A las Milicias Bolivarianas, nuestro abrazo de año nuevo

A LAS MILICIAS BOLIVARIANAS, NUESTRO ABRAZO DE AÑO NUEVO

Camaradas milicianas y milicianos, queridas hermanas y hermanos de esta esperanzada confraternidad guerrillera; finaliza el año 2013 marcado de desesperanzas, y por el agravamiento de las infrahumanas condiciones de vida en que viven las mayorías nacionales, debido a la aplicación implacable de medidas antipopulares, antidemocráticas, militaristas y de terrorismo jurídico, que cercenan violentamente los pocos espacios de movilización, participación política y soberanía popular que el pueblo ha podido arrancar en la historia de sus luchas al inequitativo régimen oligárquico que impera en Colombia.

El gobierno antipopular y neoliberal del presidente Juan Manuel Santos se esfuerza, a contra corriente de los anhelos nacionales de paz, en profundizar la violencia social y la guerra contra el pueblo, buscando opacar y manipular con beneficio electorero el escenario de la paz que funciona en la Habana. A nuestras propuestas y actos concretos de paz, como el cese de fuego unilateral que estamos cumpliendo cabalmente, ha ordenado la provocación, manifiesta en una serie de ofensivas legislativas, penales y militares contra el pueblo en todo el país.

Estas realidades de la confrontación política y militar por la paz de Colombia, que se sienten con tanta intensidad en navidad y fin de año, necesariamente generan en el corazón y conciencia del ser miliciano Bolivariano, mayor responsabilidad y compromiso con los intereses y sueños de los marginados de la nación. Convoca a la reflexión para elevar la acción política y militar, bajo el faro luminoso del legado de nuestros héroes y de la teoría revolucionaria y humanista que nos aviva; también a balancear y pulir las certezas que reclama nuestro desenvolvimiento en el horizonte de luchas que libra el pueblo, y en el que estamos comprometidos decididamente.

Al calor de la hermandad que se manifiesta en estas fechas de noche buena y año nuevo, el ágape está amarrado a la evaluación, al análisis crítico y autocritico de todos los actos colectivos e individuales que dan cuerpo a las milicias Bolivarianas y su torrente de iniciativas políticas, organizativas y combativas. La operatividad y disciplina que esta demanda, la seguridad en todas las actividades, las metodologías de la clandestinidad, la educación en todos sus niveles; la cualificación moral y la conciencia que reclama estar en la inmensa orilla de los oprimidos enfrentando exitosamente el poder militar y tecnológico que disponen los opresores; el manejo y uso con sentido proletario y colectivo de todos los recursos, la convicción en el poder transformador de las masas y las jornadas diarias de entrega por el pueblo, tienen que ser valorados con imparcialidad, desde la óptica marxista y bolivariana, para nutrirnos de humanismo revolucionario, y poder garantizar seguridad en las masas y enaltecer el amor que ellas profesan por el vivir de cada integrante de la milicia y de la guerrilla.

Ser miliciano es articular iniciativas para cualificar fuerza y acción, es un tejer permanente de creatividad para bloquear todas las formas en que se expresa la violencia de los opresores, es innovar cotidianamente el arte de la resistencia armada, para no repetir jamás la modalidad de enfrentar a la máquina de guerra de los explotadores y poder confirmar éxitos diarios; hay que desechar rutinas que nos debiliten la seguridad o le posibiliten al enemigo violentar a la población. Manejar con destreza el poder de la ofensiva, negándole al establecimiento la ejecución de sus planes de terror contra el pueblo.

El ser miliciano Bolivariano, significa ser sujeto transformador de la historia de los oprimidos, respirar con sus anhelos liberadores, abrazar la historia de sus resistencias, ahondar en su cultura, defender a toda costa sus vidas y respetar transparentemente sus intereses. El pueblo, los pobres son la protección, la fortaleza y el espíritu indoblegable de la insurgencia, no se puede ser miliciano sin el afecto de las masas, sin palpitar en los corazones de las comunidades. Ser miliciano es un ejercicio diario de humanismo y amor por los desposeídos.

Y en esto, todas y todos ustedes, queridos camaradas, han mostrado un inmenso compromiso acompañado de heroicidad y abnegación, Pero estas cualidades y saberes del ser revolucionario tenemos que fijar los con más firmeza en la conciencia, para que se expresen sin imposturas, por la fuerza moral que nos anima, en el que hacer de cada combatiente.

El nuevo año está surcado por el ascenso de las luchas del pueblo, contra el modelo de intolerancia que se desborda en violencia. Es un año en que crecerá el clamor por la paz y en el que todas nuestras fuerzas se concentran por ella, y ese compromiso pesa en los hombros de cada miliciana y miliciano, para poder destruir las fortificaciones políticas, jurídicas, penales, terroristas y mediáticas desde donde se esconden y disparan los promotores de la barbarie; cada acción individual y colectiva, cada combate tiene que apuntar en esa dirección, para apoyar a las masas a romper el silencio en que las ha sumido el terror militarista y mediático, y manifiesten multitudinariamente su demanda de paz con justicia social.

A todas y todos, a sus familias y seres queridos les expresamos nuestro compromiso de lucha por la paz y que, por encima de las vicisitudes que impone el régimen, tengan un año nuevo de regocijo y crecientes esperanzas.

Reciban el abrazo de toda la confraternidad fariana en este nuevo año.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP.

Montañas de Colombia Diciembre de 2013.