Un 4 de julio de 1964, tuvo lugar la primera marcha guerrillera del ELN. Esa es por lo tanto, una fecha histórica para el pueblo colombiano pues, aunque el grupo de hombres que realizaba esa primera marcha era bien pequeño, se daba comienzo con ella a una lucha de proporciones gigantescas. Y la significación más importante de esa primera jornada reside en que esos pocos hombres, que se habían propuesto un programa revolucionario sencillo pero profundo, que consulta los intereses y necesidades del pueblo colombiano, empezaban a recorrer el camino de la lucha armada.
Varios intentos de dar comienzo a la lucha armada revolucionaria precedieron nuestro surgimiento en esfuerzos donde perdieron la vida hombres honestos y decididos como Antonio Latorre y Federico Arango Fonnegra.
Cuando surgimos a la vida revolucionaria de Colombia, nos guiaban varios principios que a lo largo de la lucha han demostrado su verdad y han formado parte importante de la concepción revolucionaria del ELN. Así en toda la actividad político-militar solo hemos consultado lo que a nuestro entender favorece, impulsa y desarrolla la lucha popular. No es de extrañarse y a nosotros jamás nos ha impresionado el que a consecuencia de la aplicación de esa línea, haya quienes nos califiquen de terroristas, extremizquierdistas, de aventureros o militaristas. Y estamos decididos a seguir adelante en la lucha revolucionaria, sin otro compromiso que el adquirido con las masas explotadas de Colombia.
De allí que no solamente consideramos indispensable para los revolucionarios adquirir una formación teórica, sino que estimamos que ella será siempre deficiente y estéril si no se lleva a la práctica, a la confrontación con la realidad de la lucha liberadora. No nos hacemos ninguna ilusión sobre una lucha fácil o a corto plazo y esto también ha formado parte, desde el principio, de nuestra concepción. Entonces, el trayecto por recorrer es largo y difícil todavía.
Durante casi medio siglo de lucha, el ELN ha inscrito su acción en los máximos ideales y valores de la humanidad, el respeto a la vida, libertad, igualdad, el derecho a la diferencia, a la tolerancia, respeto a las ideas, costumbres, religiosidad, formas de vida, de género y/o sexualidad. Esta historia nos colocó sobre el camino y sólo ella es portadora de nuestra identidad. Es la historia de nuestros pueblos originarios con sus formas de vida y sus luchas de resistencia.
Hoy 49 años después de la primera marcha guerrillera, mantenemos vivos los propósitos y objetivos que condujeron esos primeros hombres. Formamos parte de la lucha de la humanidad por un futuro mejor y habitamos un mundo convulsionado por el batallar revolucionario de los pueblos. La práctica social de hoy está condicionada por la marcha irreversible en la cual los explotadores persisten en aferrarse a su régimen de opresión y los explotados luchan por sacudirse el yugo y conquistar la libertad.
Estamos en un momento de crisis de civilización, de crisis de humanidad, por cuanto la teoría y la práctica capitalista gira en torno a una doble explotación y dominio. Por un lado está la explotación del hombre por el hombre y por otro el dominio irracional de éste sobre la naturaleza; ambos con resultados nefastos para el planeta y la humanidad. La ciencia y la tecnología deben servir a la humanidad, para la defensa de la naturaleza, para vivir en equilibrio y en armonía con ella. Hoy es indiscutible que el capitalismo ha generado una de las mayores y más profundas crisis por las que haya pasado la humanidad; por esto todos los pueblos estamos obligados a luchar en la búsqueda y construcción de un nuevo modelo de sociedad; donde se garantice la dignidad y la armonía de la humanidad con la naturaleza. Jamás se detendrá la búsqueda y materialización de los ideales de libertad, la marcha seguirá hacia un sistema social que permita preservar y proyectar la vida, en nuevas calidades de sociedad y armonía.
No sólo la supervivencia del ELN, sino lo más importante, su desarrollo, demuestran que cuentan con un firme y decidido apoyo de las masas y a ellas está indisolublemente ligado. Es esa fusión indestructible, la garantía de sus progresos y de su marcha segura, hasta que logremos de conjunto arrebatarle el poder a los explotadores.
Mientras una parte de la humanidad vive solo por ‘tener’ (cosas materiales, capital, privilegios, etc.) para el disfrute individual; para nosotros el objetivo de la vida está en el ‘ser’ y la satisfacción plena del hombre: conocerse, superarse y ser útil a los demás, el respeto a la cultura, a los pueblos originarios, a la defensa de la naturaleza y el tener para el disfrute colectivo.
Los elenos tenemos claro que la realidad no está en la cabeza de nadie, ella existe objetivamente e independiente de nosotros, es múltiple y muchas veces no alcanzamos a comprenderla, lo que hace indispensable escuchar a los demás, para construir verdades más allá de nosotros mismos. Para el ELN en Colombia la realidad es diversa y existen múltiples experiencias; es necesario respetar el pensamiento de muchos buscando el reencuentro, la confluencia; porque si se pretende construir nueva sociedad desconociendo lo diverso y lo múltiple, la conquista de los objetivos será muy esquiva. El llamado es a, ser con otros.
Somos un país de ciudades, regiones y de múltiples potencialidades naturales y humanas, donde la diversidad hace parte de nuestra identidad, y donde la intolerancia oligárquica busca profundizar las distancias y colocar muros entre los colombianos para evitar que desde el seno mismo de las mayorías crezca la fuerza que nos convoque y nos junte. El reto actual es trabajar por construir escenarios que viabilicen consensos e identidad sobre idearios de futuro, donde la identidad nacional se construya por las mayorías y fundamentalmente por los sectores populares y por todos aquellos que reconozcan la prioridad del bienestar social y la soberanía nacional.
Rechazamos el trato humillante y degradante al ser humano. Estamos por el respeto y defensa del bien público, deslindamos con el narcotráfico. Mantenemos un espíritu unitario con todos los revolucionarios, demócratas y patriotas, con el propósito de construir una propuesta de Nación donde prime el ejercicio de la democracia directa y la paz sea objetivo de lucha y de vida.
La democracia es parte integrante de nuestro pensamiento. Es el ejercicio directo de las mayorías, es participación protagónica de ellas definiendo su destino, su futuro y su autodeterminación. Es el rescatar para su control el derecho de gobernarse. Totalmente diferente a la pregonada por el capitalismo y el imperialismo. En la auténtica democracia la sociedad no se hace representar, sino que ella misma se presenta. La democracia que concebimos no es la vulgar caricatura que hace de ella el imperialismo, para justificar la intervención y agresión a los pueblos, así como dice defender los derechos humanos cuando los viola de manera flagrante con sus guerras de agresión. Tener una vocación democrática implica ser incluyentes, dialogantes, recoger y materializar las aspiraciones y esperanzas de todos. Esta es la esencia de una propuesta de mayorías, que se irá convirtiendo en pensamiento y acción para futuro de nación. La democracia nace de la capacidad de organización de los pueblos que se vuelve poder popular, dándole fuerza a la lucha y soberanía popular.
El ELN nace como fuerza alzada en armas en respuesta al régimen oligárquico pro imperialista, en la búsqueda y solución de los graves problemas sociales que afectan las mayorías en Colombia. Es una respuesta de pueblo en resistencia, en el propósito de ser poder y construir la paz.
Por el contrario el estado representado en esta oportunidad por el gobierno de Juan Manuel Santos plantean para una salida política negociada tres inamovibles: el gobierno no discute el modelo económico, el régimen político y las Fuerzas Armadas; y advirtió que el proceso tiene que ser rápido y las operaciones militares se mantendrán. La paz para ellos es la desmovilización y el desarme, además buscan desconocer la existencia del conflicto con la pretensión de negar que nuestra lucha encarna un proyecto alternativo y de liberación nacional.
Nosotros seguimos planteando que la paz en Colombia no se reduce a que se silencien los fusiles y la guerrilla los entregue, sino y fundamentalmente a que se remuevan las causas que originaron y alimentan el conflicto social y armado; que un acuerdo entre la guerrilla y el gobierno, sin la participación activa y vinculante del pueblo, es una paz que no tiene futuro. Nos planteamos la solución política al conflicto, como un camino que nos debe conducir a la paz; entendida ésta como el proceso que produzca las grandes transformaciones políticas, económicas y sociales y en tal sentido, un objetivo permanente y de alcance estratégico.
Nuestro II Congreso, realizado en 1989, definió políticas para adelantar las primeras conversaciones en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México), con el gobierno de César Gaviria (1991-1992), realizadas como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar; los análisis y reflexiones del III Congreso del 1996, afianzó esta línea de acción política convirtiéndola en un elemento permanente en la vida del ELN. Nuestro IV congreso también nos ilumina al respecto. Hemos transitado más de dos décadas en la búsqueda de una salida política al conflicto y la solución de los problemas que han originado el alzamiento armado de la insurgencia Colombiana, seguimos creyendo que ella sólo será posible con la participación protagónica de la sociedad y en el marco de los nuevos consensos que se deben crear.
La paz con justicia social es nuestro objetivo estratégico. La paz es cambio, es lo nuevo, es fuerza aglutinadora que viene gestando una corriente de opinión favorable a las transformaciones inaplazables para Colombia. Es la identidad de mayorías que sueñan en una nación de diversidad regional, equidad social y democracia participativa.
La paz en Colombia no es solo la desaparición conflicto armado, sino la construcción de democracia participativa, de equidad económica y social, la superación de la impunidad, es la sanación de los espíritus y heridas sangrantes en los millones de víctimas producidas por la barbarie del estado. La paz será producto de un gran consenso nacional, de un gran movimiento por la paz como unidad de voluntades y como parte integrante de la corriente por la paz mundial.
El recurso de la rebelión es el legítimo derecho de los pueblos para usar las formas de lucha y de defensa que les permita proteger su vida y construir el destino que les ha sido negado por la oligarquía y el imperialismo. Los orígenes de la rebelión se encuentran en unas causas políticas, económicas y sociales, que niegan a las mayorías la razón de una existencia digna.
El socialismo sigue siendo nuestro ideario; cursará por unas etapas y fases intermedias; transitando por luchas y escenarios que posibiliten acercarnos a ese objetivo que hemos denominado: Paz con justicia social, donde se ejerza la democracia directa y participativa.
La humanidad ha transitado por diversos caminos, en aras de buscar salidas a las crisis de civilizaciones que se han presentado en sus respectivos momentos. El socialismo es un camino o búsqueda a los problemas de la humanidad, despunta como una propuesta realizable a largo plazo, pero apenas nace, si lo comparamos con el medio milenio que ya cursa el capitalismo.
Hoy las luchas se extienden por el mundo, todas ellas se articulan en la propuesta de “otro mundo es posible”. Nuevos esfuerzos nacen de los encuentros de los pueblos. Diversidad de organizaciones confluyen para gestar nuevos consensos y renovados idearios. Es el trabajo de todos por construir el mundo que nos esperará en el futuro.
COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES
NI UN PASO ATRÀS, LIBERACIÓN O MUERTE
DIRECCIÓN FRENTE DE GUERRA CENTRAL
EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL - ELN