Me siento alegre y muy unido a este pueblo con el cual hemos dado nuestra vida, nuestra sangre y nuestros ideales. Trabajo todo lo que puedo para que avance la lucha. Estoy cada vez más convencido del triunfo de un pueblo que lucha hasta la muerte. Hay dificultades, pero todas se pueden vencer con tesón, con voluntad de hierro y amor a un pueblo que lucha.
El duro batallar me va haciendo madurar en ese calor humano que, al principio, muchos podían pensar que tenía mucho de aventurero. Ahora voy viendo cada vez con más claridad los aspectos de esta guerra popular que se va desarrollando con los días y con las armas, en lo económico y en lo político. Todo es posible, se va organizando.
De mis peripecias y odiseas no vale la pena hablar en estos momentos, pues realmente son pequeñas cosas anecdóticas.
Me alegra que económicamente os vayáis defendiendo para sacar adelante la familia con vuestro trabajo. En ese sentido si podéis ayudar con algunas moneditas nos vendría bien, pues nuestro pueblo esta pobre.
Me gustaría que me hablarais mucho más de vuestra familia de todas las novedades que habrán reunido de la familia y los amigos.