Un despacho de la Agencia EFE, fechado el 12 del corriente, procedente de Río de Janeiro, Brasil y publicado por el Diario El Espectador en Colombia, detalla que el legislador de la Asamblea de Río de Janeiro, Flavio Bolsonaro, integrante del derechista Partido Progresista y vocero de los militares retirados, imputa a nuestra organización guerrillera la utilización de empresarios y hacendados de ese país, para “lavar” dineros procedentes del narcotráfico.
La falaz acusación se inscribe dentro de una coordinada campaña difamatoria promovida a nivel continental por las fuerzas más reaccionarias en contra de las FARC-EP, y más allá, en contra de los diálogos que sostenemos en la Habana con el gobierno colombiano.
El formato es el mismo en Bolivia, Chile, Paraguay, Perú. Seguramente lo pondrán a circular en otros países de la región. No nos extraña. Así funcionan los laboratorios de propaganda negra manejada por las inteligencias militares que elabora las perversidades para que sean difundidas por sus marionetas.
El policía Bolsanaro, trata de tapar el sol con un dedo. “Olvida” que ningún gobierno dialoga con narcotraficantes o con terroristas. Hoy el gobierno colombiano reconoce en su contraparte, en la Mesa de Conversaciones, a una organización político-militar que hace uso del derecho universal a la rebelión armada.
En la Habana, nos acompañan los gobiernos de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile. Organizaciones sociales, gremiales, estudiantiles, artistas académicos, mujeres, indígenas, afrodescendientes personalidades; la inmensa mayoría de países de América Latina y del Caribe, brindan su respaldo a las conversaciones. La Unión Europea, el Vaticano, congresistas de los Estados Unidos y hasta el Departamento de Estado de esa nación se inclinan por la salida política.
Los últimos gobiernos del Brasil han mostrado respeto por nuestra lucha y se niegan a tildarnos de “terroristas” o de “narcotraficantes”; ello le ha permitido jugar un importante papel en la liberación de prisioneros de guerra en poder de las FARC-EP, en aportar a la paz de Colombia y del continente.
Valga la oportunidad para refrendar ante los pueblos y gobiernos de nuestra América, que ninguna unidad o destacamento de las FARC-EP realizan operaciones ofensivas contra ejércitos de naciones fronterizas, ni desarrollan actividades financieras por fuera de las fronteras patrias.
Nuestra política internacional se basa en la no injerencia en los asuntos internos de las naciones, el respeto a la soberanía, integridad territorial y la autodeterminación de los pueblos. Buscamos que Colombia y nuestros vecinos podamos convivir en un inmenso territorio de paz-
La infamia y la calumnia son las asquerosas armas de las almas viles y hacen despreciables a los Bolsanaros, que repiten, como cotorras, los libretos redactados por la inteligencia militar. Es su contribución al jugoso negocio que es la guerra para ellos, razón por la cual se oponen a los intentos de paz.