La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, abril 17 de 2014
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, IN MEMORIAM
Gabriel José de la Concordia García Márquez, el ‘Gabo’, Premio Nobel de literatura y escritor insigne de Colombia, tomó hoy la senda de la eternidad a los 87 años de una vida prolífica en creatividad, que ha dejado para el mundo una obra maravillosa, que con realismo mágico refleja la presencia de estas tierras de Nuestra América, a las que amó y dedicó su ingenio como narrador y cronista de sus desventuras, esperanzas y sueños.
Con profundo respeto, la Delegación de Paz de las FARC-EP, desde La Habana, se abraza en sentimientos de pesar con sus familiares, parientes, amigos y la patria toda que se llena de luto por la partida del más grande escritor de nuestra historia. Van de manera especial nuestras condolencias para su esposa doña Mercedes Barcha y sus hijos Rodrigo y Gonzalo.
La partida de este gigante de las letras, ha congregado en un solo manojo de identidad, solidaridad y luto a Colombia, y ello trae a nuestras mentes la certeza de que en cada claro abierto en la selva de nuestra sobrevivencia agreste, seguirá surgiendo la perseverancia que necesitamos para continuar hacia una era de reconciliación, con nuestros José Arcadios y Úrsulas que se repiten sin cesar entre cosas de adivinos, entre conjuros y presagios, muriendo y reviviendo como Melquiades, mientras ingeniamos la existencia, sumergiéndonos muchas veces en la peste del insomnio, desmemoriados de nuestro pasado, pero volviendo de algún modo también como el gitano de la alquimia, desde la muerte, consumiendo el brebaje milagroso que devuelve los recuerdos que remozan la confianza en el mañana.
Con la despedida de este hombre magnífico, reiteramos hoy, que como Aureliano Buendía soñamos y haremos la paz, un país donde podamos tranquilos fabricar pescaditos de oro sin acabar con nuestro medioambiente; con el emprendimiento de Aureliano Triste, pero sin aquellos que sofocan huelgas a tiros; releyendo nuestro devenir en los pergaminos del Gabo, pero ahora sí con la experiencia de haber soportado los peores huracanes de la vida, sin que nos pueda arrasar el viento, sin que nos pueda borrar más de la memoria humana, ni en la recurrencia de las tragedias, porque aunque estemos condenados a cien años de soledad, haremos con nuestras luchas y nuestra infinita capacidad de amar y perdonar, que exista una segunda oportunidad sobre la tierra.
Con certeza Gabo, lograremos con nuestro pueblo, que Macondo no sea ya un pavoroso remolino de polvo y escombros. Y que ese delicado viento de luz que es la paz, arrulle nuestro presente, mientras tomas el camino de Remedios la Bella. Con certeza Gabo, repetiremos en tu nombre, con compromiso inquebrantable, que "todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra".