Sí Futuro (Noviembre de 2005)

SÍ FUTURO

Revista de Cultura Política del ELN

Noviembre de 2005


LOS VALORES EN EL ELN
Comandante: Antonio García
Revista de Cultura Política SI FUTURO ELN.


En las sociedades donde históricamente ha existido la explotación, las clases dominantes han construido una manera de pensar y la han irradiado al conjunto de la sociedad para que sea aceptada la condición de explotación de los seres humanos como algo natural y normal, esta manera de pensar y de actuar se configura en unos valores que son propios a esa sociedad concreta.



En cada sociedad concreta las colectividades humanas explotadas se han venido enfrentando a esa realidad de explotación y dominación, y en determinados momentos históricos se han presentado rupturas en la manera de pensar y de actuar que han producido revoluciones sociales.



El ELN es producto de esa ruptura que se produjo en el mundo después de la segunda guerra mundial y que hundió el colonialismo europeo, y que le dio una fuerza universal a los nuevos valores que desde siglos anteriores la humanidad en su camino de liberación venía construyendo.



En este sentido el ELN se inspira en estos valores de carácter universal y se compromete en esa búsqueda y por tanto también hace parte de la construcción de una sociedad que esté más en correspondencia con esos valores que garanticen un proyecto verdaderamente humano para todos los hombres y mujeres de la tierra. El ELN asume esa lucha desde el primer día y se ha sumado a los esfuerzos de todos los pueblos, en sus diferentes momentos, por elevar la calidad y significado de los valores humanos y llenarlos de contenido práctico en el escenario concreto de las luchas y de la historia revolucionaria de Latinoamérica y de Colombia.



Queremos referirnos hoy en el sentido más general de estos valores que originariamente encarnó el ELN. Vemos que existe un grupo de cuatro valores que le dan un sentido ,completo a la existencia y objetivos del ELN. Son valores que nos representan, ante todo el pueblo colombiano y ante el mundo, son valores que se han establecido dentro de nuestro ideario, y a través de nuestra propia historia, como los objetivos más nobles a alcanzar por una revolución social. Estamos hablando de la LIBERTAD, el HUMANISMO, la DEMOCRACIA y la VERDAD.



La materialización de los valores consiste en el conjunto de acciones y reflexiones que la Organización ha emprendido para que ellos más que un conjunto de ideas, sean un conjunto de hechos reales; es decir, para que efectivamente se conviertan en realidades vividas por nuestro pueblo. En ese proceso, el ELN ha tenido cambios importantes que se reflejan en el carácter y énfasis de la política revolucionaria en los diferentes tiempos de nuestra historia. Para introducirnos en esta reflexión vamos a presentar un bosquejo de cada uno de los valores con que nació el ELN, hace 40 años.



LA LIBERTAD.



La libertad es el centro de la ética y del proyecto de humanidad. El concepto de libertad que acompañó el nacimiento del ELN, se relaciona directamente con el problema del poder para decidir con autonomía que tipo de vida vivir, partiendo de la existencia de un estado de cosas injusto, desequilibrado en lo económico y manipulado políticamente por los gobiernos y la influencia de EEUU.



En este primer momento significa la renuncia a ser explotado. Es el comprometerse con el cambio de la realidad de explotación existente y asumir la rebeldía como camino.



En este sentido la libertad significa y es un compromiso. La libertad proyectada en la lucha nos conduciría a la supresión de los factores que obstaculizaban la creación de un sistema realmente justo y equitativo para el pueblo, y donde existiera la posibilidad del ejercicio democrático y autónomo, en la creación y manejo de las políticas del país. El triunfo de los intereses populares que suprimiera la dominación burguesa, significaría el hecho de la libertad. Y debido a que el poder de la oligarquía era ejercido y garantizado básicamente por la acción militar, los instrumentos preferentes de la liberación serían la lucha armada y la organización del pueblo, para el momento de una gran insurrección que tomaría el poder político.



Esta lucha iniciada sería una lucha por objetivos humanistas, y aunque su expresión concreta estaría señalada por el carácter clasista de la revolución, su representación final sería la de posibilitar a todo colombiano, y por extensión a todo ser humano, de ser libre para decidir por sí mismo lo que quisiera ser y hacer, en una relación armónica con los demás y en un proyecto conjunto de sociedad que dignificara al ser humano.



Las luchas de liberación estarían comprendidas entonces como luchas de orden nacional en la medida que se refieren a la autonomía y autodeterminación de los pueblos y como parte integral de la construcción de una nueva sociedad donde el centro de todos los intereses es el hombre.



EL HUMANISMO


Sin el carácter humanista, la libertad lograda no podría diferenciarse de aquella que tienen los poderosos para ejercer la dominación. Sin humanismo no puede hablarse de una real libertad. Además, la libertad no puede ser alcanzada por un individuo en solitario porque la libertad siempre estará referida a lo que hacen, a lo que poseen y a lo que son los demás.



¿Qué debe entonces hacer un individuo para lograr la libertad? El ELN dio parte de la respuesta con su ejemplo el 4 de julio de 1964. Alzarse en armas en contra del gobierno y todo un sistema, no significaba solo la necesidad de disputar el poder político, sino a la vez trabajar desde el pueblo, es decir desde la comunidad, para que ésta misma comunidad lograra tener las condiciones materiales (riqueza, producción, tierras, etc.) y las condiciones culturales (educación y un proyecto futuro de sociedad) que le brindaran un campo mucho más amplio al desarrollo libre de los individuos. El humanismo en el ELN quiere decir que cada hombre debe existir en los demás y con los demás.



El humanismo es poner al centro de toda acción y pensamiento la satisfacción de las necesidades materiales y culturales de los seres humanos. No las necesidades de los Estados ni los gobiernos. No las necesidades de algunos humanos, sino de todos. Por tanto las luchas de liberación debían ser esencialmente humanistas sino, no serían realmente libertarias. Entonces, el humanismo es el valor del trabajo del hombre que trabaja en comunidad, para que la comunidad logre construir libertades para todos.



De otro lado, el respeto es una práctica del humanismo. Es ponerse en los zapatos del otro para que así toda acción que hagamos conduzca al mejoramiento de la condición humana. El respeto del ELN no es aquel que mira y se aleja de lo que mira. El ELN respeta cuando se solidariza en cuerpo, mente y alma con la condición de los demás. Tan allá llega esta consideración que el respeto se articula con el humanismo, al entender que en cada enemigo también existe un ser humano.



LA DEMOCRACIA


En Colombia el que escruta elige, dijo Camilo. Es decir que por medio de trucos y trampas, el conteo de los votos en las elecciones se tergiversa para hacer ganar al sector político de preferencia. Si los gobiernos y los ricos son los dueños y administradores del sistema de conteo, serán ellos los que elijan y nadie más, aun cuando millones hayan votado en contra de su interés. Esa realidad fue muy intensa en la época en que nace el ELN. Hoy sigue siendo casi igual, pero los mecanismos de tergiversación de la voluntad popular son más velados, no tan directos, pero igualmente contundentes y no existe un mecanismo realmente democrático por medio del cual el pueblo elija sus gobernantes. Adicionalmente el ejercicio del voto no es libre en la medida en que los políticos los buscan por medio de la compra, las falsas promesas o el chantaje. Y un poco más allá, esta el problema de que se nos convoca para elegir quién gobernará, pero no para decidir sobre qué asuntos gobernará ni cómo lo hará.



En Colombia no existe democracia, por eso el ELN iniciaría su lucha conciente que la democracia es la construcción de una realidad social que no puede realizarse si no es con el concurso de todos los colombianos en un escenario de radical transformación del ejercicio del poder y de las instituciones del país.



Tendría claro, que a su interior debería ejemplificar con un modelo de organización que se aproximara a ideales democráticos, donde la toma de decisiones no pueden estar en contra de la libertad ni contra los intereses humanistas de una sociedad.



Existen tres elementos sobre los cuales la Organización comprometería sus esfuerzos de lucha en cuanto a la democracia se refiere:



La democracia de las mayorías: En sus declaraciones iniciales el ELN veía que la democracia de una nueva sociedad debía ser totalmente incluyente. Treinta años antes de la constitución del 91 ya estaba planteado el problema de las minorías étnicas y culturales. Generalizando, se tiene que no es más democrática la sociedad que se guía por la decisión de las mayorías que aquella que aún teniendo las mayorías a su favor, logra que las minorías se sientan recogidas en las decisiones tomadas y también se logre satisfacer sus necesidades. La mayoría no tiene patente de corso para apabullar a las minorías.



La democracia participativa: No se entiende una democracia solo para la elección por consenso de un conjunto de ideas y objetivos propuestos, sino por la participación en la definición de los contenidos de tales ideas y objetivos. Es decir que es más democrática la construcción política que se realiza por vía de los acuerdos sociales, que aquella que se hace por persuasión y votación.



Respeto a las reglas del juego: Dadas unas condiciones reglamentarias del cómo se elige y cómo se decide aceptadas por todos, la mayoría o debe atribuirse el derecho de cambiar las reglas del juego. Este es un caso especial en el que la vía de los acuerdos y la participación plena de todos los integrantes de una comunidad, en condiciones de igualdad, es exigida como condición indispensable para le existencia real de la democracia.



LA VERDAD


Se busca, al hombre verdadero, a la sociedad verdadera, a la democracia verdadera, al camino verdadero. Se trata de apartarse de la manipulación y de lo falso. Se dirá que esto es una quimera, un imposible porque no hay concepto más relativo que el de la verdad ya que cada quien mira las cosas como le conviene y según diferentes y muy diversos puntos de vista. Es posible que haya verdad en tal cuestionamiento; o por lo menos, lo más seguro es que ése mismo cuestionamiento nos esté ayudando para esclarecer cuál es el camino cierto, verdadero, que debemos tomar. He ahí, el planteamiento dialéctico que el ELN retomó de la tradición marxista, para decir que su lucha estaría orientada en la búsqueda de caminos verdaderos de libertad, democracia, soberanía nacional, igualdad, fraternidad, etc. Como la verdad no puede estar en un solo individuo, entonces estará en el concurso de todos los individuos y la manera de acercarse a ella es a través de la práctica social. El criterio que señala la calidad de verdad de cualquier hecho, es la práctica social.



Entonces el ELN ha preguntado: ¿Qué es lo que quiere la humanidad? ¿Qué es lo que quiere el pueblo colombiano? ¿Desea realmente este camino de altísimos índices de pobreza, analfabetismo, represión, dominación extranjera y alienación cultural? Si no es así, entonces este sistema, esta forma de organización social no es la verdadera; practiquemos otro camino. El hombre de la propuesta capitalista, el resultado final en que desemboca es el de un hombre dependiente de las máquinas y del consumismo para vivir y que es un apéndice desechable, un simple número entre millones del cual se puede prescindir sin que afecte la cuenta final de una sociedad. Ese no es el tipo de hombre al que aspira nuestro pueblo.



La verdadera verdad es la que es inseparable de la vida de las comunidades, del pueblo, de su historia y está comprometida con su camino de libertad.

Para finalizar y a manera de síntesis podemos decir que para el ELN el centro de la ética es la libertad. Para el ELN la política como camino a transitar está sustentada en la verdad.



Para el ELN el nuevo proyecto de sociedad se edifica sobre la base del humanismo y la democracia plena.









LA IZQUIERDA:QUE CAMBIE, PARA SEGUIR SU CAMINO

Manuel Pérez Martínez

Revista de Cultura Política SI FUTURO ELN.

Noviembre-2005.



Debemos reflexionar lo más profundamente posible sobre el tiempo y la hora que atravesamos los pobres, los explotados y los revolucionarios.



Las dificultades reales del proyecto de revolución más las distorsiones introducidas por la ideología dominante y triunfadora han producido confusión y desmoralización en muchos revolucionarios. Se trata acá de ir aclarando y combatiendo las distorsiones, buscar salidas a las dificultades y adquirir fuerza para persistir en la revolución más allá de los fracasos y temores.



Es una reflexión abierta a la motivación y a seguir trabajando este tipo de tareas. Al mismo tiempo es nuestro estilo de trabajo, seguir en la actividad revolucionaria sin detenernos en la pura dinámica teórica reflexiva.



Los nuevos mitos


Se han lanzado una serie de pensamientos distorsionados que no podemos dejar pasar, así no más, sin reflexionar y sin combatir.



Se había dicho que “se había perdido una década para el desarrollo de la humanidad”. Eso es falso por que si bien se ha producido mucha más riqueza, esta ha estado mucho más monopolizada en beneficio de unos pocos dejando a la humanidad en mayor miseria y la naturaleza va por el camino de su deterioro absoluto. Los desarrollos solo contemplan una partecita de la humanidad d y no el conjunto.



Se ha dicho que estamos mal, pero vamos bien en economía”. Efectivamente la mayoría seguimos estando peor que nunca. Los pobres más pobres y los ricos más ricos, pero se da a entender que irremediablemente el camino es ese. Para nosotros la frase sería estamos mal y vamos mal. Y eso no es irremediable, porque esta puesta en peligro la estabilidad de la paz mundial, y ante ello se pueden movilizar las mayorías de la población para salvarla. Hay posibilidades de que vayamos bien cambiándole el modelo a la economía.



Se ha dicho que él socialismo ha muerto, que su modelo económico fracasó, que hemos llegado al fin de la historia, que se acabaron las ideologías”. En últimas el capitalismo se declaró absoluto vencedor, invencible, irremplazable y por tanto la Historia no tendrá transformaciones, porque la única forma de funcionar el mundo será mediante el sistema imperialista y su modelo neoliberal. Las ideologías todas se habrían acabado porque quedó triunfante sólo la ideología basada en el egoísmo. Se podría afirmar que se ha producido el triunfo del egoísmo estructural.



Otra cosa muy distinta será que ese triunfo sea definitivo. No negamos la derrota. Pero no aceptamos que la derrota sea definitiva, ni creemos posible que la Humanidad entera sufra trastornos tan lamentables como definitivos. Sería el fracaso moral, social y económico de la Humanidad.



Sería como aceptar que la pobreza es un mal desagradable pero necesario, inevitable y progresivamente acelerado. Es imposible pensar que esa sea la perspectiva de la Humanidad y nuestro testimonio militante así lo afirma, tanto con la lucha como con la construcción del Poder Popular.



Eso mismo testimonian Cuba, China, Vietnam, Corea... de grandes avances sociales a pesar de las dificultades económicas, y de las concesiones que han debido hacer por toda la avalancha económica de cercos y bloqueos. De ellas las más difíciles Cuba y sobre Corea que atraviesa grandes dificultades alimentarias.



Algunos han tenido el atrevimiento de afirmar incluso, que todos los males de la humanidad son responsabilidad de los pobres, por haberse metido a rebeldes, por dejarse llevar por ideologías violentas”, las que supuestamente se habrían demostrado como un retraso para el mundo, porque siempre terminaron perdiendo sus batallas, y de paso terminaron con los remansos de paz donde tan bueno se vivía. Lógicamente, eso sólo lo pueden afirmar los cínicos burgueses o los coros de aduladores ideológicos que los inciensan. Esto sería creer que tienen razón los que ganan, que los buenos son los que triunfan, que la verdad está de parte de los poderosos. Los lobos rapaces o los leones serían entonces lo mejor de la selva, porque destripan a los demás animales. Se estaría imponiendo así la ética de los lobos, la ley del más fuerte y no la grandeza de la razón y de la justicia.



Se estaría sosteniendo así la idea absurda de que el pobre, el vencido, el humillado, es el desecho de la humanidad, es el que no sirve”, y por tanto se puede destruir cuando convenga, porque no significa ningún mal. Un ejemplo de ello lo tenemos en lo que hoy se llama “los países no desarrollados” o los países desechables a quiénes después de haberles explotado al máximo se les puede aniquilar o destruir.



Pero... la Verdad, la justicia Social, la Solidaridad, la Equidad, la Dignidad de la Persona y el Bienestar de la Humanidad están por encima de los ganadores de una etapa de Egocentrismo, de Corrupción , de Hambre, Miseria y Muerte.



Nosotros proclamamos que no somos imparciales en este conflicto. Luchamos porque haya igualdad entre las personas; la Humanidad pueda vivir dignamente y porque la política y la economía sean honestamente fraternas. Consideramos que eso es lo único y lo que, en ultimas, significa real avance para la humanidad y la naturaleza. Cualquier triunfo, así sea muy significativo no puede confundirse con el triunfo definitivo y justificación del sentido último de la Historia.



De la insurgencia, como fuerza revolucionaria del pueblo, se dice que ya no tiene ideales, porque el socialismo por el cual luchaba ya murió, que los revolucionarios somos dinosaurios, que los guerrilleros somos bandoleros, y que hemos hecho de esta vida un modus vivendi”. Es una gran campaña orquestada por los narco-políticos, narco-militares, narco-paramilitares y algunos eclesiásticos que cierran los ojos para defender a una clase política y económica corrupta y anti-popular, que predica la resignación, la paz de la miseria y la justicia del látigo y las masacres.



Muchos dicen que la guerrilla de hace 20 o 30 años si tenía ideales y que la de ahora si los ha perdido”. Ahora se enaltece todo lo pasado porque no triunfó. A nuestros héroes, a nuestros antepasados mártires y maestros, los trataron igualmente de bandidos, de irresponsables, de fanáticos, de gente sin ideales, que además no podían triunfar. No querrían que la Revolución tuviera ninguna posibilidad.



Por nuestra parte, tenemos en cuenta las nuevas realidades y buscamos introducir los cambios fundamentales sin abandonar los ideales que desde el inicio han motivado la lucha. La insurgencia sigue extendiéndose, mantiene su esencia, se aferra a sus heroicos antepasados y mira el futuro con decisión a pesar de que comprende que la lucha es larga, constante y dura por las condiciones adversas de hoy. Incluso consideramos que hemos avanzado, si bien como todo avance histórico de lucha se ha dado a través del martirio, del error, de la dificultad ...pero su resultado ha sido el aprendizaje, la experiencia propia, la presencia en el corazón del pueblo, y el acumulado como fuerza material que ha logrado algunos triunfos, que mantienen la esperanza de grandes sectores de la pobrecía. Formamos parte del gran torrente de pobres que definitivamente hacemos presencia en la Historia.



Algunos dicen que la lucha es tan larga ... que ya lleva 32 años !! “. Pero veamos que desde 1492 hasta 1819 fue la lucha de independencia y debió recorrer muchos fracasos, muertos y grandes horrores.



De todo lo anterior estamos claros los revolucionarios, muchos demócratas y mucha, muchísima población. La justeza de la lucha, la Verdad y la Razón están de parte del pueblo. Después de estos 30 últimos años de conscientización, es muy difícil encontrar quien de una manera o de otra, no haya oído hablar de sus derechos, de la lucha de los pobres etc... Los revolucionarios contamos con más cultura política que nuestros antepasados y más posibilidades de comprensión de los fenómenos.



DONDE ESTA HOY EL PROBLEMA?



El problema se plantea desde el punto de la depresión, de la destrucción interior a causa del gran costo, para tan pocos resultados visibles, e incluso la decepción por la reversión de procesos que se consideraban irreversibles, y basados en “certezas científicas”. Muchos revolucionarios llegaron a sentirse vencidos y dejaron de ser convencidos y se dejaron convencer por el discurso del sistema capitalista, en cabeza del gobierno más corrupto, de mayor ilegitimidad y más presionado por todos los factores de poder internos y especialmente externos.



Muchos otros dejaron de sentir el testimonio de muchos cros. que cayeron vivando la revolución al desplomarse. Otros dejaron de apasionarse con la ardentía de miles batallas. Y no faltaron quienes dejaron de sentir la fuerza para seguir del lado de los pobres, se gane o se pierda la batalla que se esta librando; independientemente a que los medios de comunicación hablen permanentemente en contra de la lucha.



Se dan casos de cros. que sienten haber dejado en la lucha lo mejor de su vida y de su juventud sin tener esperanza de recompensa. Viven sentimientos que lastiman el espíritu y producen crispación, angustia y decepción de la lucha; viven la tentación de abandonar el compromiso, les da alergia lo que huele a política... (de una vez les viene a la mente la persecución, la represión, los años de clandestinidad, la dureza de la vida del monte y la crueldad de la guerra). Quisieran descansar, olvidarse... vivir sin plantearse interrogantes cuya solución trae siempre problemas.



La tentación es de huirle a los problemas que trae aparejados el compromiso, buscar refugio o construir invernadero en la sobrevivencia individual y la comodidad.



Dentro de la misma Organización puede darse la tentación de abandonar los postulados originarios de ser los primeros en el sacrificio y los últimos en el descanso, para ir construyendo privilegios; es como acomodarse en la mejor forma para tiempos largos y difíciles. Consideramos que el tiempo dedicado a la lucha, o los méritos adquiridos por acciones victoriosas nos hacen acreedores a un tipo de vida más cómoda, dejando de lado los postulados de ser ejemplo para los demás, y el de prestar un “servicio desinteresado al pueblo”.



No estamos con ello por el igualitarismo, pues cada quien necesita recursos diferentes para el cumplimiento de sus responsabilidades. Lo importante es que haya la educación y la exigencia para que el destino de los recursos sea preciso y para el cumplimiento de las tareas, no para vivir mejor y sostener privilegios.



No son todos los revolucionarios los que viven este tipo de situaciones, e insistiremos en los motivos y firmeza de quienes persisten del lado de los pobres, de quienes ni se avergüenzan, ni abandonan sino que persisten con su vida... corriendo riesgos, orgullosos de aportar el grano de arena en forma serena, paciente y firme; de quienes sin esperar recompensa o privilegios viven con alegría y naturalidad el heroísmo, la dignidad, la persistencia y el ejemplo.



SE LUCHA CON EL CORAZON Y CON LA RAZON


Luchamos por la gran victoria ética de la humanidad que sigue siendo posible, viable y necesaria, a pesar del desastre general de tipo económico, político y moral que ha vivido el pueblo, y que ha ido aparejado con el triunfo económico y militar del capitalismo, aunque no es una victoria moral. Por tanto la esencia revolucionaria sigue en pie.



Es posible trabajar en la construcción honestamente fraterna de la política y la economía... impulsar proyectos de economía alternativa a los cultivos ilícitos, proyectos económicos solidarios, proyectos cooperativos, de ayuda mutua, educación popular, salud comunitaria y movimientos alternativos de participación popular, que desde ya proyectan la nueva sociedad que queremos como alternativa al neoliberalismo, y que será posible en toda su dimensión mediante el desarrollo del proyecto revolucionario, en forma global, desde lo político y lo militar. CONSTRUYENDO EL PODER POPULAR EN SU ESENCIA REVOLUCIONARIA Y CREANDO LAS CONDICIONES PARA EL SOCIALISMO.



La población tiene hambre de pan, belleza, verdad y solidaridad para ser plenos en bienestar. Ello lo darán las grandes transformaciones.



Sostener la fuerza interior y la conciencia firmes permite llevar adelante las ideas para convertirlas en fuerza material. Requiere comprender con la cabeza las causas de la desigualdad y la explotación, sabiendo observar los desastres que el capitalismo produce en la humanidad y en la naturaleza. Además es esencial descubrir con el corazón a las personas concretas con su hambre, desnudez, ignorancia, intemperies, y las huellas desorbitantes de la ignorancia generalizada. Sentir la injusticia con indignación.



En este punto del recuento, recuperar la memoria histórica es esencial, para encontrar, a profundidad e ir descubriendo en proyección las luchas de todo el pueblo. Ahí se van leyendo, impreso en el estandarte de las oleadas humanas, la sabiduría heroica y las vivencias indelebles que transcienden la razón solitaria de los políticos de laboratorio.



Un pueblo que no recuerde permanentemente a sus héroes no tiene derecho a sobrevivir.



Un pueblo que no se cubre con los ideales fulgurantes de sus héroes no tiene la fuerza para desplegar sus banderas.



En las honduras de la historia y sus mártires se va descubriendo la verdadera esperanza que engendra a los luchadores, quienes rayan permanentemente en el heroísmo. Ahí va haciéndose colectiva la esperanza... ahí va conformándose la ola informe, pero empujadora contra muros que miles de veces se muestran indestructibles, pero siempre confrontados, sobrepasados y algún día resquebrajados y finalmente destruidos... así se necesiten millones de olas grandes y pequeñas todas enlazadas por un solo viento.



Todo el compromiso transformador será positivo, será acumulativo, será explosivo...no porque revierta la situación actual del mundo, pues somos conscientemente responsables de que es la hora de la labor revolucionaria y combativa, pacientemente concebida, serenamente realizada en términos de futuro. Se sabe que el futuro cambio del mundo, debe seguirse construyendo con pequeñas y grandes acciones posibles para hoy. Estas acciones deben articularse en una sola red, de abajo arriba y adentro afuera.



El corto-placismo es una enfermedad más grave ahora que en otros tiempos, el que se desespera por ver que la perspectiva del triunfo revolucionario de la toma del poder, se distancia demasiado, esta condenado a vivir la enfermedad del voluntarismo.



No nos dejemos acomplejar o avergonzar, y menos convencer de quienes recalcan que una guerrilla que ha vivido 32 años y no ha triunfado, ya no triunfará. Precisamente esta guerrilla por lo sólida que es, ha sido capaz de aguantar todo tipo de embates políticos, militares, ideológicos etc... de parte de un enemigo poderoso. Esta guerrilla ganó asentamiento, reconocimiento y desarrollo.



La historia nos enseña que desde 1492 hasta 1819 pasaron muchos años, hubieron muchas luchas, muchas derrotas parciales y victorias transitorias; se dieron procesos de acumulación. Generaciones continuas luchando y avances significativos como el de José Antonio Galán, que después fueron traicionados y destruidos. Finalmente Simón Bolívar vivió fracasos bastantes, que culminaron con las grandes victorias de la Independencia de la Gran Colombia. Simón Bolívar murió perseguido, abandonado y traicionado quedando muchos sueños de él por construir, y otros muchos por librar para conquistar la emancipación definitiva; pero la independencia de España que era el objetivo inmediato se logró.



Los contextos internacionales ayudaron por tiempos a estas gestas y en otros parecieran imposibilitar el avance victorioso de estas luchas de los pobres. De` hecho, España tuvo su esplendor y cuando .vino la decadencia de dicho imperio, se fueron sucediendo otros imperios que han ido alternándose en el control del mundo sucesivamente. Será que actualmente el Imperio N.A. no decaerá? Será que el capitalismo no dará tránsito a otro modelo de sociedad? Seguro que si. Es inevitable que la humanidad avance hacia un mayor desarrollo. El imperio no es eterno y nuestro esfuerzo decidido está en luchar para vencerlo. Enseña la historia que todos los imperios tienen su fin.



Por todo ello no podemos pensar o sentir que ante el hecho de la crisis del socialismo, o ante el decaimiento de algunos liderazgos, o ante fenómenos de división, o ante la avalancha imperial que golpea duro nuestras ideas, o golpea nuestros sentimientos, tenga justificación para dejarnos decaer. Pero serán explicaciones de porqué mucha gente que no haya llegado a niveles muy profundos y claros en sus niveles de conciencia, se deja arrastrar a la desmoralización.



Es necesario asumir a profundidad el dolor y todo el sentido de la dificultad, para que las búsquedas y salidas sean igualmente respuestas a fondo, y la resistencia moral sea adecuada, la fidelidad al proyecto sea total, la confianza sea contra toda desconfianza y el amor al pueblo hasta dar la propia vida con heroísmo..



Lo más autentico debe salir a la luz. Deberemos entender tan a cabalidad la realidad que atravesamos, que podamos sentir que debía ocurrir la crisis, para purificar el socialismo, corregir los burocratismos y las tendencias individualistas de los dignatarios de la Revolución; para que cada vez más sean los intereses del pueblo los que triunfen, y la revolución sea auténticamente revolución.



No es solamente importante tomar el poder, sino que sean los intereses más puros del pueblo los que estén al frente de la nueva sociedad, de lo contrario los procesos sí son reversibles, y de que manera tan dura. Ojalá que esto se convierta en palabra encendida, para que la utopía tan devaluada y despreciada hoy en el mundo, resurja libre y poderosa como nunca.



Ser pueblo a plenitud permitirá releer y redescubrir la lucha, amar la GRAN CAUSA y ponerse pilas para que haya luz, así siga siendo de noche y las dificultades sean muchas.



El amor desinteresado por los millones de sufrientes del mundo y de nuestra patria, debe ser lo que nos impulse a vivir visceralmente por la justicia y la libertad. La identidad con los explotados debe empujarnos a luchar con fortaleza. La unidad con todos los que son pueblo consciente nos debe unir en el caminar, en el sentir la corazonada y el coraje irresistible de llevar adelante lo que entendemos con la cabeza.



A pesar de no estar tan claras las “certezas científicas”como en otros momentos, nos afirmamos en que vale la pena morir por acercar el triunfo y la construcción del Poder Popular y el proyecto Socialista.



Hemos avanzado y a veces retrocedido, hemos tenido crisis en el proyecto y actualmente se presentan dificultades, pero pertenecemos a la vez a una causa éticamente invencible. Por eso lo que estamos viviendo es una experiencia límite, pero no el fin de la Historia, que no puede ser sino de Liberación de los pueblos y de construcción de grandes desarrollos socialmente compartidos. Una causa no deja de ser justa porque sea golpeada o derrotada transitoriamente por la fuerza, y por tanto habrá la oportunidad de revertir ese proceso, incluso a nivel mundial , así sea después de miles y miles de batallas.





HAY QUE RECUPERAR FUERZAS EN FORMA PERMANENTE


En las batallas, en las actividades de las masas, y con el conjunto de las líneas de trabajo, vamos acumulando energía y fuerza en forma colectiva como:



- Estudiar, colectivizar y mantener claras las razones de la lucha.



- Insistir en la unidad de los luchadores revolucionarios, demócratas etc., mantener lo que nos une y hacer insistencia en ello más allá de lo que nos separa.



- Ligar· a todos los revolucionarios al pueblo que trabaja, sufre y es perseguido.



- Alimentar los sentimientos por la gran causa de los explotados.



Además cada compañero debe encontrar cómo enfrentar los malos momentos y las situaciones adversas que vivamos, y así recuperar fuerzas morales y sicológicas para la lucha. Por ejemplo:



1. Retomar los motivos que nos trajeron a la lucha, que le dieron este sentido a la vida.



2. Repasar la Historia de la Organización., de Colombia y de la Humanidad y porque no, la propia historia individual, para que la memoria colectiva e individual le de vida a las urgencias de luchar sin desmayar.



3. Rememorar a aquellos Héroes populares y guerrilleros que marcaron con su sangre, la validez, la vigencia y la posibilidad del Proyecto liberador. Lógicamente se recordará a los más cercanos y conocidos.



4. Revivir y repensar los hechos revolucionarios en que se haya sentido bien; sea porque se haya aportado lo mejor de si mismo, o porque otros lo hayan aportado.



5. Repasar las esperanzas que se han alimentado y añorado ver en una sociedad solidaria y equitativa. También lo que se aspira a aportar en esa nueva vida social. Pues cuando menos se piense y se crea posible, aparecerán señales del nuevo amanecer.



La consigna siguiente de Camilo tiene plena vigencia:



Por la toma del poder hasta muerte.

Porque un pueblo que se entrega hasta la muerte siempre obtiene la victoria”.



Manuel Pérez Martínez



Primer Comandante del ELN (fallecido en las montañas de Colombia el 14 de febrero de 1998).








REBELIÓN, EL DERECHO DE LOS PUEBLOS
Revista de Cultura Política SI FUTURO ELN.



"...Y si se me acusa, se me intenta juzgar y en inútil afán se nos quiere condenar por rebelión, asumimos orgullosos, seguros, la rebelión como el derecho de los pueblos, y la rebelión armada como la exigencia de la hora en Colombia. Que levanten cárceles, que levanten consejos de guerra, que aumenten el pie de fuerza, que cambien de armamento, pero ni cárceles, ni consejos de guerra, ni nuevos armamentos, ya no nos detendrán para siempre. Los silenciosos de ayer, los olvidados de siempre han empezado su marcha con sus propios dirigentes, con su propia vida como bandera, con su futuro como única meta y bandera, y hombres y armas cuando son pueblo en movimiento, o cuando hay un proyecto político que corresponde al pueblo y a la hora estarán venciendo, siguen venciendo. Vencerán..." M-19





Los hechos del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos fue la excusa perfecta para que el gobierno Bush señale, persiga y condene a los movimientos insurgentes como organizaciones terroristas, y bajo la premisa de guerra preventiva contra el terrorismo ha desarrollado su política de seguridad interna y hábilmente la ha extendido a sus colonias en América Latina. En Colombia, el gobierno de Álvaro Uribe ha sacado el mayor provecho de este hecho y con el apoyo de militares, políticos, empresarios y medios de comunicación ha creado un ambiente único y un lenguaje común para combatir a la insurgencia siendo su caballo de batalla "La lucha contra el terrorismo" el cual le ha permitido crear desde Estatutos Antiterroristas donde se restringen las libertades de todos los ciudadanos violando los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos, desconocer la existencia del conflicto interno que vive el país y por ende el carácter político de la insurgencia, modificar los códigos penal y de justicia extremando las penas y castigos a la oposición, hasta tildar las actividades de protesta social como acciones tendientes al terrorismo y que van en contra de los "intereses del país".



Para el estado colombiano pensar de forma diferente es sinónimo de terrorismo. Nuestra organización siempre se ha guiado por unos principios revolucionarios claros al servicio del país y que determinan nuestro accionar político y militar hacia la construcción de un nuevo estado justo y equitativo.



Las acciones de carácter militar que llevamos a cabo como lo son; ataques contra oleoductos, plantas industriales, torres de energía, vehículos de transporte de carga, instalaciones del estado, etc., son acciones de sabotaje no de terrorismo, y las realizamos dentro del marco de nuestro proyecto político encaminadas a desestabilizar al estado que desconocemos y pretendemos derrocar. Las bajas militares que propinamos al ejército y demás fuerzas del estado, la toma de prisioneros, los ataques a puestos y patrullas militares se producen dentro del conflicto armado, en combates militares en los que muchas veces nos encontramos en inferioridad numérica y de armas, en los cuales anteponemos nuestro armamento popular contra el sofisticado armamento del estado, el apoyo de su fuerza aérea y la ayuda extranjera. En respuesta a la organización de nuestra base social y de la búsqueda de alternativas distintas de vida, el estado utiliza el terror a través de la conformación y financiación de grupos paramilitares, de torturas, asesinatos, masacres y desapariciones forzadas, se bañan los campos y ciudades como retaliación a nuestras propuestas. Las retenciones que realizamos son de carácter político o económico para financiar nuestro proyecto y preservar nuestra fuerza, siempre respetando la dignidad del retenido, sin humillaciones y tratándoles de brindar las mejores condiciones de vida en la medida de nuestras posibilidades, en cambio para nuestros presos políticos la cárcel se convierte en un instrumento de venganza para quebrar su voluntad de resistencia, el sistema carcelario colombiano es antro de vicios, corrupción, inmoralidad y miseria; que busca aislar físicamente y aniquilar anímicamente al rebelde, con el propósito de que se olvide de sus ideales nobles y altruistas por los cuales luchó y fue encarcelado, y se contagie con los vicios allí reinantes.



Por todo esto queda demostrado que las vías políticas en el país hace mucho rato están agotadas y lo prueban los miles de muertos de la Unión Patriótica, sindicalistas, defensores de derechos humanos, maestros y demás gente de izquierda que algún día se confiaron de las buenas intenciones del estado.



Pero como en nuestro país todo lo que sea oposición debe ser aniquilado ningún sector social o sindical se ha escapado a la penalización y la represión. Pero quizá los más golpeados sean los campesinos, los indígenas y los trabajadores petroleros, del sector financiero y de las telecomunicaciones, todos conocemos la situación de los trabajadores de la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL, cuyos miembros (dirigentes y bases sindicales) han sido en forma masiva y sistemáticamente acusados de terrorismo y sabotaje, razón por la cual han sido encarcelados, perseguidos y forzados al desplazamiento interno y al exilio. Los efectos que deja esta tendencia son letales, especialmente en lo que respecta a las actividades huelguistas, pues la parálisis de un servicio público, es decir, el ejercicio efectivo del derecho a la huelga, ha sido considerado como la generación de estado de zozobra (terrorismo). La protesta social también se ve afectada, pues el desarrollo de un plantón, una marcha o la utilización de barricadas o los mítines, fácilmente han sido asimilados como hechos de asonada, subversión. Cualquier conducta puede ser terrorismo: oposición al sistema social; oposición al manejo de políticas Estatales; inclusive las simples pedreas aledañas a las universidades



Los defensores de los derechos humanos, desplazados internos, ecologistas, cultivadores ilícitos; opositores a la impunidad, al modelo de desarrollo, a la implementación del Plan Colombia, los denunciantes de la corrupción, los campesinos sin tierra que luchan contra los latifundistas, los que defienden la educación pública, los que reclaman por la ampliación, bajos costos y mejoramiento de los servicios públicos, son los enemigos a derrotar. En resumen, la política de seguridad en Colombia tiene por blanco a los pobres y a quienes, eventualmente, podrían representar una alternativa de cambio democrático. La reacción estatal se orienta a judicializar y a criminalizar sus luchas, que en muchos casos es de supervivencia.



El terrorismo es un fenómeno estructural de los Estados capitalistas, utilizado contra los pueblos que luchan por la resistencia, por la libertad, por la independencia y contra la injusticia. Son precisamente esos Estados los que emplean el terrorismo como herramienta de represión para mantener sus privilegios. En Colombia existe un Estado de carácter burgués subordinado al imperialismo norteamericano, cuyo objetivo central es garantizar las condiciones políticas y económicas para la reproducción de la forma social vigente defendiendo por todos los medios, incluidos los violentos, los intereses de las castas dominantes y de sus socios. Colombia es un Estado en decadencia, corroído por su propia crisis interna y carente de legitimidad. Ésta es la causa principal por la que nos reprimen y a quienes luchan por la democracia, la justicia y el bienestar para todo el pueblo. Estamos ante un Estado terrorista. El terrorismo de Estado se hace presente en el establecimiento de las políticas de seguridad democrática, el genocidio de miles de dirigentes de organizaciones democráticas, el aniquilamiento de luchadores populares, de múltiples masacres que comprometen a las fuerzas armadas estatales, de la penalización de la protesta social, de los miles de desaparecidos, de la persecución y las amenazas que han obligado a muchos compatriotas a abandonar el país, de los desplazamientos forzados de miles de familias, de los allanamientos y detenciones arbitrarias, de las amenazas de implantar la pena de muerte, la prisión perpetua, etc. En fin, el Estado colombiano es el único generador de terrorismo.



La lucha armada que no se acallará hasta cuando se modifique la manera de pensar y cambie la ideología mercantilista, utilitarista y egoísta de la clase dirigente; hasta cuando se modifiquen las condiciones infrahumanas en que vive la mayoría del pueblo colombiano, se acabe con la corrupción administrativa; se produzca más y se reparta mejor.



"…La rebelión es el derecho de los pueblos, somos hombres que nos comprometemos con un ideal y que no descansaremos hasta construir un país mejor, un continente mejor…"









UNA DECLARACIÓN DE COMPROMISO

Comandante Pablo Beltrán

Revista de Cultura Política SI FUTURO ELN.



En San Gil, mi pueblo, la primera vez que se tuvo noticias del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fue un día jueves, para más señas el primer jueves de enero de 1965. En toda la parte central del departamento de Santander ese día corrió la noticia de que, «a Simacota se había metido la chusma». El ambiente era de cierto pánico, dado que las dos poblaciones sólo están separadas por hora y media de viaje en automóvil. Mi padre, un albañil, a quien le gustaba comprar el periódico los días domingos, ese domingo 10 de enero me mostró la página en que informaban que había aparecido una guerrilla semejante a la del comandante Fidel en Cuba. Ella, luego de irrumpir en Simacota había dominado la guarnición policial y tras combatir a los refuerzos enviados desde El Socorro, se había retirado a la Serranía de los Yariguíes.



Más adelante en mis primeros años de estudios en la Universidad Industrial de Santander, corrían ya los años 72 y 73, volví a saber de los Elenos por boca de Marco Tulio, un pichón de médico quien como muchos estudiantes en ese momento participábamos en las luchas por una educación de mejor calidad. Él decía que, «los Elenos si eran serios en la política», mientras que el resto no pasaban de ser unos fabricantes de discursos. En esos días llegó a mis manos una hojita con un escrito pequeño, titulada «El Manifiesto de Simacota», vinieron a mi memoria los emotivos y confusos recuerdos del año 65, mezclados con la valoración que hacia poco me había hecho Marco Tulio sobre los Elenos.



De su lectura me quedó la idea de que se trataba de un planteamiento sencillo, de fácil entendimiento para la gente del común, en el que se decían sólo cuatro cosas; pero eso si, todas ellas del tamaño de las ceibas del parque de mi pueblo.



La más obvia que decían era que los ricos dominaban por medio de la violencia. Otra no menos evidente, era que lo hacían para poder saquear las riquezas nacionales.



En donde más se extendía el Manifiesto era en el relato de la penurias del pueblo, que estaba sin tierra, sin educación, con jornales miserables, con los profesionales jóvenes vendidos al mejor postor para poder sobrevivir y los medianos productores quebrados por el gran capital extranjero.



Terminaba llamando a la unidad del pueblo contra la oligarquía, a la vez que convocaba a la lucha revolucionaria por la liberación y por una patria digna.



Para mis adentros me dije, este Manifiesto de los Elenos para Colombia, como las declaraciones de amor, es una declaración de compromiso, la que a primera vista parecía ser seria.



CAMILO DECÍA LO MISMO


A mediados de este renombrado año 65 fui con mi padre a un manifestación en el parque principal de San Gil, en la que el orador único era un sacerdote católico, cosa extraña para mí, pues siempre había visto al cura Quijano hacer sermones dentro de la iglesia catedral y en cambio este, más joven y nada regañón, estaba hablando en el centro del parque, pero de cosas políticas.



Tengo que reconocer que no entendí todo lo que dijo, sólo gracias a la explicación de mi papá pude saber que el cura se llamaba Camilo y que clamaba por la unión del pueblo contra la oligarquía. «Predica lo mismo que Gaitán», me hizo ver mi padre, pues él era un Gaitanista a morir, así asistiera a la misa de las 5 a.m. todos los domingos.



Casi de inmediato «Centavito», el carpintero, mi papá y otros vecinos conformaron un grupo para vender el periódico del Frente Unido. En sus páginas explicaban cómo era que los ricos explotaban al pobre, cómo el pueblo debía unirse para derrocar la oligarquía y cómo debía organizarse para tomarse el poder.



Se decía que en el Frente Unido cabía todo el pueblo sin importar a qué partido político perteneciera cada uno, además no hacían discriminación entre creyentes y no creyentes; me acuerdo mucho de esto porque «Centavito» era un protestante.



Luego cuando ya era estudiante universitario en Bucaramanga y estaba metido de lleno en el activismo político, conocí la Proclama de Camilo Torres a los colombianos, la que hizo el 7 de enero de 1966 cuando manifestó al país su pertenencia a los Elenos. Una de las cosas que más me llamó la atención fue su afirmación de que, «Me he incorporado al ELN porque en sus objetivos acepta la plataforma del Frente Unido.»



CUARENTA AÑOS DESPUÉS


Lo que dijo el día de su surgimiento «la guerrilla de Simacota», como la nombraban los periódicos de Bogotá en ese entonces, sigue teniendo plena vigencia hoy, cuarenta años después de haber lanzado su Manifiesto. Hoy es menos probable que un hijo del pueblo como yo acceda a la universidad pública, dado que si hace 40 años el 80 por ciento de sus matriculados provenían de sectores populares, hoy sólo el 20 por ciento es de extracción popular.



Además ningún estudiante paga hoy la matrícula mínima que yo debía pagar en ese entonces, que era de sólo 525 pesos.



La tierra cultivable está aún más monopolizada en manos de latifundistas, luego de que la mafia de narcoparamilitares acaparó las mejores tierras en los últimos diez años. La economía campesina está quebrada desde la época de la apertura económica de principios de los 90.



El desempleo se acerca al 20 por ciento de la población económicamente activa y la actividad informal es lo que predomina como fuente de trabajo, lo que se ha impuesto es «la flexibilización laboral», que se traduce en el entierro de conquistas obtenidas en siglo y medio de lucha. Los sindicatos los descabezaron entre el paramilitarismo y la penalización de la protesta social.



Entre los desempleados son una gran cantidad los que han recibido educación secundaria y universitaria, situación que obliga a los profesionales a regalar su trabajo por sueldos mínimos. Ahora no sólo los medianos productores están amenazados por el capital extranjero, hay que ver por ejemplo, en qué va a quedar la industria farmacéutica colombiana, con las imposiciones sobre Patentes que hacen los gringos en el Área de Libre Comercio para América (ALCA).



Para rematar, el saqueo de recursos naturales se ha intensificado aún más, ahora que los Contratos que se hacen con las empresas transnacionales han retrocedido tanto, que sus términos ya no son ni siquiera los de Asociación y se ha retrocedido más atrás que los de Concesión que se hacían hace cien años.



El uso de la violencia como arma de dominación de la oligarquía es ahora más diversificada, hoy el arma represiva ilegal vulgarmente llamada como paramilitar, tiene en sus manos el trofeo de haber perpetrado un genocidio político con la finalidad de abortar cualquier levantamiento popular.



Lo peor de todo es que en estas cuatro décadas Colombia se convirtió en una «narco república» debido a que la oligarquía y los gringos se aliaron repetidamente con los carteles narcotraficantes, con la finalidad de hacer la guerra contrainsurgente al pueblo, de tal forma que terminaron por desarrollar una política de reproducción de tales carteles.



En agosto del 65 el embajador de los Estados Unidos en Bogotá le solicitaba a su gobierno el envío pronto de la infantería de marina gringa para invadir a Colombia y así poder sofocar la lucha popular contra el régimen. Hoy la intervención militar estadounidense en nuestro país es más grande que nunca y amenaza con seguir creciendo.



RESULTÓ SERIA LA DECLARACIÓN


La convocatoria a todo el pueblo a luchar por una patria digna y el llamado a la unidad popular para luchar por la liberación siguen siendo vigentes, así como válida sigue siendo la militancia en la insurgencia revolucionaria y como sigue valiendo la pena dedicar la vida a luchar por una Colombia mejor.



El ELN en estos 40 años ha demostrado su dedicación al servicio del país y su compromiso con las mayorías pobres. Si al retroceder el tiempo otra vez hasta los años 70, se me preguntara, ¿Usted qué quiere ser en la vida? De nuevo me decidiría por pedir el ingreso al ELN.