Comandante del Bloque Oriental Jorge Briceño de las FARC-EP
Pueden pasar muchos años, pero en las FARC EP, todos los 2 de enero serán un día para la remembranza, para evocar la memoria del comandante Jorge Briceño, héroe revolucionario de los agitados tiempos que corren. Procedente de la región colombiana del Sumapaz, el Mono había nacido en esta fecha, en el año 1.950, pasada la nochebuena. Los guerrilleros que compartimos con él, como para las nuevas generaciones que se forman en la escuela práctica de la confrontación, hoy recordamos su inmenso aporte al proceso revolucionario colombiano, a la construcción de la guerrilla de las FARC EP y a la formación de sus cuadros.
La cotidianidad en la guerrilla nos ha enseñado a través de la historia, a soportar la carga de aflicción que nos traen los reveses tácticos y los golpes infligidos a las tropas guerrilleras, a nuestros cuadros. Aunque confiados en la capacidad transformadora de este partido alzado en armas, transmutamos las derrotas en fuerza social y en multiplicidad moral para plasmar en los planes vitalidad a nuevas iniciativas. Así sobrevivimos sin mayor congoja al aleve asesinato del camarada Jorge en la Serranía de la Macarena hace ya tres años.
No obstante, ofreceremos el 2 de enero un día para la vida, no para la muerte, no para la tristeza. Así es y será la recordación de la obra revolucionaria del Camarada Jorge, con júbilo, porque somos el partido de la alegría, la alegría del Mono y que siempre nos transmitió. Así aspiramos ser leales a su optimismo y su fe en el triunfo revolucionario de su pueblo, la espina dorsal de nuestro movimiento guerrillero.
El hálito de la figura del comandante Jorge Briceño se siente en la cotidianidad de las FARC EP. En su mirada escrutadora de la vida de campamento, escudriñando los pormenores del cumplimiento del orden del día; en la crudeza de la crítica en la reunión matutina de comandantes; en la exigencia a su guardia interna y a los comandantes de Abastecimiento, Dotación y Medicamentos. El Mono había convertido las conferencias diarias y horas culturales en su alma máter para instruir la Línea de las FARC EP, impartir lineamientos partidarios, compartir información con sus tropas y corregir rígidamente las indisciplinas, ante las cuales era inflexible. No habrá un día habitual en las FARC EP donde no recordemos cualquier detalle de su vida entre nosotros. Por eso su ejemplo pertinaz para reclamar con las armas, el derecho que tienen los campesinos, los obreros, a ser Gobierno, a ser Poder en Colombia, es digno a seguir por todos nosotros.
El Mono vivió como lo que fue: un hombre luchador, comprometido profundamente con el proceso revolucionario colombiano, un ejemplar genuino de combatiente guerrillero. No le alcanzaba la vida para entregarla a su pueblo, a su guerrilla, y eso lo regocijaba. Eso sí, intransigente ante los enemigos de clase, ante el soldado de la burguesía, ante los traidores a su propia clase social. No cedía un ápice ante la amenaza a nuestros intereses, los intereses de las FARC, los intereses del Partido, los intereses del pueblo, fue su centinela más reconocido.
Allá, en los recónditos parajes de la geografía del oriente colombiano, en sus cientos de veredas y montañas donde se encuentre un guerrillero fariano, en el ajetreo de la rancha, de las marchas guerrilleras, en el trabajo de agricultura, en el rigor del hostigamiento y la emboscada, en las múltiples combinaciones de formas de lucha de masas para la toma del poder para el pueblo, en los ciclos de Diálogos de paz en La Habana, llevaremos su fe de comunista colombiano convencido de que un futuro mejor para Colombia es posible, y lo construiremos: el futuro gobierno de reconstrucción nacional, democrático, pluralista, socialista. El sueño del Mono, nuestro Mono Jojoy.
Así lo recordaremos por la fecha del 2 de enero, todos los años.