Miembro del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia
Concedida al periodista Enrique Rivas de EL ESPECTADOR
Septiembre 10 de 2005.
1. La guerrilla en tiempos pasados dijo que una primera condición para iniciar diálogos con el Gobierno era el desmonte del paramilitarismo. ¿Esto influyó para que ustedes inicien conversaciones con el presidente Uribe?
La posibilidad de iniciar un diálogo con este gobierno lo hemos visto como una opción que no es fácil, y aún se encuentra en los marcos de una exploración, y la realidad de un proceso de diálogo está determinado por la factibilidad que se puedan superar los obstáculos que impiden la paz que hemos señalado. Para hacer posible una verdadera paz se precisa del desmonte del paramilitarismo, cosa que no se ha dado. Lo acontecido es la legalización de sus bandas y el favorecimiento para que dichos grupos actúen con total impunidad en las ciudades, en síntesis se produjo la cooptación de criminales por parte del Estado para hacerlo funcional a sus necesidades de represión.
2. ¿Qué diferencia habría entre el proceso con las AUC y el ELN?
Primero que todo nunca hubo guerra entre paramilitares y Estado colombiano, siempre los paramilitares han sido funcionales a las necesidades del Estado. Los paramilitares jamás se propusieron cambiar las realidades de la sociedad colombiana, sino apoyar la acción represiva del Estado por medio de masacres contra la población no combatiente. La lucha del ELN contra el Estado tiene como propósito cambiar las estructuras sociales, económicas y políticas de Colombia, hacer posible una transformación de las estructuras de injusticia. La salida política sería real y posible si estas transformaciones estructurales se viabilizan por un camino diferente a la guerra.
3. ¿Cómo sería la financiación, mientras se da la reinserción, de los combatientes elenos?
Este no es un tema de actualidad. Lo que se discute ahora es si es posible o no una salida política al conflicto y si este gobierno está preparado para trabajar por ella. El ELN es una fuerza que está muy integrada a la sociedad y hace parte de los diseños de futuro que se trabajan en Colombia y sería equivocado pensar que un camino de paz se puede entender sin la participación de los diferentes sectores de la sociedad.
4. ¿Este paso significa claudicar o que en este momento las armas son inocuas y que se está avanzando hacia una justicia social?
La justicia social con este gobierno está demasiado lejos, pensar en la inocuidad de las armas también puede estar a la misma distancia. El propósito de un proceso de paz es acercar la justicia social, para que la inocuidad de las armas también se acerque. Este es el gran reto.
5. Hay quienes dicen que uno hace la paz con el enemigo. ¿Este es un enemigo digno para hacer la paz?
La paz se puede hacer con aquel que se dispone a acordar un diseño de futuro social en el cual todos nos sintamos interpretados. Si la dignidad tiene que ver con la paz, se podría decir que es digno aquel que es flexible y hace posible caminos diferentes a la guerra. Y es digno, en la guerra, aquel que no es perverso, y sólo acude a la guerra como acto último para luchar por la defensa de la condición humana como lo señala la legislación internacional y en tal sentido desarrolla una guerra limitada, ceñida a unos propósitos políticos.
6. Si bien es cierto que han sido organizaciones independientes, pero con coincidencias en lo político y militar, ¿han dialogado con las FARC sobre el tema?
Hemos intercambiado información sobre estos temas.
7. Ya han dicho que quien menos se desgaste tendrá los mejores resultados en el futuro. ¿Este es un buen resultado para el ELN?
El desgaste se produce cuando se hace lo que no se debe hacer en cada momento. El desgaste es gastar donde no se debe. La sociedad está en una crisis profunda en todos los órdenes y quien trabaje por construir un camino que permita remontar dicha crisis, tendrá el futuro de su lado en la medida que el futuro es posible para todos. En este sentido los resultados no serán, ni pueden ser para el ELN, sino para toda la sociedad. Sólo nos motiva el bien-estar y bien-ser de todos los colombianos.Por eso asimilar paz con desmovilización y desarme será siempre equivocado.
8. Dijeron que la idea de diálogo con Uribe era para demostrar que un proceso de paz con él era difícil o imposible.
Hasta el momento nada ha sido fácil y el que se pueda dar un diálogo, es un asunto que está en exploración. La realidad aún no ha dado la última palabra.
9. Todo esto significa que el ELN estará en la arena política para las próximas elecciones?
En la arena política siempre ha estado el ELN, el país conoce nuestras propuestas. Hemos dicho que nos parece muy importante que amplios sectores de la población vengan confluyendo en propuestas políticas electorales alternativas, donde se expresa un propósito claro de buscar un destino más democrático para Colombia y que un gobierno de este talante podría ser un instrumento tal vez más real para construir una salida de paz. Por tanto nuestra participación está referida al campo del debate, de propuestas de futuro y no en el campo de los votos.
10. ¿Se conserva la mesa de negociación o esquema que se traía con los anteriores gobiernos?
La única mesa en que estuvo el ELN fue en el gobierno de Gaviria, con Pastrana nunca se pudo llegar a una mesa porque no quiso firmar el acta de La Habana del año 2000 que le daba inicio formal al proceso. Ningún esquema rígido es aconsejable, lo más importante es lo que está por encima de los esquemas y tiene que ver con los contenidos de una agenda y los participantes, para el ELN es vital que el proceso de paz esté referido a conseguir cambios sociales y políticos que permitan la democratización del país, que se camine hacia la justicia social y donde además la sociedad participe activamente en dicho proceso.
11. Lo anterior sugiere las siguientes preguntas:
a) ¿Se volverá a insistir en la Convención Nacional con los sectores sociales del país?
La Convención Nacional tiene vigencia y es el principal instrumento que permitirá la participación de la sociedad en el diseño de la nueva Colombia que podrá superar el conflicto.
b) ¿Qué se necesita para llegar a un Acuerdo Nacional o Constituyente como lo proponen?
Lo esencial es construir un acuerdo nacional de cambios necesarios para Colombia, lógico que se requiere de tiempo para construir consensos, ese es el papel de la Convención Nacional.
c) ¿En la mesa de negociación seguirían Francisco Galán desde Itagui, Antonio García, Pablo Beltrán, Nicolás Rodríguez, Milton Hernández y Ramiro Vargas, entre otros?
De darse la eventualidad de un diálogo, el Comando Central y la Dirección Nacional del ELN definirán la delegación que sea más conveniente, donde algunos de los que Ud. menciona a lo mejor podrían participar.
d) En el acompañamiento internacional estarían: por los Países Amigos: Francia, España, Cuba, Suiza, México y Noruega. Por los países verificadores: Canadá, Japón, Suecia, Portugal, ONU, CICR.
Por ahora sería prematuro hablar de este tema, lo cual no quiere decir que vayamos a desconocer la necesaria participación de la comunidad internacional en un proceso de paz y que desde luego hay países y organismos que han jugado un papel destacado y que siempre nos gustaría contar con su valiosa contribución.
e) Cuál sería el papel de la Misión Técnica Internacional de la ONU?
También es prematuro hablar de este tema.
f) La tregua bilateral por seis meses, que implica incluso cese de operaciones militares contra las infraestructuras viales, eléctricas, petrolera, y contra los miembros de la fuerza pública, significa tener un lugar de concentración de la tropa. ¿Sur de Bolívar? ¿Catatumbo? ¿Arauca?, Chocó?, ¿Antioquia?
Hemos dicho que el ELN en un eventual proceso de diálogo estaría abierto a que dicho tema haga parte de una agenda. Lo de posibles concentraciones de tropas del ELN, y cosas por el estilo, no va con el diseño que tenemos.