El líder guerrillero no pretende construir un régimen marxista totalitario en El Salvador
Por Antonio Caño / El País (Madrid), 15 de noviembre de 1988
Después de más de seis años sin salir de las selvas salvadoreñas, Joaquín Villalobos ha improvisado su imagen civil con una cazadora de Yves SaintLaurent y unos pantalones de Christian Dior, comprados en la primera tienda libre de impuestos del aeropuerto. Su cara de niño bueno se adapta mejor a su pasado de estudiante universitario que a su presente guerrillero. Está considerado como un duro, pero en esta entrevista, en la habitación de un hotel de lujo de la capital mexicana, demuestra una gran proximidad a las corrientes aperturistas que hoy caracterizan a la izquierda internacional.
Pregunta. ¿Usted sigue pensando en que puede ganarla guerra?
Respuesta. Como decía el arzobispo, estamos inclinados a una solución negociada, pero pensando en una victoria militar. Sería absurdo que en un momento de ventaja militar nosotros nos colocáramos a la zaga. ¿Cómo vamos a tener un ejército en guerra sin estar pensando que vamos a obtener la victoria? Además, consideramos que a medida que se avanza en la solución militar también nos aproximamos a una solución negociada.
P. ¿Pero usted cree que se va a terminar imponiendo la negociación o la victoria militar?
R. Eso no depende sólo de nosotros.
P. Pero, en lo que de ustedes depende, ¿cuál es su fuerza militar?
R. No creo que se pueda definir el conflicto a partir de decir que la guerrilla tiene tantos y el Ejército tantos. Si usted nos pregunta cuántos somos, simplemente no podemos decirle, y no es prepotencia, es, simple y llanamente, que el fenómeno ya se convirtió en un fenómeno, de masas; nosotros hablamos de que en zonas campesinas ya hay una situación de insurrección, y las últimas acciones en San Salvador las hizo gente que era la primera vez que utilizaba armas.
P. ¿Cree que ahora sí se dan condiciones para la ofensiva final?
R. No hablamos de ofensiva, final. El coronel Ponce decía que en noviembre o en diciembre la va a haber. No, nosotros no vamos a sujetarnos a una fecha, a un día D. Se trata de un proceso de ofensiva gradual. que está determinada por una cantidad de factores que sor los que decidirán el colapso del régimen.
Cambio de fuerzas
P. Pero ustedes aseguran que El Salvador se encuentra ya en el momento de la definición. ¿A qué se refieren?
R. Nos referimos a que la coyuntura que se está creando apunta a un cambio de la correlación de fuerzas. Ese cambie puede adquirir diversas características, puede adquirir la característica de una victoria militar, de una solución negociada o de una escalada de la guerra, pero lo cierto es que la situación se encamina a un período de definiciones.
P. ¿No cree que el mantenimiento de la opción militar profundiza las diferencias con el Frente Democrático Revolucionario (FDR), que quiere presentarse a las elecciones?
R. El hecho de que haya lo que Guillermo Ungo llama diferencias necesarias no determina que la tendencia sea hacia la separación. El consenso con el FDR y con la Convergencia Democrática es sobre la necesidad de una salida política y sobre la necesidad de cambios estructurales. Quienes crean que porque el FDR esté participando en el proceso electoral nos estamos dividiendo están equivocados. Nuestras relaciones son óptimas, nunca han estado mejor porque ellos tienen ahora campos de protagonismo político que antes no tenían.
P. Pero ustedes no son partidarios de elecciones.
R. No podemos amarrar nuestra -estrategia a un componente electoral, pero no le tenemos miedo, a las elecciones.
P. Algunas de sus acciones militares, como los. ataques contra alcaldes o los coches bombas, no son fáciles de justificar ni para el mismo FDR.
R. Es que un alcalde de España es diferente a un alcalde de El Salvador, donde el alcalde es un componente de una estrategia paramilitar del Ejército, y por eso nosotros los consideramos objetivos militares, y así los tratamos.
Coches bomba
P. ¿Y los coches bomba?
R. No son coches bomba, son, como dijo el padre Ellacuría, bombas dentro de coches. En realidad, son sabotajes, no están destinados a causar víctimas civiles,
P. ¿Confía usted en un cambio de política hacia Centroamérica por parte de la Administración de George Bush?
R. Nosotros consideramos que, si bien las fuerzas que asumen ahora son conservadoras como las de Ronald Reagan, estas últimas eran más ideologizadas. Esperamos que esta Administración tenga una actitud más pragmática. Esto puede abrir condiciones para un mejor entendimiento.
UN PROGRAMA DEMOCRÁTICO, PLURALISTA Y NO 'POLPOTIANO'
Antonio Caño 15 NOV 1988
"Los revolucionarios, lo que buscan, son sistemas democráticos", asegura el líder guerrillero salvadoreño. "Es muy simplista decir que hoy el mundo se reduce a capitalismo y socialismo. Nuestro modelo no es, como ha dicho Ronald Reagan, polpotiano, de partido único, cerrado, que va a perseguir a la Iglesia o va a destruir nuestra cultura caribeña. Tampoco queremos una revolución cerrada en un mundo que es abierto. Nuestro programa es democrático, pluralista, de economía mixta, pero todo depende de que no nos agredan".En torno a las relaciones del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) con Cuba, Villalobos es cuidadoso. "No vamos a incurrir en el error en el que incurrieron las izquierdas tradicionales", dice. "Nosotros no somos ni procubanos, ni prosoviéticos, ni pro nada; somos revolucionarios salvadoreños, punto. Nuestras relaciones con Cuba tienen una afinidad acerca de nuestras ideas de sociedad, pero no tenemos una identidad en la copia del modelo ni nada que se le parezca". Acerca de si reciben armas de Cuba, afirma: "Nos consideramos con el derecho a recibir armas de todas partes".
Recientemente, Villalobos se reunió con el general panameño Manuel Antonio Noriega, a quien en Estados Unidos han acusado de venderle armas al FMLN. El dirigente salvadoreño explica, que el general Omar Torrijos, ex presidente de Panamá y antecesor de Noriega al frente de las Fuerzas de Defensa, "jugó un papel decisivo en propugnar el que nosotros tuviésemos dentro de nuestra estrategia la búsqueda de una solución negociada". "No vemos", agrega, a las Fuerzas de Defensa de Panamá como otro Ejército cualquiera. Panamá es para nosotros tierra de paz y de negociación. Eso ha continuado de la misma manera con Noriega. Pero, ni con Torrijos, ni con el general Noriega, ni nunca ha sido para nosotros Panamá centro de acumulación de armas ni nada que se le parezca".
Respecto a su también reciente entrevista con el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, Villalobos afirma que «es el principal gestor de las posibilidades de paz en Centroamérica, y, obviamente, nosotros estamos por que continúe en ese papel. Hablamos de las posibilidades de nuevas gestiones, pero en el marco de entender que, en este momento, alternativas concretas e inmediatas no existen, pero que estamos de acuerdo en que continúe sus gestiones".