República Mexicana, 22 de junio de 2001

A los pueblos de México y el mundo.
A las organizaciones democráticas revolucionarias.


En el curso de la primera mitad del mes de junio llegó a nuestro correo electrónico la copia de una carta, dirigida a la periodista Lourdes Galaz del diario ‘La Jornada’, así como a los medios de comunicación, firmada por el comité central y la comandancia general del actual PDPR-EPR, carta cuyo contenido nos coloca en situación de responder a los señalamientos que ahí se nos hacen.

Mediante dicha carta, la dirección de este organismo pretende poner en tela de juicio la legitimidad de nuestro agrupamiento revolucionario, apelando, para ello, a figuras de autoridad revolucionaria, como la del Centralismo Democrático, así como a una explicación unilateral y parcial de la formación de nuestra tendencia o corriente de opinión dentro del PDPR-EPR y de la posterior escisión sufrida por éste, tratando por esta vía de justificar los epítetos, las acusaciones y la descalificación política e ideológica que dicha dirección plasma en su carta.

No compartimos la peculiar interpretación del centralismo democrático que sostiene la dirección del actual PDPR-EPR, con base en la cual se determinaron sanciones y se llevaron a cabo expulsiones y juicios sumarios contra militantes del partido, antes y después que se produjera la escisión política entre ellos y nosotros. Tampoco compartimos la explicación que dicha dirección hace sobre la formación de la corriente de opinión - inorgánica y temporal- a la que dimos lugar en el marco de las crisis de dirección, ni su explicación sobre la evolución de la misma.

Por consiguiente, consideramos equívocas y rechazamos las acusaciones de fraccionalismo, descompartimentación, robo, complicidad, encubrimiento, deserción, etc., que nos hace la dirección del actual PDPR-EPR y manifestamos nuestro total desacuerdo con la justificación político-ideológica esgrimida por dicha dirección, así como con las prácticas ‘depuradoras’ y homogenizadoras propias del pensamiento cientificista, dogmático o religioso.

Por nuestra parte, reconocemos la legitimidad del actual PDPR-EPR como agrupamiento revolucionario, pero no la calidad intelectual y moral de su dirección para impartir justicia y extender certificados de autenticidad revolucionaria. No nos consideramos prófugos de la justicia revolucionaria ni pretendemos evadir nuestras responsabilidades escudándonos en la defensa de los planteamientos de otros agrupamientos revolucionarios para que estos nos reconozcan y protejan; asimismo, no pretendemos usufructuar un prestigio que no nos pertenezca o pelear y deformar la historia o fortalecer posiciones favorables al Estado, como dicha dirección acusa y, finalmente, amenaza.

Reivindicamos nuestro derecho a existir como agrupamiento revolucionario, así como la validez y legitimidad de habernos dado el nombre que tenemos, en y por medio de un Congreso. Nombre que - después de la escisión política producida al interior del partido – decidimos mantener como símbolo de identidad, pero, sobre todo, de identificación con el proceso de reflexión interna que dio origen al propio PDPR-EPR; agregándole a este nombre el de Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR), porque bajo ese nombre nos constituimos, de manera inorgánica y temporal, para hacer frente a la crisis de dirección que atravesaba el proyecto original; pero en el entendido que ya no somos parte del PDPR-EPR actual, sino parte del sujeto social y político que históricamente ha dado origen a todos los agrupamientos revolucionarios: el pueblo de México.

En diciembre pasado ofrecimos una breve explicación acerca del proceso de fragmentación en que derivó, lamentablemente, el PDPR-EPR, como proyecto originalmente constituido. Reconocemos que dicha explicación constituye tan sólo un punto de vista de un proceso bastante complejo y de ningún modo pretende erigirse en una especie de verdad absoluta. La verdad es el todo - decía un viejo filósofo - y en el ánimo de ofrecer al pueblo una explicación lo más apegada posible a la realidad, invitamos al actual PDPR-EPR, así como a los demás agrupamientos que tuvieron su origen en el proyecto revolucionario original, a ofrecer al pueblo su explicación, crítica y autocrítica, acerca del proceso de fragmentación y extraer de esta amarga experiencia las enseñanzas que fundamenten una praxis revolucionaria esencialmente distinta a la que ha fragmentado históricamente a toda la izquierda en México y el mundo.

Particularmente, invitamos a la dirección del actual PDPR-EPR a entablar una lucha ideológica fraterna y respetuosa, así como a mantener la cordura y la prudencia, pues la actitud contraria es la que ha terminado por desprestigiar a cualquier agrupamiento revolucionario, situación que el Estado se ha encargado de potenciar para ahondar la división del pueblo y sus organizaciones democráticas revolucionarias, al mismo tiempo que enviamos un saludo fraterno a la militancia de éste y los distintos agrupamientos que tuvieron su origen en el PDPR-EPR, como proyecto original.


Fraternalmente:

¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR¡¡¡

PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA
PDPR-EPR-TDR


República Mexicana, Junio 22 de 2001.


c.c.p. Lourdes Galaz, periodista del diario La Jornada.
c.c.p. Los medios de comunicación.
c.c.p. PDPR-EPR