La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, agosto 10 de 2013
LAS PALABRAS DEL GENERAL MANTILLA
Las FARC están desmoralizadas, afirma el comandante del Ejército, General Sergio Mantilla, en el aniversario 194 de esa fuerza, que dudamos descienda de la que combatió en el Puente de Boyacá, bajo el mando de Bolívar, El Libertador. Y nuestras dudas se sustentan en la historia y en la conducta asumida por el ejército, que nada tiene que ver con la defensa de las fronteras patrias y las garantías sociales. El ejército de Colombia, convertido en una fuerza contrainsurgente para perseguir a un supuesto enemigo interno, se ha quedado por esta razón rezagado frente al resto de los ejércitos latinoamericanos formados para rechazar cualquier amenaza externa. El ejército de Bolívar luchó por la independencia y la libertad; el de hoy depende del Comando Sur y de los lineamientos estratégicos de Washington.
Desmoralizadas pueden estar las tropas del General Mantilla, pues muchos de sus oficiales experimentados en guerra de guerrillas se están yendo para los Emiratos árabes a venderse como mercenarios. Aquí arriesgan su vida y les pagan con migajas; en cambio allá les pagan jugosamente en dólares.
No hay ejército más insolidario frente a las familias de los soldados muertos, heridos, lisiados o prisioneros en combate, que el de Colombia.Mirando hacia el esperanzador proceso de paz de La Habana, muchos soldados, oficiales y suboficiales no quieren arriesgar más sus pellejos defendiendo las ganancias y el capital de unas élites indolentes.
Lamentamos profundamente todas las muertes en combate. Esto no estaría ocurriendo si el gobierno no hubiese rechazado la tregua bilateral, el armisticio, tantas veces propuesto por las FARC.
Por otra parte asegura el general que, en 2 o 3 años las FARC perderán la guerra, porque estratégicamente la tienen perdida. Los vaticinios del adivino se parecen a los de hace medio siglo, cuando atacando a Marquetalia calcularon que en tres semanas acabarían con las guerrillas de Manuel Marulanda Vélez; pero las decenas de generales que lo enfrentaron durante 44 años nunca pudieron derrotarlo. El Ministro de Defensa del gobierno de Gaviria, Rafael Pardo, también dijo que exterminarían a las FARC en 18 meses, y nada. Luego la Ministra de Defensa de Uribe, Martha Lucía Ramírez, mucho más retozona subjetivamente que Pardo, aseguró que lograría ese propósito en 90 días.
Todas esas palabras con resonancia de oquedad, se las ha llevado el viento.
Es poco racional afirmar, como lo hace el general Mantilla, que la guerra se va acabar por las buenas o por las malas. Esa aseveración emocional carece de fundamento. En esos términos no podemos permitir que hable la soberbia, porque los conflictos pueden llegar a su fin a través de la solución política, en una mesa de diálogo, con el compromiso sagrado de superar las causas políticas, económicas y sociales que impulsaron al alzamiento armado.
La guerra puede devenir en paz, conversando, como lo estamos haciendo en La Habana.
Una guerrilla que ha resistido la asimetría en número y tecnología, la ofensiva contrainsurgente más grande que haya conocido la historia de América, no puede ser una guerrilla desmoralizada, señor General. ¿Dónde estarán los 13.742 guerrilleros capturados durante el gobierno de Santos de que habla el general?
Lo planteado por Mantilla no ayuda, no genera un ambiente ni contribuye a los esfuerzos que debemos hacer todos por la paz de Colombia.