Integrantes de las organizaciones del Clamor por la paz.
Es nuestro deseo darle continuidad al intercambio epistolar iniciado el año anterior, con el propósito de seguir construyendo, entre todos, los caminos de la paz por la base, sin desconocer a ninguno, porque la paz es obra de todos.
En tal sentido reconocemos el esfuerzo de Ustedes, como Clamor por la paz, así como el de otras expresiones populares y sociales que han confluido en la gran empresa de la paz, que nos identifica a todos y todas.
Saludamos el llamamiento a la movilización que Ustedes están haciendo, junto a otras organizaciones, para el próximo 9 de abril. Colombia necesita con urgencia de muchos esfuerzos para sensibilizar, motivar y movilizar hacia la construcción de la paz real, estable y duradera, que ponga fin a más de 50 años del conflicto social y armado, y genere las condiciones para que el pueblo colombiano pueda vivir pacíficamente, con justicia social, democracia real, y ser dueño y soberano de su propio destino.
Como ELN hacemos parte de estos esfuerzos, por ello, en más de una ocasión hemos planteado al país nuestra voluntad política de luchar y contribuir a que la paz se convierta en esa realidad, que sueña la mayoría de los colombianos. Ésta posición se basa en nuestros principios fundacionales, en la concepción humanista, en reconocer y entender el derecho a vivir en paz, que nos asiste a todos.
Estamos dispuestos a contribuir a la paz, que no quede en nadie ninguna duda; eso sí, a una paz que implique hacer los cambios necesarios, para que desaparezcan las causas generadoras del conflicto interno, con los que se mejoren las condiciones de vida y convivencia, de trabajo y las perspectivas de un futuro digno, para las mayorías de la nación.
Todos los propósitos de paz encausados en un solo torrente, no podrán ser opacados por las políticas y pretensiones de fuerzas contrarías que desde la otra orilla, se proponen imponer un modelo pacificador violento, que llegó a su máxima expresión en los 8 años de gobierno del hoy senador Uribe Vélez, que tanto dolor y sangre causaron a los más humildes de la patria.
Los esfuerzos por desarrollar un Movimiento por la paz de Colombia, se hacen más urgentes ahora que casi un centenar de los Congresista recién elegidos, son herederos del maridaje ocurrido entre el paramilitarismo y los partidos tradicionales, y por tanto funcionales a sus políticas de extrema derecha.
Al igual que Ustedes consideramos necesario acordar una tregua bilateral, que genere confianza entre las Partes y alivie la situación de la población en las zonas de conflicto, a la vez que una parte de los 26 billones de pesos asignados para la guerra, se destinen a obras sociales, con las que se aminore la miseria de millones de compatriotas.
Todos sabemos que los caminos para llegar a la paz parten de orillas distintas y que no se ve claro el punto de encuentro. El pueblo colombiano es quien puede propiciar, que los caminos de la paz se encuentren en un solo punto, por medio de la participación activa, masiva y vinculante, en el proceso de terminación de la guerra y de la construcción de la paz.
Las mayorías vamos tras una Colombia con democracia real, de respeto a los derechos humanos; donde el modelo económico facilite la mayor felicidad posible a los ciudadanos, y la doctrina militar se fundamente en la defensa de la soberanía, el respeto por la población, el humanismo y en los postulados del ejército creado por el Libertador.
Finalmente, deseamos que este Clamor por la paz continúe avanzando en su confluencia con muchos otros y en la construcción de un movimiento sólido, tras la paz real, estable y duradera basada en la justicia social, la democracia participativa y la defensa de la soberanía nacional.