Este 4 de julio de 2014, celebramos 50 años desde la primera marcha del Ejército de Liberación Nacional, que es considerada la fundación de nuestra querida organización. En nuestras manos y con nuestras armas hemos luchado por la liberación durante estos 50 años, pero somos conscientes, que los pueblos que nos antecedieron, en este territorio, también combatieron y se entregaron con dignidad y valor a la lucha por su independencia y antes por la defensa de su territorio contra el invasor. Resistencia de las tribus indígenas, de los esclavos y de los patriotas. Son más de cinco siglos de sufrimientos, de despojo, de heroicas batallas y significativas victorias que dejaron huella en las generaciones que gustosas y dignas recibimos ese legado desde 1964.
Más de 5 siglos de dependencia, casi tres de ellos bajo el yugo capitalista. Y aunque en Colombia y nuestramerica millones han caído bajo la perversa y letal arma del imperialismo y sus esbirros, son miles los que han enfrentado al monstruo y lo seguiremos enfrentando, porque las razones objetivas de la lucha no han variado, muy por el contrario, el planeta todo y la vida que en él se levanta, es agredido de una manera aleve por el sistema y el modelo que la elites han decisivo e impuesto a sangre y fuego. Hoy más que nunca, la crisis civilizatoria, en que nos han sumido los capitalistas, debe ser confrontada con mayor convicción por los que consideramos que para la raza humana hay esperanza. No se trata de una rebeldía sin argumentos, estamos llenos de razones y de humanismo, estamos obligados por un imperativo ético a hacer la revolución, hasta que logremos los cambios que requiere Colombia.
En los años 60, nacimos enfrentando la exclusión del frente nacional, que conservadores y liberales acordaron para tapar la masacre de más de 300 mil colombianos y colombianas en campos y ciudades a causa de la llamada violencia de los años 50, iniciada por el magnicidio del caudillo del pueblo Jorge Eliecer Gaitán. Desde entonces no hemos tenido un minuto de justicia e igualdad en este país. La Nación ha sido fragmentadata por la burguesía, nuestros recursos entregados a las transnacionales, nuestros hermanos mayores prácticamente exterminados, los negros excluidos y los pobres crecen a pasos agigantados. Al mismo tiempo el poder bélico de las elites crece en proporciones parecidas a las de los pobres, es un fenómeno que va de la mano, violencia y pobreza, bandas paramilitares, asesinos a sueldo de un régimen incapaz de ver más allá de sus propios bolsillos repletos de dinero ensangrentado.
Colombia necesita grandes transformaciones, tenemos el reto de pensar entre todos y todas la Nación que queremos, el país que anhelamos y la necesidad de construir entre todos esos seres humanos nuevos, con nuevos valores de amor, de solidaridad, justicia e igualdad. Esos elementos acompañan el interés de nuestra organización desde su nacimiento y esos son los intereses y las apuestas que hoy ponemos a jugar en un eventual proceso de diálogos de paz. Queremos que todos los sectores, las personas, las organizaciones expresen sus problemas y sus anhelos de país, es decir queremos una participación de la sociedad en los diálogos de paz, porque somos conscientes que no tenemos la representación de todos, pero el régimen mucho menos; queremos que se discuta la democratización de todo lo que le pertenece al Estado, no la democracia vacía de votar en las urnas sino aquella que nos permita a los colombianos y colombianas decidir el destino de nuestras riquezas y la distribución de las mismas; queremos verdaderas transformaciones sociales en educación, salud, vivienda y empleo, o sea que queremos discutir y cambiar el modelo económico; queremos hablar de víctimas y memoria histórica, porque es importante buscar las razones de esta violencia y del conflicto, que el régimen reconozca el peso de su responsabilidad en el baño de sangre que durante décadas se viene dando en el territorio nacional, el despojo y el desplazamiento; solo en este marco hablaremos de la terminación del conflicto armado y de la manera cómo vamos a implementar los acuerdos con toda la sociedad.
La élite considera no negociable el modelo económico neoliberal, ni el modelo democrático sustentado en sus elecciones, pero eso es justamente lo que se considera perverso y generador de miseria y de injusticia para las mayorías. Nuestra vocación es de paz, desde que nacimos acudimos a las armas con el único objetivo de cambiar las desconsideradas e injustas condiciones en las que han sumido a nuestro pueblo, hoy esos principios y esos anhelos siguen intactos.
Días difíciles nos esperan a todos los colombianos, los fascistas, la ultraderecha está al asecho. Seguramente van a bombardear el proceso de paz y los esfuerzos que hacemos en ese sentido, lo importante es que hay un clima favorable para la paz, el pueblo colombiano se ha expresado hacia una solución política al conflicto social y armado. Alcanzar la paz con justicia social para esta generación y la de mañana es un deseo y una obligación para los revolucionarios; el ELN quiere construir esa paz, darle ese regalo a una nación que se lo merece, pero lo quiere hacer de la mano con su pueblo.
Donde no haya paz, ni justicia social para todos, no hay libertades.