias el reconocimiento de su condición de personas privadas de la libertad por razones políticas, a quienes el sistema penal y penitenciario les da el tratamiento de enemigo interno aplicando inhumanas medidas de represión y castigo.
Como entonces y en reiteración de denuncias y reclamos de vieja data, hoy nuevamente los prisioneros políticos de cárceles como Cómbita y Barne en Boyacá, La Picota en Bogotá, La Dorada en Caldas, San Isidro en Popayán y La Tramacúa en el Cesar, se han lanzado a la protesta pacífica y a la huelga de hambre desde las 07:00 horas del día 10 de abril, elevando un pliego de peticiones que se puede sintetizar en el reclamo del trato digno y el respeto a la condición humana, por demás pisoteada de manera impune por el régimen.
Ya para nadie es un secreto la crisis humanitaria generalizada que existe en los centros de reclusión del país, pero especialmente la persistencia de los tratos indignos que padecen los prisioneros de guerra y el conjunto de los prisioneros políticos, situación que en vez de mejorar ha empeorado, multiplicándose las retaliaciones, tratos crueles, castigos inhumanos y degradantes por parte del cuerpo de custodia y de las autoridades carcelarias que utilizan la tortura, el aislamiento, el régimen de alta seguridad, el traslado o amenaza de traslado desmejorante, la desatención en la salud, el sometimiento a investigaciones disciplinarias arbitrarias, el distanciamiento familiar, la estigmatización, las discriminaciones, la represalia, las agresiones físicas e intentos de homicidio, para quebrantar la unidad entre los combatientes y dirigentes populares recluidos, como para disminuir su fortaleza moral y la identidad política de cada quien .
Desde 1998, la Corte Constitucional prendió las alarmas por la pertinaz violación masiva, estructural e histórica de los derechos fundamentales de los reclusos en las prisiones. Pero ninguna autoridad gubernamental se dio por aludida, y la desidia, la corrupción, el comportamiento ese sí delincuencial, criminal, de los funcionarios penitenciarios, se regodea sobre el sufrimiento de sus víctimas hacinadas en escenarios dantescos que como antes lo hemos dicho, son verdaderos basureros humanos, donde incluso se han atrevido a reprimir a los reclusos por haberse pronunciado a favor de la paz, tal como ocurrió a los prisioneros políticos del Patio ocho de la Cárcel de San Isidro el 9 de abril.
La Delegación de Paz de las FARC-EP, al tiempo que expresa su absoluta e incondicional solidaridad con el Movimiento Nacional Carcelario y con los huelguistas y prisioneros en general, lanza un S.O.S. al mundo en favor de estas víctimas del terrorismo penitenciario y expresa que si el gobierno se ha decidido en serio por encontrar caminos ciertos para la paz, debe cesar la criminalización de la protesta ciudadana, la persecución política a sus opositores y a quienes reivindican los derechos humanos, civiles, sociales, culturales y políticos; debe no seguir negando la existencia de los prisioneros políticos y de guerra y cesar la hostilidad perversa, sucia, que contra ellos ha incrementado a través de sus Grupos de Reacción Inmediata GRI y del INPEC, negando también la posibilidad de una veeduría independiente que valore y ponga en conocimiento publico esta realidad derivada del terrorismo de Estado.
Es deber del régimen respetar la condición humana de los reclusos y particularmente la condición política de los beligerantes y prisioneros políticos que están en sus mazmorras. Una actitud diferente, lo que hace es colocar obstáculos en el camino del entendimiento que debe conducir a la paz estable y permanente.