La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, mayo 2 de 2013
De un Wikileak originado en la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, que no ha sido hasta el momento desmentido:
6. Senior GOC officials, including President Uribe, have asked that the U.S. consider requesting the extradition of Palmera. They obviously would prefer to see him secure in a U.S. jail than processed in the sometimes unreliable Colombian judicial system. Their requests have had a note of urgency to them. At this time, however, Palmera does not face criminal charges in the U.S. The Embassy is unaware of any pending investigations against this well-known narco-terrorist by U.S. law enforcement agencies. WOOD.
Traducción:
6. Altos funcionarios del gobierno colombiano, incluyendo al presidente Uribe, han pedido que los EE.UU. considere la posibilidad de solicitar la extradición de Palmera (Simón Trinidad). Obviamente prefieren verlo asegurado en una cárcel de EE.UU. que verlo procesado dentro del sistema judicial colombiano, a veces poco confiable. Sus peticiones han sido con un tono de urgencia. En este momento, sin embargo, Palmera no enfrenta cargos criminales en los EE.UU. La Embajada no tiene conocimiento de ninguna investigación pendiente contra este conocido narco-terrorista por las agencias estadounidenses de aplicación de la ley. WOOD.
"Narco-terrorista"… pasamos por encima esta descalificación -sin ningún arraigo jurídico- con el conocimiento de que muchos hombres y mujeres que en su momento enfrentaron tiranías, fueron demonizados de igual manera, para más tarde pasar a la historia como héroes de las gestas libertarias de sus pueblos.
Pero lo que queremos destacar, es que Simón Trinidad, el mundialmente reconocido vocero de paz de las FARC en los diálogos del Caguán, y designado plenipotenciario insurgente en el proceso de La Habana, no tenía cargos criminales en los Estados Unidos que justificaran su extradición a ese país. La Embajada de Washington en Bogotá, como lo reconoce este Wikileak, no tenía conocimiento de ninguna investigación contra Simón adelantada por agencias estadounidenses.
Fue el propio ex presidente Álvaro Uribe, un alma sin sosiego poseída por la perfidia, quien intrigó y convenció a las autoridades estadounidenses para que reclamaran en extradición a Simón Trinidad.
Uribe ordenó el montaje jurídico para violar la Ley y el mandato constitucional que prohíbe la extradición de nacionales por razones políticas. Personalmente ordenó al Fiscal General, Camilo Osorio -un fiscal sinvergüenza al servicio de la mafia narco- paramilitar-, y a la inteligencia militar, que fabricaran las "pruebas".
Todas las mentiras de esa patraña fueron derrotadas por Simón en los tres juicios que tuvo que afrontar en los tribunales estadounidenses. Cuando ya no hubo manera de probar que era un narcotraficante, determinaron entonces imputarle el delito de terrorismo que no era la causa de su extradición. Para castigar la rebeldía de las FARC había que condenarlo de todas maneras, y por ello inventaron que pertenecía al Secretariado y al Estado Mayor Central, con lo cual podían hacerlo responsable de la retención de tres mercenarios norteamericanos, cuyo avión espía fue derribado en las selvas del Caquetá.
Simón no pertenecía ni al secretariado ni al Estado Mayor Central de las FARC, como lo reconoce otro Wikileak de la Embajada. Como vocero de paz, jamás participó de esa operación militar. Su misión siempre fue la de educar a los combatientes y buscar la solución política, diplomática, del conflicto social y armado que desangra a Colombia.
Es el Estado colombiano una institución sin dignidad ni sentimiento de patria, al extremo de endosar su soberanía jurídica a una potencia extranjera.
Son denigrantes las condiciones de reclusión de Simón Trinidad en el "hueco" de la prisión de Florence Colorado. Para él no hay derecho a la luz del sol, no hay derecho al debido proceso, no hay derecho a la defensa. Prácticamente ha sido condenado a cadena perpetua teniendo en cuenta que no le alcanzará la vida para pagar 60 años de presidio.
Conocidas las razones de su extradición develadas por el Wikileak de la embajada estadounidense, es justo insistirle a Washington que como un gesto que contribuya a la paz de Colombia, permita a Simón Trinidad ejercer su vocería en la Mesa de conversaciones de La Habana.
Finalmente, convocamos a la solidaridad internacional con Simón Trinidad, pidiéndole a las organizaciones sociales y de derechos humanos en el mundo, conformar comités que nos ayuden en esta justa batalla política por su libertad y su necesaria participación en la mesa de diálogo que busca la paz con justicia social para Colombia.