Otro arrebato que se suma a los atropellos constitucionales que se hacen para beneficios particulares de la élite en el poder. La clase que hoy está en el poder, es la misma que en 1948 ahogó en sangre a Colombia con más de 350 mil muertos, cuya figura más destacada es Gaitán. Quieren desde su lógica permanecer dueña del país, por eso forman a sus hijos para esa continuidad en el futuro tal es el caso de Simón Gaviria, los empresaritos Tomas y Jerónimo, Juan Esteban Santos, entre otros, sus hijos los forman en el exterior y los traen a gobernar, depositan sus dineros en el exterior en los paraísos fiscales donde nadie les fiscalice sus riquezas. Esa Clase persiste por el camino del Terrorismo de Estado, como hasta hoy y pretenden su continuidad, que nada cambie. Pero quieren mostrarse dadivosos con la entrega de las supuestas viviendas gratis y el manejo mediático de una supuesta voluntad de paz.
Acaso el gobierno no persiste en los tratados de libre comercio en ruina de los sectores industriales y agropecuarios, acaso no sigue el desempleo, la informalidad. A caso no Persiste el caos en la salud y el anuncio de la reforma pensional; Acaso no continua la extracción de los recursos naturales, la violación de los derechos humanos, la situación en que están los presos políticos y prisioneros de guerra confinados en las cárceles Colombianas.
En cuanto a la pobreza, las cifras hablan por sí solas: “el 66% de los colombianos (30 millones) viven por debajo de los índices de pobreza y de estos 10 millones viven en la indigencia. El gobierno de Juan Manuel Santos, ha venido implementando algunas medidas que benefician la gran minería entre ellas exceptuar del pago de impuestos de importación y de IVA a las grandes multinacionales, al tiempo que se les permite controlar a estas multinacionales el reporte del material explotado. Se vende sin escrúpulos al mejor postor los bienes públicos, la salud, la educación, los ríos, los nevados, los páramos es la expropiación, el acabose de la vida humana y del planeta. Los recursos naturales al servicio de las multinacionales.
De los $165,3 billones que valió el Presupuesto General Nacional para el año 2012, $90,9 billones (55,0%) corresponden a gastos de funcionamiento, $40,3 billones (24,4%), al pago del servicio de la deuda y $34,0 billones (20,6%), a inversión. Según estas cifras Colombia será cada vez más inequitativa. Y en este aspecto ocupa el vergonzoso tercer puesto después de Haití y Angola.
Afortunadamente se expresa el consecuente clamor popular en diversos momentos y de manera contundente como el pasado 9 de abril la marcha por la paz; el 18 de abril los familiares de presos políticos con los plantones y entrega de memoriales al Ministerio de Justicia y al INPEC; El 22 de abril el Congreso por la Paz, el Foro de participación política del 28,29 y 30 de Abril y movilización el primero de mayo día internacional de los trabajadores. Ese es el reto que le deja al gobierno que preside Juan Manuel Santos; El Régimen no puede seguir haciendo consensos alrededor de la guerra, ni tener una doble conducta donde no se tenga en cuenta al pueblo.
El pueblo busca amplia confluencia que luche por una sociedad justa y en paz. Es un concepto de paz diferente al de las élites en el poder, donde decimos que la paz es política económica al servicio del empleo, la producción agrícola e industrial y la redistribución del ingreso. Son las mayorías las que dicen, las que determinan cual es el mejor destino de Colombia, una Colombia donde quepamos todos y todas. Promover un plan de vivienda sin politización y proyectos productivos para los desplazados en las zonas urbanas y rurales. Parar la judicialización y represión de la protesta popular, la amenaza y ejecución de sus dirigentes, garantías jurídicas y políticas a la oposición, respeto a la libertad de expresión y parar la persecución contra los periodistas progresistas y de medios alternativos de comunicación, suspender órdenes de captura contra los líderes sociales y activistas políticos. Acabar con el fuero para el ladrón de cuello blanco y cárcel para el que roba el pan. Acabar en las cárceles con el hacinamiento, con las graves deficiencias en materia de salud, con el imperio de la violencia, la corrupción, violación de derechos fundamentales, las cárceles deben dejar de ser centros de tortura y muerte para los reclusos. Reconocer la injusticia social, que las cárceles son un resumen de la sociedad.
La sociedad colombiana mayoritariamente ha entendido y esto debe ser asimilado por la oligarquía, que el dialogo no es para la rendición ni para renunciar a la lucha, sino para buscar salidas a los graves problemas sociales y políticos que originaron el conflicto que es de naturaleza social, económica y política, incluido el alzamiento en armas. Las causas del profundo conflicto social y armado siguen siendo las mismas, la impunidad que incluso rodea el asesinato del mismo Gaitán, la criminalización de la protesta social y la violación de los derechos humanos siguen intactas así como en aquella época.
La respuesta del pueblo se tradujo en la Resistencia Guerrillera por más de 50 años, la lucha continúa y hoy la gran mayoría de nuestro pueblo y quienes resistimos desde la insurgencia asumimos con claridad el reto de jugárnosla por la paz. Nos sumamos al clamor de nuestro pueblo, para ir resueltos a la conquista de la paz duradera para Nuestra Patria.
El ELN ha asumido el mandato de la paz como un objetivo estratégico, y tenemos claro que la paz será realidad si en la lucha el pueblo la alcanza, unido a todos los sectores que le apuestan a ella.
La clase en el poder no puede pretender la pacificación ni exigir la rendición de la insurgencia como condición para la paz. Si no lo ha logrado en más de medio siglo de confrontación, utilizando los medios más perversos como la guerra sucia y la criminalización de la lucha y protesta social, mucho menos hoy cuando la sociedad está exigiendo una construcción colectiva de futuro.
El ELN reafirma que, EL PUEBLO HABLA, EL PUEBLO MANDA, no es sólo una consigna sino un mandato participativo y vinculante en el proceso de paz, donde el protagonismo de las mayorías le debe imprimir firmeza para que sea sólido y realista, pues son esas mayorías, particularmente las excluidas de la vida política, económica y social, quienes tienen la obligación y el derecho de construir la paz que desean, y en ello no puede reemplazarlas nadie.
Todo proceso real es aquel que cuente con el protagonismo, la movilización y el respaldo de las masas.
El ELN le ha dicho al país que está dispuesto a sentarse en la mesa de diálogos con el gobierno, a buscar un ambiente propicio y caminos ciertos, para que se exprese y materialice por parte de las mayorías, la gran agenda recogida en los mandatos de años de luchas populares y sociales, que es lo más auténtico del sentir de las mayorías.
Hemos propuesto la importancia de una Convención Nacional como mecanismo democrático de encuentro y participación popular y democrática, donde las mayorías se expresen y legislen. Igual hemos planteado que una constituyente refrende las grandes decisiones salidas de un verdadero proceso democrático popular y social. Todo ello es posible en una acción y lucha de masas que aglutine a todas y todos los luchadores por el futuro y la paz de Colombia.
Las mayorías de Colombia requieren para construir la paz, un gobierno como interlocutor válido y si este no lo es, es obligatorio en aras de la paz, luchar y construir un nuevo gobierno que asuma como mandato supremo el logro de la paz que es justicia y equidad social, democracia y soberanía. Sin ello no hay paz, porque no se trata de doblegar el espíritu de lucha sino de dar soluciones a los justos reclamos, construyendo una Colombia incluyente, de fraternidad, donde se le reconozca a todos y todas igualdad de derechos y deberes, que se asuman los valores humanistas y se viva en armonía con nuestra madre tierra.
Esa es la paz que nos convoca, la que nos merecemos y la mejor herencia para nuestros hijos y las futuras generaciones.
COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES
NI UN PASO ATRÁS LIBERACIÓN O MUERTE