La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, abril 25 de 2013
Señores congresistas
James P. McGovern
Janice D. Schakowsky
Joseph R. Pitts
John Lewis
Randy K. Weber
Demás congresistas que apoyan el proceso de paz de Colombia.
La Delegación de Paz de las FARC-EP, destacada en La Habana, saluda el gesto altruista de 62 congresistas de los Estados Unidos, que en carta al Secretario de Estado, John Kerry, han expresado su respaldo al proceso de paz de Colombia, a los esfuerzos de solución política del conflicto, que hoy reaviva y moviliza la esperanza de millones de colombianos.
Nuestra determinación, señores congresistas, es buscar por todos los medios una solución diplomática, incruenta, a medio siglo de confrontación armada, originada en la violencia y el despojo, la injusticia social y una democracia que nunca ha sido plena. Buscando que las partes no se levanten de la mesa sin lograr el bien supremo de la paz, hemos solicitado elevar el acuerdo de La Habana al rango de Acuerdo Especial, invocando para ello la normativa del Derecho Internacional Humanitario, a fin de que el mencionado acuerdo sea incorporado al bloque de constitucionalidad, de tal manera que se refuerce el imperativo constitucional de que la paz es un derecho y un deber de todos los colombianos.
Compartimos que el camino hacia la paz nunca es directo o fácil, su consideración en cuanto a que los Estados Unidos pueden apoyar el proceso, ofreciendo un paquete de asistencia diseñado para alcanzar una paz justa y duradera, la valoración que ustedes hacen de las declaraciones del Departamento de Estado en apoyo al proceso de paz, como sus palabras que abogan por la inclusión del ELN al escenario de las conversaciones.
Destacamos su preocupación por las víctimas del conflicto y especialmente por la suerte de más de 5 millones de personas internamente desplazadas, por la masacre de la Unión Patriótica y los casos de más de 3.000 víctimas de ejecuciones extrajudiciales, estas últimas ocurridas durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Sin duda, en todos estos casos, el punto último de imputación lo tiene el Estado.
Casos de secuestro, desaparición forzada, el reclutamiento, el uso de explosivos de todo tipo, entre otros, son asuntos que deben ser abordados y solucionados con sindéresis, observando el universo de la confrontación en el marco de sus causas históricas. Así, una Comisión de la verdad, independiente y sensata, debe ser la que esclarezca la responsabilidad histórica de la violencia.
Tenemos pleno acuerdo en que es necesaria la participación de las comunidades afro, indígenas, mujeres, asociaciones de víctimas, otras organizaciones de la sociedad que piden voz en el proceso; en fin, consideramos urgente la plena participación ciudadana como garantía de éxito.
Atendiendo a su disposición plena de aportar a la reconciliación de los colombianos, solicitamos a ustedes su intervención ante el gobierno de los Estados Unidos para que facilite la presencia de nuestro vocero de paz, Simón Trinidad, prisionero en Florence Colorado, en la mesa de conversaciones. Estamos seguros que él jugará un papel fundamental en el logro de un acuerdo definitivo que ponga fin a la guerra entre colombianos.
Reiteramos nuestro agradecimiento por el interés de ayudar a Colombia a alcanzar una paz justa y duradera.