En la montaña enterraremos el corazón del enemigo

EN LA MONTAÑA ENTERRAREMOS EL CORAZÓN DEL ENEMIGO

En las últimas semanas la opinión mundial fue poderosamente estremecida por la ofensiva insurreccional que el pueblo nicaragüense, dirigido por su vanguardia, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), lanzó contra la dictadura somocista que desde hace 44 años lo oprime y asesina.

La tenacidad, el heroísmo y los hermosos actos de sacrificios y generosidad desataron una cálida ola de solidaridad de los pueblos y gobiernos del mundo con la patria de Sandino, que lucha con las armas en la mano por conquistar su derecho a construir una nación libre de explotación y de miseria.

Y esta lucha no es de hoy, 17 años de combate guerrillero en montañas, campos y ciudades fundamentan la tesis y la práctica de lucha armada del pueblo nicaragüense, que bajo la dirección del FSLN, alcanza más y mejores niveles de organización y combate.

Para comprender mejor lo que significa la ofensiva insurreccional, de las últimas semanas, debemos recordar lo que nuestros hermanos de la Dirección Nacional señalaban en la circular ejecutiva número seis, difundida en abril pasado: "...la casi totalidad del peso de la lucha libertaria de nuestro país, recayó sobre nuestros hombros, y en particular de los heroicos hermanos ubicados en las montañas del país, que en una soledad mayor, pero con una moral de hierro, mantuvieron una resistencia armada que fue el ejemplo de combate y la antorcha viva de la que saltaron las chispas que hoy "incendian los potreros". . . "Si hoy se pone en la orden del día la insurrección, es porque ha habido guerra guerrillera. Ha habido y hay Guerra Popular Prolongada".

Y efectivamente, la practica del momento nos ha enseñado que nuestros hermanos fueron exactos en sus apreciaciones. Una ofensiva insurreccional, como la ocurrida en nuestro país, no pudo ser posible sin "persistir con la respuesta de los fusiles" y sin un trabajo paciente en torno a la organización de masas y a su vinculación política y estructural alrededor del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Trabajo en el que muchos de nuestros mejores hermanos han abonado con su sangre el proceso libertario, de cara a la patria y al futuro. Otros muchos se mantienen dando lo mejor de sus vidas en las trincheras populares y en el se no de las masas.

Hoy estamos en la capacidad de afirmar que los sectores mayoritarios y genuinamente representativos de los intereses populares están con nuestra organización.

Conquistar el puesto de vanguardia que hoy mantenemos no fue tarea fácil, ni ausente de sacrificios.

Con los esfuerzos dedicados a la clarificación política de nuestro pueblo, a su movilización y organización, logramos arrancar a las masas de la influencia en que la politiquería de los partidos reaccionarios las tenían sumergidas.

Enarbolando siempre la bandera de los intereses populares y manteniendo una consecuente actitud hacia los mismos, organizamos al pueblo a través de sindicatos, organizaciones campesinas, comunidades indígenas, organismos de barrios, estudiantiles, femeninos, etc., organizaciones que. en los últimos ocho años son las que han mantenido la resistencia contra los desmanes de la dictadura somocista y han acumulado experiencia y se han politizado en esta lucha.

Las tomas de tierra usurpadas por la oligarquía , las manifestaciones populares de hostigamiento contra las patrullas de la Brigada Contra Acciones Terroristas (BECAT) , las barricadas, las bombas de contacto como respuesta a la agresión criminal de la G. N., las huelgas de hambre masivas, las tomas do templos, universidades y colegios do secundaria, las manifestaciones de estudiantes de primaria, los ajusticiamientos de los agentes criminales del somocismo y la destrucción de algunas fábricas del tirano y sus allegados, fueron un camino necesario a recorrer para desarrollar y dirigir en un sólo sentido el rico manantial de fuerzas que el pueblo alberga en su seno.

Y esta gigantesca explosión de la ira popular tiene sus raíces en esa inagotable energía de un pueblo que, consciente de sus fuerzas y sus objetivos, está convencido que LA MARCHA HACIA LA VICTORIA NO SE DETIENE.

El estallido de numerosas insurrecciones en Matagalpa, Carazo, León, Masaya, Estelí, Chinandega, Boaco, Managua y Rivas, que culminaron con la toma por parte de unidades de combate del FSLN, de las principales ciudades de Nicaragua, no fueron en ninguna medida espontáneas. Los combates y las derrotas militares del somocismo se dieron en las ciudades donde nuestros organismos están más fuertes.

Matagalpa fue la brasa que inició el incendio y que dio la guía en el ataque y en el repliegue hacia las zonas estratégicas de las montañas. Esta perspectiva del repliegue no fue olvidada en el resto de las ciudades insurreccionadas y es por eso que afirmamos que no hubo derrota militar, sino retirada táctico y dinámica de nuestras fuerzas hacia los zonas rurales y montañosas.

Durante la ofensiva se combinaron diversas formas de lucha, desde la movilización política del pueblo hacia la huelga general programada por el Frente Amplio Opositor (FAO) y activada por el Movimiento del Pueblo Unido (MPU), hasta la integración popular al combate bajo la dirección de nuestras escuadras sandinistas.

La participación general de todos los sectores políticos del país en la actividad insurreccional indican la capacidad del sandinismo de integrar a la oposición antisomocista. Integración que partiendo de la unidad de la acción de las fuerzas de izquierda nicaragüenses, permite conseguir el total aislamiento del tirano y vislumbrar su futuro derrocamiento.

Es importante, sin embargo, definir claramente la concepción que en nosotros prevalece ahorra de la insurrección. Nuestros hermanos de la Dirección Nacional decían en uno de sus documentos: " La modalidad insurreccional....siempre ha sido contemplada como una valiosa modalidad táctica de importancia estratégica en determinados momentos del proceso de GUERRA POPULAR PROLONGADA tiene lugar"..... la ofensiva insurreccional "más que un movimiento militar, es una gigantesca, dinámica y superior forma de movilización popular..."

La aplicación dinámica de estas concepciones permitió que nuestra organización en el plano político derrotara contundentemente al enemigo, y que en plano militar pudiéramos conservar el grueso de nuestras fuerzas.

La actitud genocida del somocismo al bombardear y asesinar a la población civil tenía como objetivo fundamental fracturar las estructuras populares en que se asienta el trabajo político y militar del FSLN y hundir en un mar de sangre y de terror al pueblo de Sandino.

Pero todo fue inútil. Aún después del ataque genocida al pueblo se manifestó en condena al régimen, nuestras escuadras armadas continúan realizando actos de recuperación bancaria y toma de emisoras para divulgar comunicados políticos.

Hoy las formas de lucha se plantean desde la perspectiva que tantas veces hemos señalado. El constante hostigamiento del enemigo, principalmente a través de las unidades armadas en las montañas y campos del país, en combinación con las acciones políticas y militares de las ciudades darán la tónica del futuro.

Nuestros frentes de masas y unidades armadas que operan en todo el territorio nacional son la garantía con que contamos para burlar todo intento de escamoteo del triunfo popular. Ante este valladar de fuerzas ningún intento de la reacción o del imperialismo logrará frenar el avance victorioso de las fuerzas sandinistas que caminan hacia la conquista de la democracia y el progreso social.

Mientras exista la fuerza armada sandinista todo intento del imperialismo para desviar los objetivos populares está condenada al fracaso.

El lugar que la lucha sandinista ha conquistado entre todos los pueblos del mundo y la solidaridad que estos brinden a nuestra causa es el complemento necesario para conseguir y consolidar el triunfo.

Bajo el ejemplo y con el ideario de Sandino avanzamos en las conquistas de nuevas victorias haciendo cada día más real nuestra consigna principal: EN LA MONTAÑA ENTERRAREMOS EL CORAZÓN DEL ENEMIGO.
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Fuente: Gaceta Sandinista, Nº 7-8 (1978)